Bloqueos, destrucción y derechos humanos bajo el populismo cocalero

 

Evo emulando a Marx, explica que la riqueza no se logra con la sola expropiación de la plusvalía, sino de la extensión de la cocalía.



El Castrochavismo se encuentra en “desescalada” y su principal objetivo es defender su millonario y creciente ingreso económico: la coca y el narcotráfico.
En su estrategia de movilización, para conquistar y mantener el poder, los populistas usan técnicas de manipulación psicológica y apelan a los intereses económicos y el rencor por la discriminación étnica y socioeconómica que sufren algunos sectores sociales. Exacerbar estos sentimientos, los ayuda a movilizar a las masas en procura de instaurar el populismo cocalero y el comunismo.

Hasta hace poco Bolivia, un país y una población de arraigado mestizaje, marchaba buscando ser cada vez más incluyente. Lamentablemente esto se frenó con la llegada al Gobierno del populismo cocalero, el que precautelando sus intereses económicos y de poder impulsa una guerra interna basada en el racismo y la discriminación. Ellos proclaman que esta guerra es en defensa del pueblo, pero la verdad es que lo es en defensa de la coca y el narcotráfico. Como un complemento estratégico, atizan las pugnas regionales.

Los dirigentes populistas en sus discursos explicitan claramente sus intereses e intenciones y como la memoria nos hace libres; no debemos olvidarlos:

Hace pocos días, el dirigente indígena Felipe Quispe, apodado el Mallku, declaraba: “Entonces, de 1825 hasta el actual gobierno de Añez hemos sido manejados por gobiernos que no son nuestros. Son extranjeros, son colonos, son coloniales que vinieron de Europa, de Croacia, de otros lugares. Ellos nos gobiernan y nosotros seguimos abajo. Nos han visto como salvajes. Nos han tratado de mierda y de todo.
Entonces yo creo que ha llegado la hora de decir basta. Ellos que se vayan a su madre patria, como se ha ido Gonzalo Sánchez de Lozada a su país, igualito que se vayan
”.

Nosotros vamos a mantener los bloqueos de carretera, no tenemos por qué levantar, porque no hay confianza en la presidenta transitoria, porque es una mujer mentirosa”. Felipe Quispe

Túpac Katari vuelve, carajo! Los k’aras van a tener que temblar y van a tener que irse”. Era la consigna de un grupo de Ponchos Rojos de origen aimara y  que avanzaron sobre la ciudad de La Paz armados con fusiles y palos, a caballo y en vehículos motorizados.

Más bien en las ciudades (los opositores) dejen de perjudicar con paros, si quieren paro, no hay problema, nosotros vamos a acompañar con cerco a las ciudades, para hacernos respetar, a ver si aguantan”. Evo Morales en el Municipio de Sicaya de Cochabamba.

En la última confrontación y luego de la fuga de Evo, las masas cocaleras y mineras, afines al MAS alentaban el revanchismo incendiario y sus demonios escondidos, bajo el grito “ahora sí, guerra civil”. Esto lo hacían durante su recorrido por avenidas de El Alto de La Paz, atemorizando a los vecinos.

Said Cabrita, Secretario de Conflictos de la FUTPOCH, haciendo gala de su prepotencia, declaraba en Sucre: “Si hay cualquier sobresalto o contra cualquier dirigente que estén deteniendo o queriendo meter preso, va a ser responsabilidad de la justicia si re articulamos nuevamente movilizaciones o salimos a las calles”.

Para reforzar aún más la impunidad (el derecho humano cocalero) de los bloqueadores y vándalos; la jefa de la Bancada Nacional del MAS, Betty Yañiquez presentó el lunes pasado un proyecto de “Ley extraordinaria para la protección y no criminalización de la protesta social de dirigentes sindicales, líderes sociales y cualquier persona movilizada en agosto en defensa de la vida, democracia y la educación”.

Esta ley masista fue elaborada para proteger a los bloqueadores, e institucionaliza y promueve el vandalismo, la convulsión social y el derecho irrestricto de destruir bienes públicos y privados sin ninguna sanción.

Recordemos que a la huida del cocalero, se instala por sucesión constitucional un Gobierno de transición y este gobierno, entre otros aspectos está dando duros golpes al narcotráfico, lo que debilita al MAS. Ahora los masistas están aún más furiosos porque le quitan la mamadera, y en represalia envían a sus huestes a bloquear y destruirlo todo.

Los bloqueadores trabajan tarifados haciendo el trabajo sucio para sus jefes populistas y la esencia de su trabajo es aterrorizar al Gobierno y la población, chantajear, dominar y dar vía libre al negocio de la coca y sus derivados.
Durante el ejercicio de su sacrificada y excitante labor, estos bloqueadores hacen todo tipo de destrozos (eventualmente reciben algunas patadas de los pacos, cuando los detienen por poco tiempo) y no responden por el daño económico y personal que causan a las personas particulares, sus propiedades y los bienes e infraestructura pública.

El Ministro de Economía dice que la economía boliviana produce alrededor de 100 millones de dólares cada día, por tanto Bolivia en estos últimos bloqueos dejó de producir y por tanto perdió mil millones de dólares y esto quien lo paga?.

Los bloqueadores y sus jefes no lo pagan, ni resarcen el daño económico, social y de salud que causan a las personas. Como lo único que entienden es de dinero, hay que cobrarles en billetes verdes; además de aplicarles la sanción penal correspondiente.
Se les debe expropiar sus billetes verdes, que contantes y sonantes tienen en sus gangochos y con ello resarcir por los daños causados ¿Quién lo hace?. Entendiquichu manachu?, Janiwa.

 

Fuente: ovidioroca.wordpress.com