Redacción central / El Alto / La Paz

El ingeniero Carlos Ayo en alianza con tres empresas inventaron los hornos crematorios portátiles que funciona a gas GLP (Gas Licuado de Petróleo), que podrán ser utilizados en distintos municipios para incinerar a fallecidos por coronavirus (Covid-19).

“Vimos la posibilidad de hacer un horno móvil para beneficiar a los municipios y a las familias bolivianas, tendrán un crematorio móvil y portátil”, afirmó Ayo, en entrevista con El Alteño.Descripción: http://cd1.eju.tv/wp-content/uploads/2020/05/img_5ece8d164127a.gif



Los cuerpos de las víctimas de la pandemia del Covid-19, tienen que seguir todo un protocolo para ser enterradas a una profundidad de más de tres metros, en bolsas plásticas y sin que sus familiares puedan despedirse; no obstante, la cremación es una de las mejores formas de evitar que el virus se siga propagando aún después del deceso.

“Lo más indicado es cremar los cuerpos con coronavirus, suena frío, pero lamentablemente enterrarlos conlleva ponerlos a presencia de aguas subterráneas y que las partículas puedan seguir vivas y llevarlas a otros lugares; mientras que si se incinera junto al cuerpo de esa persona infectada morirá virus”, aseveró.

El horno portátil ya fue construido y el proyecto fue puesto a consideración de las autoridades nacionales y departamentales.

TRES GARRAFAS

La cremación de un ser querido en una funeraria de las pocas que hay a nivel nacional “cuesta un ojo de la cara”, más de 5.000 bolivianos aproximadamente; no obstante, en esos hornos portátiles sumado el monto equivalente a tres garrafas de gas, está entre 240 a 280 bolivianos” .

“La cremación es muy cara, es por eso que nosotros como empresarios buscamos ayudar a las personas y a los municipios. El costo de cada cremación (con el uso del horno portátil) asciende (al gasto con) tres garrafas de gas”, resaltó Ayo.

A BASE DE GAS

El horno portátil funciona a base de combustión de GLP, que le da la suficiente potencia para dejar en cenizas el cuerpo de una persona de una altura de 1,90 metros de alto y un peso de 90 a 140 kilogramos.

“Tiene su propio grupo generador con una alimentación de 160 millones de litros de aire por hora a base de gas GLP, que garantizan la incineración de personas que midan hasta uno noventa de alto”, expuso.

Dicho crematorio móvil puede incinerar cuerpos en un tiempo estimado de 30 a 40 minutos para evitar el acumulamiento de cadáveres en un solo lugar.

Ayo explicó que, en cuanto a las emisiones gaseosas, el horno portátil garantiza y controla el humo ya que tiene dos cámaras de combustión para evitar que escapen partículas que dejan las cenizas.

“Se tiene una primera cámara de incineración a 900 grados centígrados y una segunda cámara de combustión para que no escapen todos los gases y partículas a 1.350 grados centígrados de calor”, detalló.

El crematorio también cuenta con filtros, el primero húmedo para atrapar las partículas más finas, otro filtro de carbón activo y fibra de silicio que evita que todo gas pueda escapar de la cámara “evitando que no haya vida dentro del horno”, estableció.

LISTO PARA LA URNA

Además, el ingeniero Carlos Ayo detalló que, el equipo se auto limpia y se cargan las cenizas a un “molino que deposita los restos en una urna” automáticamente.

Una vez terminado el trabajo, el horno posee un nebulizador que se encarga de eliminar cualquier tipo de partículas y desinfectantes a base de agua oxigenada preparada para la limpieza completa del equipo.

El horno crematorio portátil que presentó el gerente de Cryotec SRL.  tiene una dimensión de cinco metros de largo por 2,40 de ancho.

Cabe solo una sola persona dentro del horno, pero se puede cremar un cuerpo cada 30 a 40 minutos. Tiene filtros para evitar que partículas escapen en el humo.

Fuente: El Alteño