Al menos 73 personas iniciaron el viernes una huelga de hambre indefinida en el albergue del Liceo A-7, en demanda de una respuesta del Gobierno para que les señale día y hora para regresar al país.
sábado, 16 de mayo de 2020 · 00:52
Fuente: paginasiete.bo
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Cándido Tancara Castillo / La Paz
Los 655 bolivianos que arribaron en 14 buses a Iquique procedentes de Santiago el 30 de abril, iniciaron el mismo día la cuarentena en 34 aulas del Liceo Bernardo OHiggins o Liceo A-7. Tres días después se conoció que 23 de ellos estaban con coronavirus y el martes los últimos 14 infectados engrosaron los 108 pacientes. Fueron aislados en un ambiente de la Universidad Arturo Prat. La persona que estuvo infectada, contagió a la sala y así el virus se expandió, sostuvo el viernes uno de los pacientes aislados, que conversó con Página Siete vía WhatsApp.
El numeroso grupo de compatriotas, que partió de la comuna de Providencia (Santiago) y se instaló en A-7, por la presencia del Covid-19 se dividió en dos grupos: 547 que terminaron el miércoles su cuarentena y desde entonces esperan día y hora para volver al país, y los 108 que se encuentran en ambientes de la Universidad en espera de vencer al mal y dar negativo en los exámenes de laboratorio para retornar a sus lugares de origen.
Una vez las personas instaladas ahí (A-7), el virus se expandió, pues personas que dieron positivo están conviviendo con personas negativas, pero aun así esa es la situación en la que lamentablemente me infecté y ahora estoy con el virus y tratando de asimilar, dijo Enrique, joven y oriundo de la ciudad de Santa Cruz, padre de un niño que se encuentra al cuidado de su esposa.
Recuerda que hubo una falla de origen desde el momento en que fueron trasladados desde Santiago a Iquique, entonces no se les efectuó un control sanitario riguroso para separar a personas con el virus de las que se encontraban sanas. La verdad, no hubo un protocolo tras llegar de Santiago, no hubo un control estricto a personas que presentaban síntomas.
No solo eso, continuó, cuando llegamos al albergue (Liceo A-7), que parece un hotel, todo el mundo jugaba fútbol, tenis, no había control incluso de las autoridades que nos recibieron; no hubo control para prevenir o detectar si alguno estaba con el Covid-19, no hubo ese tipo de control. La aseveración de Enrique coincide con la del alcalde de Iquique, Mauricio Soria, quien dijo a este diario que los 655 bolivianos fueron subidos a los buses sin saber sus nombres, sin saber de dónde venían ni en qué estado se encontraban, sin preguntar si estaban enfermos, solamente se sacaron el problema que había en Santiago.
El joven cruceño llegó a la región de Paine, ubicada al sur de Chile, para trabajar en la cosecha de uva, limón y otros alimentos. Me vine a Chile para darle un buen futuro a mi hijo, ya le va tocar el kínder, y para darle todos sus gustos. Dijo que en Santa Cruz trabajaba como seguridad privada, le pagaban 70 bolivianos por 12 horas diarias. En cambio en Paine ganaba 200 bolivianos por día o más. Depende de tu esfuerzo, puedes ganar más. Relató que quedarse en esa región chilena significaba no hacer nada en la cuarentena y gastar en el arriendo por el techo y alimentación. Enrique era delegado de una de las 34 aulas, antes de ser trasladado a la Universidad Arturo Prat. Recordó que cuando se conocieron los primeros infectados, en el Liceo A-7, las autoridades chilenas en el albergue se aislaron de nosotros, ya no querían tener comunicación y temían por sus vidas, con justa razón.
Los pacientes necesitan ayuda
Enrique relató que en el A-7 los 547 bolivianos permanecen las 24 horas encerrados en las 34 aulas, después de la salida de los 108 enfermos con el Covid-19. En la Universidad los pacientes ocupan una decena de aulas, pueden salir al patio, lavar su ropa, caminar por los pasillos. Reciben desayuno, almuerzo y cena abundantes.
Sostuvo que los pacientes en su mayoría son jóvenes y varones, no manifiestan dolores como otras personas que les duele la cabeza, tienen fiebre alta, además de dolencias en el conjunto de su cuerpo. Yo no siento ningún dolor y espero dar negativo para volver al país, pero otros compañeros sufren, a uno de ellos el jueves lo llevaron a un hospital.
Pidió al Gobierno de Bolivia que lleve medicamentos para los dolores que no tienen que con el Covid-19, también insumos de limpieza, además de barbijos, alcohol en gel. Protestó porque el cónsul boliviano Juan Machinao Jiménez nunca se apareció en el A-7 ni para alentarnos. Relató que los enfermos con el virus solo esperan que el mal desaparezca y no contagien a otros, no reciben ningún fármaco para curarse. Los médicos les hacen dos controles por día: temperatura, presión y otras evaluaciones. Solo esperamos que pasen los 14 días para volver al país, dijo.
73 bolivianos iniciaron ayuno, piden salida de Iquique
De los 547 bolivianos, que concluyeron la cuarentena de los 14 días el miércoles (13) en el Liceo A-7 de Iquique, la tarde del viernes 73 iniciaron una huelga de hambre indefinida para exigir al Gobierno de Jeanine Añez la salida de esa ciudad chilena al territorio boliviano.
Ahora estamos entrando en huelga de hambre el 15-05-20 y desligamos responsabilidad de nuestras medidas al personal administrativo del Liceo A-7, señala la segunda carta manuscrita, dirigida a la presidenta Añez y entregada el viernes a las 16:30 en oficina del Consulado de Bolivia en Iquique. Explica que se ha llegado a un acuerdo de radicalizar nuestra medida petitoria entre todos los que nos encontramos albergados en el Liceo A-7, los cuales ya hemos cumplido la cuarentena exigida por su autoridad. La primera carta también manuscrita fue enviada el jueves y según los 34 delegados o de igual número de aulas del A-7 no tuvo respuesta. Advierte que esperarán una respuesta del Gobierno hasta el sábado a las 10:00, pues si hasta entonces no reciben una respuesta tomaremos medidas más drásticas. Una de las voceras, en representación de los 34 delegados, informó que por decisión de los delegados no aceptarán que les hagan pruebas Covid-19 en Iquique sino en Bolivia. Dijo que Chile y en particular la Alcaldía de Iquique ya dio mucho por ellos con techo y alimentación, ahora nos toca volver al país. Entre los bolivianos en el establecimiento educativo, hay 12 bebés lactantes y seis niños con edades entre cuatro y seis años. Además de mujeres embarazadas y personas de la tercera edad, la mayoría son jóvenes.
Fuente: paginasiete.bo