En algunos de los conflictos que se han presentado a los largo de las últimas semanas, las autoridades han visto motivos políticos y han acusado al expresidente Evo Morales de estar detrás de ellos.
Página Siete / La Paz
El conflicto en K’ara K’ara, al sur de Cochabamba y al menos otros nueve focos de descontento en cinco departamentos, presionan al Gobierno en plena emergencia sanitaria por el Covid-19. Las demandas de los grupos enfrentados son diversas, desde el levantamiento de la cuarentena, hasta la renuncia de autoridades.
El Alto, Ivirgarzama, Cajuata, Eucaliptus, Bermejo, Riberalta, Montero, Yapacaní y la cárcel de Palmasola, son algunos de los lugares en los cuales se han presentado protestas, marchas o bloqueos en los últimos días y semanas y en algunos de estos, también se presentaron enfrentamientos con las fuerzas de orden.
En K’ara K’ara, el más intenso de los conflictos actuales, desde el lunes, los vecinos mantienen cerrado el ingreso al botadero, rompiendo así la cuarentena por el coronavirus. Los pobladores piden que se atienda sus demandas, entre ellas la de flexibilizar esa medida y la realización de las elecciones nacionales.
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Adicionalmente, los pobladores también han demandado acceso al agua potable, el cierre del botadero que atiende a la ciudad de Cochabamba y la renuncia de la presidenta Jeanine Añez y el ministro de Gobierno, Arturo Murillo.
Estas últimas dos demandas, han dado a la protesta un caríz político de acuerdo a las autoridades, quienes han acusado al ex presidente Evo Morales y a su candidato presidencial, Luis Arce, de estar detrás del conflicto.
Si bien se ha avanzado en el diálogo entre los pobladores y el Gobierno, con la intervención de autoridades municipales y departamentales, el conflicto continúa.
Otro de los puntos de conflicto importantes se presentó a principios de mes en El Alto, donde manifestantes apedrearon buses y ambulancias que llevaban a personal médico, las demandas fueron la realización de elecciones en un plazo de 90 días, el levantamiento de la cuarentena y la vuelta al trabajo de diversos sectores.
La protesta derivó el pasado domingo en el bloqueo de algunas vías, el cual fue controlado, sin embargo, el descontento se mantiene y existen amenazas de que este se reactive.
Al igual que en K’ara K’ara, el gobierno acuso a los grupos en conflicto de tener móviles políticos.
Otras protestas se llevaron a cabo en el Chapare cochabambino, donde la policía regresó después de casi 5 meses de ausencia y fue expulsada y readmitida en los últimos días de abril.
En Ivirgarzama, en el corazón del trópico, pobladores bloquearon la carretera entre Cochabamba y Santa Cruz pidiendo el paso de combustibles para región, la realización de elecciones y la renuncia de algunas autoridades.
En Montero, uno de los municipios más afectados por el Covid-19, los médicos protestaron por la falta de insumos médicos, la falta de un laboratorio y pidieron acelerar la conclusión y habilitación del Hospital de tercer nivel de la región.
Hambre y banderas blancas
Desde el mes pasado, se han presentado varias marchas exigiendo la vuelta al trabajo y alimentos para la población, a raíz de la interrupción de las actividades por la emergencia sanitaria.
Estos episodios, han sido protagonizados por pobladores y algunos sectores económicos como el transporte o los gremiales, los cuales reclaman haber agotado sus recursos y encontrarse sin dinero para comprar alimentos.
Algunas de estas marchas se presentaron en los departamentos de Beni y Tarija el mes pasado, en las cuales, los ciudadanos rompieron la cuarentena para pedir una solución a sus problemas.
Otro fenómeno que se ha presentado en las últimas semanas es el de las banderas blancas.
En algunas poblaciones, vecinos han empezado a colgar banderas blancas en sus puertas y ventanas, como señal de que no cuentan con alimentos y poder ser ayudados por sus vecinos, pero en muchos casos estas se han ido multiplicando.
Uno de los casos más recientes se presentó en varios pueblos de Cochabamba y Oruro, donde cuadras enteras han colocado el símbolo en sus puertas, según reportan medios locales.
Eucaliptus enfrenta la pandemia sin médicos
Pobladores del municipio orureño de Eucaliptus agredieron a policías y personal de salud, que debió replegarse el lunes, por seguridad, debido a que se niegan a cumplir las medidas de bioseguridad y la cuarentena dispuesta por el Gobierno para prevenir el coronavirus.
Los vecinos no creen que la enfermedad sea real y afirmaron que es “invento de la presidenta Jeanine Añez”, explicó el Servicio Departamental de Salud (Sedes).
“Lamentablemente la gente allá no cree en la enfermedad, no creen en la situación que se vive a nivel departamental, nacional y mundial. Con una serie de adjetivos decían que (la enfermedad) era un invento, que nosotros habíamos llevado, que la presidenta Añez había enviado, que es un tema político. No aceptan que tres personas fallecieron por Covid-19”, dijo el director del Sedes Oruro, Henrry Tapia.
Los pobladores piden que los médicos revelen la información de los 11 pacientes de coronavirus que se registraron en ese municipio o, de lo contrario, renuncien. Uno de los afectados denunció a la Policía que, alentados por sus dirigentes, los comunarios intentaron quemar su domicilio.
Los incidentes parecen tener una intencionalidad política, debido al rechazo al actual alcalde de ese municipio, Jaime Ramirez.
El domingo y lunes, el personal médico del Centro de Salud de Ecucaliptus fue agredido por un grupo de personas que pedían su renuncia e impedían su trabajo. Según los videos difundidos por medios locales, entre las personas que pedían “justicia” y la salida de los médicos.
Con los ánimos exaltados, los pobladores lanzaban insultos y pedían la salida de los galenos. Por la falta de garantías, el Sedes replegó a los 20 salubristas, entre galenos, enfermeras y administrativos.
Fuente: Página Siete Digital