Antropología: Homo economicus, homo politicus, homo erythroxylum

Por la pandemia del virus chino que nos agobia a todos, la población mundial se está aislando y encapsulando, por lo cual como primates sociales y competitivos nos sentimos afectados en nuestra salud física y mental. Irónicamente este virus comunista chino, nos ataca de forma democrática y sin distingo, quizá porque somos de la misma especie y parte del ecosistema.

Somos una especie homínida, descendientes de Lucy, que cada día somos más y al expandirnos estamos arrasando con el planeta. Vivimos hacinados, en una sola morada, en un mismo planeta y lo hacemos en interdependencia social, pero también ecológica, por lo que nuestra salud y bienestar depende tanto de la salud del ecosistema, como la de nuestro grupo social. Esto quiere decir que debemos cuidar de ambos.



En la naturaleza y como seres biológicos nos desarrollamos mediante la selección natural, donde lo viejo perece para que lo nuevo prospere. En la vida en sociedad lo hacemos mediante la competencia; una competencia económica capitalista y una competencia política socialista, y lo que más nos fastidia es que ambas nos ponen en aprietos y sin pedir permiso.

El capitalismo es permanente cambio y en ello reside su antipatía, pues nuestra aversión al cambio es enorme y preferimos que las cosas no cambien, para así no cambiar nosotros.  Por su parte el socialismo busca seducir; el discurso socialista y populista es antinómico, contradictorio y proclama que “todo es de todos”, aunque el socialismo real nos muestra que: “todo es del gobierno, y el gobierno es de los dirigentes”.

Las sociedades socialistas tienen discursos populistas y prácticas dictatoriales y la población se encuentra bajo las órdenes de un poder central del cual depende la vida de todos. En nuestro país, con el populismo cocalero se restringieron las libertades individuales, lo que afectó a la sociedad y al funcionamiento eficiente de la economía y de la producción. Con el estatismo y el dirigismo aplicado a la actividad económica, el trabajo empresarial se distorsionó y también las funciones propias de los mercados, cual es regular los precios y asignar los recursos en un marco de libre competencia y derechos de los consumidores.  Finalmente y con el populismo todo el manejo de la economía quedo en las manos y los bolsillos de la burocracia del partido.