Se calcula que necesitarán 30 millones de euros para empezar su vida en Estados Unidos y han contratado a quien fue responsable de la fundación Gates para llevar la suya
Buscaban privacidad, pero puede que donde caigan sea en el ostracismo. Meghan Markle y Enrique de Inglaterra dan estos días sus primeros pasos en su nueva vida independiente, sin el terrible peso que, al parecer, les suponía el título de Altezas Reales. Desde el martes 31 de marzo, los duques de Sussex —ese título sí lo seguirán manteniendo, al ser un regalo de bodas de Isabel II— vuelan solos. Y solos tendrán que vivir. No será fácil, ni barato. No para una pareja que necesita de un hogar, guardaespaldas, ayudantes, agentes de prensa y demás séquito, y además instalados en la otra punta del mundo. Su coste social y reputacional tampoco va a ser barato: de pertenecer a una de las familias más respetadas del mundo pasarán a ser unos famosos más en el ecosistema de Los Ángeles, buscando un trabajo, un hueco en una alfombra roja o unas exclusivas que, hasta ahora, no es que no necesitaran, sino que rechazaban.
Según los cálculos de los expertos, la independencia les va a salir cara a los Sussex, o a quienquiera que a partir de ahora les mantenga. No será el erario público británico, ni tampoco Donald Trump, que les dio una seca bienvenida a sus dominios en un tuit y después les despachó con un “Estados Unidos no pagará su seguridad. ¡Que lo paguen ellos!”.
Fuente: elpais.com