En Cochabamba, muchas tiendas de chocolate permanecen cerradas, y en La Cancha una sola vendedora ofrecía huevitos artesanales de chocolate en medio de una calle vacía.
La temporada de oro que las industrias chocolateras solían tener en esta época del año, con la demanda de los ya tradicionales huevitos de Pascua, desapareció en un abrir y cerrar de ojos con la cuarentena dictada a nivel nacional como medida para contrarrestar la pandemia del coronavirus.
Grandes industrias, como Breick, de La Paz, que fue la pionera en introducir la tradición de los huevos de Pascua a Bolivia, se quedaron con el stock listo para distribuirse en todo el país. Para Ti, de Sucre, dio vacación colectiva a sus trabajadores y anunció la suspensión de la producción a partir del 20 de marzo. Cóndor y El Ceibo, de La Paz, anuncian en sus páginas web que, por falta de carritos repartidores autorizados, no atenderán más pedidos hasta cumplir con los que se realizaron con anterioridad.
Baure, de Santa Cruz, informa que trabaja con el 15 por ciento de su personal y que también enfrenta el problema de la distribución.
En las páginas de Facebook de todas estas empresas, se observan pedidos y reclamos de clientes (en la mayoría de los casos sin respuesta) que preguntan cuándo pasarán por sus barrios o si podrán llevar el producto a sus tiendas.
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Según explicó el asesor legal de Breick, Germán Aparicio, la empresa fue preparando los huevos, conejos y otros antojos de Pascua desde agosto del año pasado, productos que ahora quedaron estocados hasta una nueva ocasión.
El problema, según explicó, no es la falta de producto, sino de vehículos repartidores autorizados, ya que con cuatro o cinco camionetas no se puede atender los más de 100 pedidos que llegan cada día. “El Ministerio no ve a los chocolates como alimentos prioritarios. No tenemos más vehículos autorizados. De 100 pedidos, apenas podemos atender 20”, explicó.
Pérdidas
El gerente comercial de Chocolates Baure, Hernán Vacaflores, indicó que su problema es el mismo: la producción para Pascua se preparó desde noviembre y diciembre, pero se tuvo que cortar la distribución de los huevitos de chocolate a otras ciudades del país, y que con pocos vehículos distribuidores apenas puede repartir a algunos nichos de Santa Cruz.
“El resto quedará estocado. Este año ya es un descalabro, es una pérdida casi del 100 por ciento”, explicó.
En sintonía con esta situación, Chocolates Cóndor encabeza su página de Facebook con el anuncio: “Debido a la no habilitación de más repartidores, no recibiremos más pedidos hasta cumplir los anteriores”.
Chocolates Breick, además, según explica Aparicio, dejó de contratar al menos a 100 personas eventuales que en esta época solían dedicarse al embolsado, empaquetado y distribución de los huevos de Pascua.
Aparicio reconoció que, a diferencia de otros alimentos, el chocolate no es un producto perecedero, y que en el caso de Breick, por ejemplo, el producto tiene un tiempo de vigencia de entre un año y dos, por lo que queda la posibilidad de que se venda en otra ocasión.
“De todos modos, hemos perdido una oportunidad de oro. Venderlos en otra fecha, sería como vender arbolitos de Navidad en marzo. Habrá que pensar en alguna estrategia comercial y pedir apoyo al Gobierno para que promocione la industria nacional”, concluyó.
Vacaflores, por su parte, indicó que felizmente el chocolate no es un producto perecedero, por lo que espera acomodar los huevitos al año siguiente.
Añadió que se analiza la posibilidad de refundir y retemplar el chocolate. “Cuando se tienen rellenos dentro, este proceso es casi imposible. Felizmente no es nuestro caso. Nosotros trabajamos con chocolate puro”.
Fuente: lostiempos.com