Mesa y la UDP: crónica de una renuncia anunciada

Emilio Martínez

En un ejercicio de futurología, Carlos Mesa dijo que “el próximo gobierno enfrentará una crisis peor que la de la UDP”, operación discursiva que podría tener un efecto boomerang sobre el ex mandatario.



Sucede que la visión económica del también candidato, favorable a la emisión inorgánica de moneda, coincide bastante con la aplicada en los años ´80 por la UDP, por lo que él sería uno de los peores capitanes posibles para navegar ese tipo de tormenta.

Para el economista Mauricio Ríos García, “con lo que pretende Mesa en materia de política monetaria podría provocar fácilmente una inflación de dos dígitos, que no sólo no soluciona ningún problema, sino que agrava los que ya tenemos”.

Otro economista que ha advertido sobre los “especialistas en keynesianismo” que rodean a Carlos Mesa es Hugo Balderrama, quien remarca que “si el próximo gobierno no deja al sector privado producir riqueza, que es lo que sabe hacer, todos sus planes llevarán al fracaso”.

Balderrama alertó sobre una eventual continuidad de las “políticas que el MAS usó durante 14 años y que nos llenaron de elefantes blancos”, que a su juicio son las que podrían llevar al país a una crisis como la de los ´80.

Pero la comparación entre el mesismo y la UDP no se agota en la política económica inflacionista, sino que también se presta a paralelismos históricos entre el acortamiento de mandato de Siles Zuazo y las reiteradas renuncias de Mesa a la presidencia de la república.

Y es que ante una perspectiva de situaciones críticas se necesita un liderazgo capaz de asegurar estabilidad, lo que en el siempre convulso panorama nacional implica resiliencia: la capacidad de gestionar y superar las crisis, reinventándose periódicamente.

El desmontaje –gradual pero sistemático- de las estructuras de poder de la dictadura sindical será uno de los principales desafíos para los próximos años. En ese contexto, la gobernabilidad la forjarán los que resisten y no los que declinan (y que además tienen la irresponsable tentación de echar a andar la máquina de imprimir billetes).

El evismo estará buscando las oportunidades para desestabilizar la democracia y frente a eso hay dos tipos de experiencias muy distintas a tener en cuenta: la positiva de las pacificaciones de noviembre y agosto, o la catastrófica del bienio 2003-2005.

Así las cosas, el ejercicio futurológico aplicado a Carlos Mesa sería la crónica de una renuncia anunciada.