Digamos las cosas como son, evitando el engaño y el autoengaño

Ciro Añez Núñez

Entre los principios éticos morales de la sociedad plural prevista en la Constitución (art. 8) se encuentra: vida armoniosa, no seas flojo, no seas mentiroso ni seas ladrón, vivir bien y camino o vida noble.



Por whatsapp recientemente recibí una imagen gráfica bastante interesante, que desconozco quien es el autor de la misma pero es fantástica, consiste en una persona encerrada en prisión y entre las rejas con un palo se esfuerza por alcanzar un pan que se encuentra tirado en el suelo siendo que al lado del pan está la llave para abrir la celda.

Esta imagen gráfica me motivó a escribir estas líneas, pues conforme a los valores éticos morales antes mencionados, por un deber moral con total franqueza y honestidad, conforme al art. 108 numeral 3) de la Constitución, indicar lo siguiente:

1.- De nada sirve decir: “nos falta cultura y disciplina, somos muchos y es difícil comprendernos, o nuestra desgracia es por culpa de  tal o cual grupo político (el que fuese)”, etc. Todo eso, lamentablemente es tan solo conformismo, mediocridad y absurda victimización (hacer altares de alabanza al “probrecito yo”).

2.- El encierro  traducido en una cuarentena o confinamiento forzado no solo debe ser visto desde un punto de vista físico o material sino principalmente mental.

3.- La gente en líneas generales ya lleva tres meses de encierro y cualquier política de encierro tiene un alto costo económico tanto para el Estado pero principalmente para las personas particulares. Seamos realistas no habrá billetera que aguante en el sector privado si no existe productividad, al respecto hace meses ya escribí un artículo titulado: “el coronavirus puede también matar las empresas”.

En ese sentido, tengamos en cuenta que la economía jamás mejorará si no hay trabajo ni productividad, es decir, mientras exista encierro total por mucho tiempo más se acentuará la recesión económica y peor aún si no existen políticas económicas acordes a la realidad, que hagan sostenible una cuarentena en el tiempo.

4.-  A estas alturas de confinamiento está por demás de claro y evidente de que el país carece de esa cuarentena sostenible y lo más preocupante de todo, es la falta de sensibilidad y verdadera solidaridad de las autoridades y servidores públicos (no solo lo digo por el Ejecutivo también por el Legislativo y todo el aparataje estatal).

Uruguay, siendo un país pequeño, ni  bien surgió el problema del covid-19 en su región, la clase política sensible con su sociedad, inmediatamente buscó consensos y determinó como primera medida el achicamiento del Estado y el ajuste de sueldos en la función pública reduciendo al 20% para la adquisición de la mayor cantidad de tests del covid, siendo el país que más pruebas hizo en comparación a los demás países como Brasil, Argentina, etc.; mientras que en Bolivia en ningún momento existió tal visión más por el contrario se prefirió una cuarentena total sin tomar en cuenta las peculiariedades de cada Departamento ni permitiendo desde un inicio que los entes territoriales autónomas asuman su rol protagónicamente en la gestión de la salud pública y se prefirió más apretar al sector privado con obligaciones insostenibles colmadas de cargas no acordes a la realidad como la obligatoriedad de no reducción salarial en las empresas y sin acompañar con alguna política que constituya verdaderamente un aliciente para el sector privado, porque eso de diferir los pagos implica tan solo acumulación de deudas, más que beneficio es un total perjuicio a mediano y largo plazo, tampoco se bajaron los impuestos de forma temporal (a diferencia de Uruguay que ya lo está haciendo), etc., y a todo eso, sumar las desavenencias perniciosas entre Legislativo y Ejecutivo, buscando ventajas recibiendo sus sueldos completos en todo el sector público (tanto nacionales, locales como diplomáticos) sin descuento alguno, mientras tanto el pueblo sufre empobrecimiento y todas las consecuencias de un sistema sanitario colapsado por la falta de previsión por parte del anterior gobierno y también lamentablemente por la actual gestión ante los procesos judiciales por corrupción, por ejemplo la irregularidad en la compra de respiradores, etc.

