Que la memoria no nos falle

Oscar Gómez Berthón

Este 22 de enero del 2020, en la tranquilidad de una tarde soleada recordaba aquellos 21 días de paro en los que la ciudad entera se movilizó para recuperar la democracia, de las manos de una tiranía opresora que quería llevarnos hacia el comunismo.

Debo admitir, que al inicio del paro no tenía confianza de que este iba a ser exitoso. Pensé que iba a ser un paro más, como aquellas tantas ocasiones en las que el Comité Pro Santa Cruz nos convocaba, pero como siempre, nuestros gritos solo quedaban en Santa Cruz y no hacían eco en las montañas.



Esta vez era distinto, pues nos jugábamos la libertad como bolivianos. Nos habían robado el resultado de las elecciones generales de una forma grosera, asquerosa y mentirosa, fiel al estilo de los tiranos opresores chavistas y castristas. No podíamos quedarnos de brazos cruzados, pues de lo contrario hubiera sido catastrófico para Bolivia.

 La reacción fue precisa, justa e inmediata. Santa Cruz lideró un paro indefinido y convocó a la unidad a los demás departamentos. Qué fácil suena decirlo, pero qué difícil que debió ser, tomar y anunciar esa decisión. Esto no se hubiera logrado sin la unidad, civismo y patriotismo que hubo en cada persona que se movilizó por las calles, barrios, avenidas y cada uno de los rincones de esta ciudad. Demostramos al mundo que estábamos unidos y que no íbamos a tolerar más mentiras. El aporte fue de todos, desde aquellos que amarraban pititas hasta de quienes soplaban la leña de las ollas comunes. Todos hicieron su parte, incluso aquellos que tuvieron miedo y que recién se unieron luego de la derrota del tirano.

Hay cosas que no podrán ser borradas de esta lucha histórica, cosas que quizás a más de uno vayan a incomodar y que no habrá forma alguna de cambiarlas o evitarlas.

No hay como negar que Santa Cruz, a la cabeza de su presidente cívico, gestó y lideró esta lucha de 21 días. Fue un tal Luis Fernando Camacho quien en su momento dijo que desconocería aquel resultado de las elecciones fraudulentas y luego el mismo dijo que llevaría una carta de renuncia para el tirano y que volvería con la firma y renuncia del mismo. Fue ese mismo cruceño que dijo que la biblia volvería al Palacio y de alguna forma contagió toda esa fe, valentía, civismo y patriotismo a toda Bolivia. Su liderazgo pudo unir Oriente y Occidente dejando de lado cualquier diferencia. Bolivia entera se unió a la lucha por la recuperación de la democracia. Hubo algunos políticos que tímidamente aparecieron, fieles a su cálculo, daban mensajes ambiguos y tibios, incluso algunos propusieron repetir las elecciones junto con el tirano, irónico pero cierto.

Hoy, aquellos que se sentaban en la misma mesa con los tiranos y opresores, aquellos que sufrieron embates de persecución, fiscalización y acosos a sus empresas, esos que tuvieron miedo y solo guardaron silencio durante los 21 días, esos individuos han salido de su oscuridad y más que nunca se muestran junto a un gobierno transitorio, intentando lavar su imagen.

Hoy vivimos tiempos distintos, hay tranquilidad pero la lucha no ha cesado. Toca reconducir nuestro país y subsanar todo el daño que dejaron los tiranos opresores. Hoy, con el patriotismo y la fe en alto puedo afirmar que Santa Cruz, a la cabeza de Luis Fernando Camacho, inició una lucha histórica por la democracia, consiguiendo la unidad de Bolivia entera. Sin temor a equivocarme, considero que ha llegado el momento de que el progreso de Santa Cruz sea replicado en Bolivia entera, sé que con fe y unidad podemos alcanzar cualquier objetivo. Que la memoria no nos falle, unidos vencimos y solo unidos venceremos.