Miraba las noticias cuando vi al Mallku, un colla senil que quiere expulsar a todos los bolivianos que no se parecen a él.
– «Refundaremos el collasuyo» -dijo el Mallku, flamante Comandante en Jefe, Gran Mariscal, Insigne exponente del arte del bloqueo y burreras similares.
Luego añadió.
– «Hay que liquidar a Bolivia» -dijo el iluminado entenado de Inti.
Viéndolo y en medio de mi asombro, se me ocurrió pensar que yo también podría ser candidato.
Entonces le dije a mi asiática:
– «¡Seré candidato!
La hermosa ojos de alcancía, me miro con lástima y sonrió mientras se acomodaba el largo y oscuro cabello.
– «Ya hay bastantes incapaces de candidatos. ¿Vos también querés sumarte? -dijo.
Moví la cabeza afirmando la idea.
– A ver, digamos que sos candidato. – ¿A quién vas a representar? -preguntó ella.
Al ratingo, la inspiración vino a envolverme con su luz.
– «Hoy me proclamo, como el Representante y Defensor Divino de los Feos y Vagos bolivianos» -dije triunfante.
La asiática lanzó una carcajada que hizo despertar a Chichino Morales de su sueño de catorce años.
– ¿Y a quiénes invitarás para que te acompañen? -dijo la asiática, aguantándose las ganas de orinar.
Mi mente, altamente entrenada en boludeces no dudó.
– «Huarachi, el de la COB sería mi Vice, no trabaja y es más feo que una cucharada e moco» -dije, empezando mi lista.
– ¡Excelente representante, pero anda muy ocupado! -afirmó triste la amarilla.
Ni modo.
Tuvimos que descartar a los de la COB, esos ya ganan mucha plata jodiendo al país.
Después añadí a mi lista a varios periodistas feos y gordos, pero esos son hinchas de Evo.
¡Nada qué wer!
La asiática me sugirió a un escritor feo que conocemos, un gordo que defiende a capa y espada a Jeanine soñando con una pega, pero lo descartamos. Se pasa de chupa.
Miramos por todos lados y vimos que todos los vagos que podrían sumarse ya son Diputados o Senadores, otros son Alcaldes Gobernadores, Concejales o empleados públicos.
..Desanimado miré impotente a la asiática, entendiendo que estoy solo en esta lucha, además que si bien soy feo, nunca he sido vago.
– «Busquemos entre las mujeres, por ahí pillamos alguna» -dijo la asiática, tratando de darme ánimo.
– «No, está difícil esto» -le respondí desolado.
– «Tenés razón, además, no existe mujer fea, solo maridos y cortejos yescas» -dijo la asiática.
Me quedé sin respuesta y no sé, pero escuchando eso, me acordé de algunas parejas de Evo, más tuneadas que petas de narco.
Suspiré resignado, bajé la cabeza y me senté delante de la compu, revisé los mensajes por si había algún pedido de libros y entonces sentí el beso que la asiática me daba en el coto.
No fue más, al ratingo me olvidé de ser candidato a algo…
Fuente: Facebook El Escribidor