5.- Si el propio Estado ha ido restringiendo derechos de manera temporal bajo el criterio de la excepcionalidad (por Ej.: la propia cuarentena total privó y priva el derecho a trabajar libremente lo cual obviamente provoca un fuerte impacto de falta de liquidez y productividad en las empresas), entonces para EVITAR los DESPIDOS MASIVOS, mínimamente el Estado debería hacer lo mismo, es decir, mediante ley permitir el «descuento salarial temporal» dada esta situación totalmente excepcional, como lo es una pandemia global, que no es responsabilidad del empleador ni del trabajador. Esa tarea desde un comienzo debió ser vista y analizada por el Legislativo. No es cuestión de aferrarse en Constituciones aspiracionales  frente una realidad concreta: crisis sanitaria y crisis económica (indubio pro operario frente al principio de la primacía de la realidad o veracidad) ante un Estado agigantado con un pueblo sufrido y en condiciones deplorables.

6.-  La celda o prisión en esa imagen gráfica que les comenté no es en sí la cuarentena sino la mentalidad, por lo tanto, aquella llave no es para aperturar dicho confinamiento a diestra y siniestra, sino que dicha cuarentena sea sostenible en el tiempo y eso solo será posible con buenas políticas donde todos los niveles del Estado lleguen a consensos pensando en las personas (no en intereses personales del político ni en intereses políticos partidarios), protegiendo el bien mayor (vida, salud y libertades individuales), teniendo a Uruguay como una nuestra y ejemplo para la región.

7.- En el ámbito de las familias bolivianas, por muy duro que parezca, la llave no está en vivir alabando los Estados niñeras, esperando de que papá Estado le dé algo o andar mendigando por algo (llámese bonos, etc.) tampoco debe vivir engañada o engañándose a si misma, perdiendo el tiempo en vanidades y/o distrayéndose destinando muchas horas frente al computador o la televisión escuchando a otros hablar sin que sean ellos mismos prácticos, objetivos y previsores acordes con su propia realidad.

En el punto tres (3) ya advertimos que con tres meses de inactividad laboral normal no existirá (de aquí para adelante) billetera sostenible para sus familias. Se debe ser creativo y con capacidad de adaptabilidad. Tenga listo un protocolo familiar en caso de que un familiar se enferme de covid-19 y sepa cómo manejar la situación no solo desde una perspectiva medica sanitaria sino también económica. No gaste su dinero (por muy poco que le parezca) si no ha tomado sus debidas previsiones.

Cada persona debe preguntase a sí misma con absoluta sinceridad, lo siguiente: ¿si tuviera una llave para salir del problema que decisiones tomaría sin que eso implique engañar al prójimo obviamente o ser un delincuente (una lacra social)?,  luego preguntarse: ¿esas decisiones son factibles, alcanzables, realizables?, ¿qué me impide tomarlas?, o ¿sólo prefieren conformarse con la olla común?, el bono del Estado?, etc.

Es necesario que cada persona detecte todos sus gastos, elimine todos aquellos gastos que pueda, y re-negocie los gastos que no pueda prescindir, honrando siempre los mismos.

En otras palabras, amerita un cambio de mentalidad, donde la gente piense en cómo activarse económicamente, optimizando su tiempo y dinero buscando productividad. No es cuestión de ocuparse (destinar tiempo en distracciones) sino ser verdaderamente productivo; por ejemplo, si es un trabajador, debe ser consciente de la situación y ver la manera de ser más eficiente en el trabajo, apoyando al empleador a que el barco de la empresa siga navegando y pueda sortear las dificultades existentes.

En la optimización del tiempo y del dinero, se debe apuntar al valor agregado, por ejemplo, si se desea pagar algún curso, éste debe contar con un «valor agregado», esto es, obtener un «titulo» con todas las formalidades previstas con el respaldo de universidades formales nacionales debidamente acreditadas al sistema. Ese título le dará un mayor valor en el tiempo (a mediano y/o largo plazo), es casi como una inversión pues lo contrario es tan solo llenarse de certificados digitales o impresos, pura subjetividad, vanidad, ilusiones, gasto. No se debe vivir en la ilusión del ego sino en una realidad concreta.

Es bueno entender que por mucho que se desee saber siempre les pedirán algún «título» que lo respalde y tampoco olviden de aquella probabilidad de que su cliente a lo mejor no tenga dinero con qué pagarle. Entonces debe buscar la manera de brindar un mejor y adecuado servicio; para eso obviamente necesita de tiempo bien invertido y no solamente llenarse la cabeza de información (la gula de información sin un fin concreto y real es solo perdida de tiempo).

Advierta que las cosas tienen que ser vistas a largo plazo, por lo tanto, no perdamos el tiempo, las familias deben necesariamente ajustar sus presupuestos a diciembre, 2021, por ende no amerita distraerse en banalidades. No perdamos el tiempo, actuemos con creatividad, disciplina, optimismo y con resiliencia.

Fuente: eju.tv