En memoria de Óscar Urenda

 

Óscar Urenda dio la mayor lección moral que hemos tenido el honor de contemplar en este tiempo de tragedia y adversidad suprema. Ha dado todo lo que puede ofrecer un hombre de bien: ha cumplido su deber, y lo ha cumplido hasta las últimas consecuencias, sin calcular cuánto arriesgaba en ello, sin detenerse ni siquiera el momento en que podía haberlo hecho sin desmerecimiento alguno (a la primera vez que dio positivo a la enfermedad y se curó de ella).



Cualquiera hubiera renunciado en ese momento. Pero Óscar no renunciaba: no solo quería ser bueno sino excelente, y no solo excelente, sino virtuoso.

Su motivación no era individual. Actuó pensando en su comunidad, en su país, en los que más sufrían y necesitaban.

Vivió una vida productiva y exitosa, y murió como un héroe.

Deja un legado enorme a todos los bolivianos: un ejemplo que debemos preservar y repetir. Y un orgullo aún más grande para sus descendientes.

Propongo crear la orden Óscar Urenda para reconocer los actos más nobles de valor y patriotismo que ocurran en el país. Será un justo homenaje a este compatriota que nos ha ofrendado lo más valioso que tenía con el coraje más grande y la mayor generosidad.