Expertos alertan: Coronavirus puede generar diabetes “violenta y grave” en pacientes sin antecedentes

 

 

 

Según datos oficiales de la Organización Mundial de la Salud, en los seis meses que van desde el inicio de la pandemia de coronavirus, la diabetes, enfermedad que aqueja a 420 millones de personas en el mundo, se ha convertido en un importante factor de riesgo para los casos graves de la infección.



Pero la diabetes podría tener un vínculo más cercano con el patógeno. Porque de acuerdo a una carta publicada en el New England Journal of Medicine por un equipo internacional de investigadores en el área, el COVID-19 también se ha relacionado con la generación de casos nuevos del virus. También se descubrió que aquellos que ya tienen diabetes experimentan “complicaciones metabólicas graves”, incluyendo problemas causados por niveles peligrosamente altos de azúcar en la sangre en diabéticos tipo 1 y 2.

De acuerdo a los autores, 17 doctores que desarrollan sus labores en importantes centros médicos del mundo, una de las razones por las que han visto estos nuevos casos es por el estrés generado por la enfermedad, así como la forma en que el cuerpo procesa el azúcar.

Según el texto, la causa aún no está clara, pero se sospecha que está relacionada con una proteína específica del SARS-CoV-2, la enzima convertidora de angiotensina 2 (ACE2), presente en los revestimientos de los pulmones, que también se encuentra en otras partes del cuerpo humano. Además afirman que el receptor que el virus usa se encuentra en órganos que juegan un papel clave en el metabolismo, como el páncreas, tejido adiposo, intestino delgado y los riñones.

En la carta, los médicos instan a la población a tomar precauciones adicionales y evitar la exposición tanto como sea posible. Sin embargo, los resultados de la investigación en curso sugieren que incluso personas sanas pueden desarrollar enfermedades que afectan a los órganos antes mencionados.

Por ello, los investigadores crearon un registro global llamado Proyecto de Registro CoviDiab con el objetivo de registrar nuevos casos en los que pacientes sanos desarrollan diabetes después de la infección por COVID-19.

“Estamos tratando de entender qué situación está detrás de las observaciones”, afirma el codirector del registro y profesor de cirugía metabólica en el King’s College London, Francesco Rubino. “Ya existe evidencia concluyente de que las infecciones por COVID-19 pueden deteriorar la condición de las personas con diabetes preexistente”.

Los registros también muestran que aproximadamente una cuarta parte de las muertes relacionadas con coronavirus son personas con diabetes. “Es una de las enfermedades crónicas más frecuentes y ahora nos estamos dando cuenta de las consecuencias del inevitable choque entre dos pandemias”, indicó Rubino.

“Dado el corto período de contacto humano con este nuevo coronavirus, el mecanismo exacto por el cual el virus influye en el metabolismo de la glucosa aún no está claro y no sabemos si la manifestación aguda de diabetes en estos pacientes representa el tipo clásico 1, tipo 2 o posiblemente una nueva forma de diabetes”, agregó.

Violenta y grave

El Dr. Iván Solis, internista endocrinólogo de Clínica Dávila, respalda la versión de los otros profesionales: “Efectivamente las infecciones en general descompensan a los pacientes diabéticos, sobre todo si están mal controlados. Las infecciones son más severas y si en el caso de una infección por Covid ya existe un paciente diabético descompensado, será más difícil de controlar. Esto es muy claro, y lo estamos viendo”.

“Por otro lado, algo que menciona el artículo y que también hemos visto, es que hay pacientes que están debutando con diabetes en relación a la infección por Covid. Parten con una diabetes aguda, bastante violenta, como una cetoacidosis diabética. Se empeora la condición del paciente, y se está viendo con cierta frecuencia mayor a la sospechada”, comenta.

La cetoacidosis diabética es una afección que pone en riesgo la vida, y ocurre cuando el cuerpo empieza a descomponer la grasa demasiado rápido. El hígado convierte la grasa en un impulsor llamado cetona, que hace que la sangre se vuelva ácida. Otro de los casos, según el especialista, es el síndrome diabético hiperosmolar hiperglucémico, afección que presenta un nivel extremadamente alto de azúcar (glucosa) en la sangre.

Solís explica que aunque los pacientes “debutan” con esta diabetes, bastante violenta y grave, pueden ser tratados y sólo queda como un episodio transitorio, aunque también hay casos en que esto puede perpetuarse.

Además, afirma que no es la primera vez que se ven este tipo de casos. Antes, con el SARS (primo genético del SARS-CoV-2), también se registraron casos de una diabetes “violenta”.

“Los científicos están reuniendo información sobre los pacientes infectados y sin historia de diabetes previa. Tenían sus niveles completamente normales. Ahora se están juntando todos los casos porque esto podría tener implicancias patogénicas, es decir, que pudiésemos explicar de alguna manera la ocurrencia de la diabetes en estos casos”, afirma Solís.

“Todavía no se sabe si hay alguna relación con la edad, obesidad, historia familiar u otra cosa. No hay patrón definido y por eso se están ingresando algunos pacientes a los centros involucrados, con información que probablemente vaya a aportar datos en un análisis posterior”, sostiene.

Fuente: La Tercera