Adrián Jusino, el señor de 16 caballos

El defensor de la Academia rescató a cuatro animales de Huajchilla y se los llevó a Coroico, donde mantiene a otros 12 que viven en libertad.

Los caballos comían de la basura. Sin dinero para alimentarlos, sus  dueños los dejaron a su suerte.  Conmovido por la situación  Adrián Jusino, defensor de Bolívar,  inició el rescate. «Me dio pena. Vi las imágenes en las redes sociales y me fui a Mallasa a buscarlos», contó el futbolista que salvó a cuatro animales. Se los llevó a Coroico, donde tiene  otros 12 que viven en libertad en un espacio de 1.500  metros  de establo y 150 hectáreas de pastizales.



 Jusino se convirtió en el señor de los caballos.  En su tierra construye prácticamente un santuario para cuidar a los que para él son su pasión.  «Tengo mucho amor por esos animales», contó.  Con ese afecto, emprendió la travesía para liberar a cuatro seres que lo necesitaban.

  Buscó puerta por puerta. «Cuando llegué a Mallasa no había nada. Llegué hasta Huajchilla y nada»,  relató.  Las protestas en las redes sociales asustaron a los dueños. «En dos casas vi que tenían caballos. Toqué, pero nadie me abrió, seguramente por miedo. En la tercera casa me abrieron y encontré a los caballos. Gracias a Dios no estaban mal tratados», celebró el futbolista  de 27 años.  Inmediatamente, el defensa les hizo una propuesta a los propietarios. «Me dijeron que no podían criarlos por el tema de la manutención. Ellos trabajaban de radiotaxistas y lo que ganaban era para que su familia coma en el día. Pagué», relató el deportista que se quedó con las ganas de llevarse a todos los caballos que estaban en las casas del lugar.

Los caballos  buscaban comida en la basura, en Mallasa.
Foto:RRSS

 Pero Jusino no pierde la esperanza. «Entre ellos se conocen. Les dejé mi número de celular y cuando los demás dueños gusten, que se comuniquen conmigo y yo estaré abierto»,  manifestó.

 El yungueño se  crió «con muchos caballos, en el campo».  Quizá hace esa labor en homenaje a su Chocolatín, Canguro y Negro, los caballos que lo acompañaron en su infancia.  «Criar a un caballo es una inversión grande», reconoció.

Pero su amor puede más. «No son utilizados para el trabajo. Yo los tengo a todos libres, salen a pasear a las 8:00, con los cuidadores, y se quedan todo el día en los pastizales, libres. Vuelven por la tarde-noche al establo y ahí se les da su última ración del día», detalló.

 En Coroico, los caballos tienen tres cuidadores, un veterinario y un experto en herraduras. «Requieren mucho cuidado. Se les debe hacer desparasitaciones cada cierto tiempo, se les inyecta vitaminas, se les inyecta sales, se les debe dar sales de rehidratación, zanahorias, manzanas y muchas cosas que le elevan el presupuesto a uno de forma importante», explicó.

Para Jusino, rescatar a los cuatro caballos fue la mejor inversión. «Es lo mejor que pude hacer. Había mucha protesta en las redes. Creo que los caballos hubieran sido decomisados. Como amigo, les pedí que me los vendan para evitar que se los decomisen y también para ayudar a la gente. No fue la manera correcta, pero era lo mejor»,  resaltó el ahora defensor de los caballos.

Fuente: paginasiete.bo