Fuera de la caja

Extractos de chats*Alfredo LeigueDespués de escuchar a Bolsonaro creo que dice muchas cosas que el sentido común me obliga a meditarlo y considerarlo como una posibilidad alternativa. Efectivamente molesta por su incorrección política y por su tono pero su razonamiento de que las consecuencias de paralizar un país pueden ser peores que el virus en hambre y muertes por desatención vale la pena analizarlo y digerirlo.Eso sí, tiene toda la razón que la miseria, el no tener que comer y el caos son el escenario perfecto para que el comunismo que está al acecho tenga la oportunidad de oro de tomar el poder. Este tipo no está loco, nosotros no queremos escucharlo porque nuestro inconsciente pone freno a lo que nos despierta del lavado de cerebro organizado que nos tiene condicionados. Escúchenlo, salgan de la caja, intenten liberarse de paradigmas de laboratorios comunistas, liberémonos de prejuicios, adoptemos un enfoque pragmático y juzguemos si en su contexto puede tener razón y que podemos aprender de ese enfoque.Eso es lo que el mainstream de las ONG’s y la escuela de Frankfurt nos vienen diciendo para imponer el marxismo cultural y doblegar sociedades mediante clichés y lugares comunes.El grave problema de nuestras sociedades es que estamos penetrados por un discurso que ha permeado el subconsciente. Que prioriza la corrección política en términos de la izquierda antes que el razonamiento pragmático. La zurda se ha hecho cargo desde hace un siglo de la genealogía y producción de una nueva moral.Todo encaminado a menoscabar los valores del occidente capitalista para imponer mediante la intención de subvertir un orden donde las libertades estén primero. Es grave, analicen en qué están ocupando sus pensamientos estos días: cediendo en libertades y aceptando restricciones inimaginables antes de esto.¿Si la falta de alimentos y de actividad lleva al caos quien se beneficia? ¿Quién tendrá la oportunidad de imponerse en ese escenario? No pretendo tener la verdad. La verdad también está condicionada por la cultura, los valores y la ideología. Simplemente démosle la oportunidad al pensamiento científico que nos dice que si nuevos elementos aparecen estamos en la obligación de poner a prueba nuestras teorías precedentes y que las verdades valen hasta que se demuestran que son falsas y el insistir deja de ser un interés científico y pasa a ser un interés político.En el más simple de los conceptos la economía trata de la satisfacción de necesidades crecientes con recursos cada vez más escasos. Si no hay producción en nuestro depauperado país que el marxismo populista nos ha dejado como presente griego, habrá hambre y muerte por miseria.Repartir alimentos solo es posible si el estado los compra y los distribuye honestamente sin que hayan tropiezos ni corrupción en la cadena logística. Entonces surgen las preguntas básicas : ¿con qué dinero el Estado va a comprar si sumado el déficit existente hay una caída abrupta en la recaudación? ¿Cómo se puede tener producción y distribución de alimentos si se ajustan las medidas de cuarentena? ¿Puede el Estado hacerse cargo del empleo de las empresas que ni siquiera puedan pagar a sus trabajadores? ¿ si el sistema financiero condona o posterga el pago de capital e intereses por el lado del activo como va a pagar capital e intereses por el lado del pasivo?Las empresas no quiebran por perder dinero un año, quiebran por agotamiento del flujo de fondos y en la parálisis lo que no hay es flujo. Lo mismo le pasa al cuentapropista que puede tener casa y auto pero sin Flujo no tendrá para comprar alimentos. Venezuela es la muestra evidente de lo que le sucede a un país sin flujos externos y sin flujo interno. Se corta la cadena de pagos y las muertes por inanición, infecciones, falta de medicamentos y negligencia causan más daños que una guerra.El tema es el enfoque contable de las muertes que se achacan a múltiples razones siendo una sola: la ruptura de la cadena de pagos. Esas rupturas tiene precedentes en grandes hambrunas como la de la China de Mao o la de la URSS de Stalin y sin ir más lejos la del periodo especial post Perestroika de Cuba. Eso es lo que la inteligentzia norteamericana y brasileña está debatiendo, sopesando y mirando sus sociedades en términos de grandes agregados y de escenarios totales menos dañinos si optan por una solución o la alternativa. Asunto que acá está en manos de los políticos de aquí, acá y acullá, algunos ingenuamente pensando en el bien común, otros inteligentemente, los más interesadamente y también indiferentemente.La pregunta final sería cuántas vidas hoy costará la salud y vida de la población en el mediano plazo adoptando una u otra medida. Lo mismo que en las guerras: cuantas vidas nos costará sobrevivir.*Con permiso del autor.