Camacho, mi sueño, Dios y el vice….

CAMACHO, MI SUEÑO, DIOS Y EL VICE.Anoche fue raro, me acosté pensando en la cara de los que llaman racista al tataranieto del colla y valiente héroe nacional Eliodoro Camacho.Y fue raro porque soñé con Dios y lo vi con una túnica de colores, muy parecido a George Harrison….Y claro aproveché pa preguntarle cosas.- Señor, ¿Quien escribió la biblia? -le dije.- Hombres comunes pero sabios en la simplicidad de la verdad.-me respondió.- ¿Y ellos eran instruidos?- Instruidos en la sabiduría de la fe, la humildad y el sacrificio en bien de los demás. – me dijo el melenudo.- Y esos hombres leyeron muchos libros?- Hijo, ellos inspiraban, escribían, no había libros todavía.- Señor y las otras personas, les tenían miedo a las neuronas de esos hombres inspirados?El señor me clavó una mirada fría. No parecía entender.Entonces le conté que en Bolivia, tenemos un Vice que presume haber leído veinticinco mil libros, de ser ateo, matemático, sociólogo e intelectual, pero curiosamente no sabe sumar, ni multiplicar y ahora demostró que tampoco sabe leer.El señor me sonrió en el sueño al escuchar todo eso.- Ah, se quien es, es el chistosito. – dijo el creador sin disimular la risa.Entonces me contó que en un Concilio Celestial, se mencionó que el susodicho personaje, habría dicho que el sol se escondería y la luna se escaparía, algo que hizo orinar de risa a los ángeles presentes.Me quedé frío.- Usted está al tanto de todo. -le dije asombrado.- Obvio, soy Dios. – Me contestó rascándose la barba.- Es más, ¿sabías que ese boliviano que mencionas también es inventor?Ahí me quedé asombrado de la sabiduría de nuestro vice presidente y me sentí orgulloso de ser boliviano. Con los ojos humedecidos y el pecho radiante de orgullo patrio, le pregunté al Señor.- ¿Que genial creación hizo para el mundo nuestro vicepresidente? -dije al borde de las lágrimas.- Le inventó y aumentó un nuevo libro a mi Biblia – me contestó Dios.A pocos pasos, los Ángeles estallaron en una colosal carcajada y entonces me desperté.EL ESCRIBIDOR.Fuente: El Escribidor