El presidente de YPFB asegura que se harán los esfuerzos necesarios para reducir los costos de importación. Dijo que el MAS se dedicó más a la explotación que a la exploración de pozos.
En 2019 el país destinó 1.000 millones de dólares para la importación de diésel y gasolina especial, lo que equivale al 50 por ciento de los 2.000 millones de dólares que recibió por la exportación de gas natural, informó el presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Herland Soliz.
“Eso quiere decir que por importar combustibles nos estamos consumiendo el 50 por ciento de los ingresos que tiene este país y que tienen los bolivianos”, indicó ayer en el informe que dio sobre la situación de YPFB.En 2019 la empresa estatal destinó 700 millones de dólares para importar diésel y aproximadamente 300 millones de dólares para la compra de gasolina especial.
Soliz aseguró que se extremarán esfuerzos para reducir los costos de la importación de combustibles y que el país tenga mejores ingresos por el negocio del gas.
“Yo les garantizo que vamos a buscar la forma máxima de cómo disminuir estos costos para, así, tener mayores ingresos o tener mayores ahorros para los bolivianos”, dijo.
Actualmente, Bolivia importa el 60 por ciento de los combustibles que requiere el mercado interno, ya que la producción de YPFB no abastece la demanda. En los últimos años ha disminuido la producción de crudo en el país.
Soliz explicó que la baja en la producción de hidrocarburos se debe a que la pasada administración del MAS ha invertido más en la explotación de pozos de crudo que en la exploración de nuevas fuentes.Al no tener hidrocarburos las plantas procesadoras de YPFB han disminuido su capacidad porque no tienen materia prima.
Presupuesto
Para la gestión 2020 el presupuesto de la empresa estatal es de 2.700 millones de bolivianos, de los cuales el 40 por ciento será destinado a exploración y esa misma cantidad para la distribución. Esto todavía es ajustable, queremos dar mayor porcentaje para la exploración”, indicó Solís.
Ejecución
En 2019 el presupuesto de fue de 2.133 millones de bolivianos, de los cuales solo se ejecutaron 825 millones, lo que significa el 38 por ciento. “(En la pasada gestión) no se han usado bien los recursos y no pudieron cumplir las metas, hacen ver mal a la administración de YPFB”, dijo el funcionario.
Denunció que durante la pasada gestión la empresa era la caja de campaña y un agencia de empleos del MAS porque en 2019, año electoral, ingresaron 300 funcionarios en YPFB.
Detalló que en 2015 en la institución había 2.500 trabajadores; en 2018 eran 2.556, pero en 2019 la cantidad de funcionarios llegó a 2.845. “Incrementó de 300 trabajadores de un año al otro porque se venía la campaña electoral, fue mal administrada”, precisó.
Soliz explicó que durante la gestión del MAS la información de la situación de la empresa era restringida.
En 2019 YPFB ejecutó sólo el 38% de su presupuesto.
ES MÁS RENTABLE EXPORTAR GAS QUE USARLO PARA UREA
REDACCIÓN CENTRAL
El presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Herland Soliz, indicó que es más rentable exportar el gas, que usarlo para producir urea, por lo que se determinó parar el funcionamiento de planta de Bulo Bulo por unos dos meses, hasta que se termine la auditoría y se defina cómo reactivarla.
“Mejor nos sale tener la planta cerrada, sin funcionar porque más ingresos tenemos exportando ese gas que convirtiéndolo en urea. Estos dos meses vamos a tratar de tener prácticamente parada la planta. Donde disminuye la perdida es en la venta al mercado interno”, dijo.
Explicó que la planta de urea es el proyecto más deficitario que tiene la YPFB y se extreman esfuerzos para reconducirlo y hacerlo rentable.
Detalló que, inicialmente, la pasada gestión del MAS acordó que la construcción de la planta costaría 890 millones de dólares, pero al final se adicionaron 110 millones de dólares, por lo que su edificación costó 1.000 millones de dólares.
La planta de Bulo Bulo produce urea para venderla a 800 dólares la tonelada métrica, pero en el mercado internacional su precio es 250 dólares.
A esto se suma que su distancia con Brasil, el principal comprador, eleva el costo de transporte. “Este es el peor capricho político que se realizó en YPFB, este es el negocio más deficitario que tenemos actualmente”.
Fuente: lostiempos.com