Las relaciones entre Argentina y Bolivia se han reducido a lo meramente comercial, migratorio o policial. Ni el presidente Alberto Fernández va a reponer a su embajador en La Paz mientras esté en el poder Jeanine Áñez ni ésta se anima a hacerlo.
No hay comunicación ninguna entre ambos gobiernos desde el 12 de noviembre, cuando el dimisionario Evo Morales fue sustituido por la senadora de Unidad Demócrata (UD) en sendas sesiones de la Cámara de Senadores y la Asamblea Legislativa sin quorum ni participación del Movimiento Al Socialismo (MAS).
La situación se ha complicado por la posición que ha expresado el mandatario argentino antes de su posesión, cuando dijo que no reconocerá al gobierno boliviano por haberse instituido luego de un “golpe de Estado”. Mucho más cuando Fernández decidió no invitar a la Presidenta de transición al acto de su juramento, el 10 de diciembre.
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El que fuera embajador argentino en Bolivia, Normando Álvarez, designado por Mauricio Macri, dejó el país el 6 de diciembre, ante la posibilidad de ser sustituido por alguien cercano al presidente Fernández. Como éste no reconoce al gobierno de Áñez, la postura de Argentina es que no designará a su representante en Bolivia sino cuando haya una administración elegida por voto, esto en las elecciones generales previstas para 2020, ni recibirá a quienes sean comisionados por La Paz.
“La relación bilateral con Argentina está prácticamente paralizada”, admitió a propósito la canciller de Bolivia, Karen Longaric, en una entrevista que publicó este viernes el portal Infobae.
“Hemos acreditado a nuevos funcionarios diplomáticos, a nuevos cónsules y no hemos recibido respuesta de la Cancillería argentina, pero estamos esperando”, insistió.
Además de la vecindad geográfica, Argentina y Bolivia son socios importantes en la región. Junto con Brasil, aquel país es uno de los principales mercados para el gas boliviano.
Entre enero y octubre de este año, la balanza comercial de Bolivia con Argentina alcanzó a $us 1.198 millones de dólares en exportaciones y $us 868,3 millones en importaciones. Es saldo comercial es positivo para el país, de $us 330,6 millones.
Además de la compraventa de gas, el principal producto de exportación de Bolivia a Argentina, ambos países mantienen un flujo normal de comercio fronterizo, de migración y de seguridad, considerando la relación de Estado a Estado y no de gobierno a gobierno.
Desde que Morales llegó a Buenos Aires en calidad de refugiado, el 12 de diciembre, el gobierno de Bolivia no deja de protestar contra la presunta permisividad de la administración de Fernández respecto de las declaraciones políticas del líder del MAS.
Incluso, más allá de cualquier consideración respecto de Morales, una de las inquietudes más recurrentes hacia el canciller Felipe Solá fue si el refugiado puede hablar de política. La respuesta del jefe de la diplomacia argentina fue que del político boliviano quisieran “el compromiso de no hacer declaraciones políticas en Argentina”.
Más tarde, el ministro tuvo que decir que Morales, como cualquier otro refugiado, tiene derecho a opinar sobre lo que quisiera, menos sobre asuntos internos de Argentina. Desde su llegada a Argentina el expresidente actúa en consecuencia, evita hablar del país que lo acoge cuando en las conferencias de prensa o las entrevistas le preguntan sobre, por ejemplo, Macri o Fernández.
El mismo Fernández se encargó de decir el jueves que bajo ningún motivo entregará a Morales a Bolivia, donde el Ministerio Público emitió el miércoles una orden de aprehensión por delitos de “terrorismo”, “sedición” y “financiamiento al terrorismo”, decisión que había anunciado el fin de semana la presidenta Áñez.
“Vamos a proteger a Evo Morales porque corresponde hacerlo en su calidad de refugiado político y porque todo el pedido de detención es una farsa”, dijo un funcionario del gobierno argentino según citó Infobae.
El Gobierno insiste en tomar medidas contra el expresidente, al que acusa de haber generado la convulsión en el país al mantener comunicaciones “sediciosas” desde México con dirigentes del MAS. Como prueba de esas acciones, el 20 de noviembre el ministro de Gobierno, Aturo Murillo, presentó ante los medios un video-audio en el que presuntamente se escucha a Morales hablar con el dirigente Faustino Yucra sobre la posibilidad de bloquear el ingreso de alimentos a las ciudades.
“No puede ser que un país vecino esté tratando de proteger a quienes han cometido actos supuestamente delictivos en este país”, reclamó hoy viernes el ministro de la Presidencia, Yerko Núñez.
Con el Tribunal Supremo Electoral (TSE) ya designado, Bolivia se apresta a nuevas elecciones para 2020, cuando se elegido un nuevo presidente para un periodo de cinco años. Se presume que habrá un nuevo gobierno al cabo de los primeros cinco meses del próximo año, tiempo que tendrán que esperar Bolivia y Argentina para la reposición de embajadores. (20/12/19)
/ / La canciller de Bolivia dijo que es “grave” que Argentina obstruya el arresto de Evo Morales y que “la relación bilateral está prácticamente paralizada”