Transportan a los migrantes por “sendas ilegales” en flotas y micros. Pasan por tres departamentos: Santa Cruz, Cochabamba y Oruro. El destino final es Chile.
Detrás de la red de trata y tráfico de haitianos hay bolivianos. Son choferes que transportan a los migrantes desde un punto fronterizo a otro.
Solo hasta el 20 de agosto, la Dirección Nacional de Migración identificó a cinco conductores que trasladaban a los haitianos por “sendas ilegales” dentro del territorio nacional para evadir controles fronterizos.
Los choferes estuvieron involucrados en tres de cinco casos de trata que se reportaron este mes en Bolivia y que, presuntamente, devela la existencia de “una peligrosa red de trata y tráfico y delitos conexos que está trabajando a nivel latinoamericano, es decir, entre Brasil, Bolivia y Chile”.
El titular de esa instancia gubernamental, Marcel Rivas, informó que dos de los conductores fueron detenidos el 3 de agosto.
Ese día, en Puerto Quijarro (zona fronteriza boliviana), interceptaron una flota con 40 haitianos a bordo.
El medio de transporte estaba a cargo de dos hombres que pretendían introducir a los extranjeros por rutas irregulares.
Ambos fueron puestos a disposición de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) y uno tiene detención preventiva.
SEGUNDO CASO
Dos choferes más que también tienen supuesto vínculo con la red fueron detenidos 20 de agosto, en la tranca de Chiñata (Sacaba).
Ambos eran responsables de un micro en el que llevaban a 22 haitianos, 12 mujeres, siete hombres y tres menores de edad.
Su objetivo era dejarlos a la frontera boliviana con Chile.
TERCER CASO
Al día siguiente, 21 de agosto, cayó el último conductor. Usó su flota para llevar a 28 extranjeros a Pisiga (frontera boliviana con Chile)
Las autoridades del Organismo Operativo de Tránsito lo interceptaron en el retén de Suticollo. Transportaba a 19 mujeres, cinco hombres y cuatro menores de edad. El destino final era Chile, pero ninguno tenía el sello de ingreso a Bolivia.
El chofer contaba con un permiso de circulación que solo valía hasta el 31 de julio, además, las investigaciones preliminares, revelaron que tenía antecedentes por tráfico de sustancias controladas.
DENUNCIA
Migración formalizó denuncias en contra de todas esas personas por el delito de trata y tráfico.
Además de los bolivianos, en los operativos de agosto detuvieron a cuatro haitianos que presuntamente están implicados en la red. Al principio, las autoridades nacionales creyeron que eran víctimas, pero tenían sus celulares con fotografías de pasaportes.
LA RUTA
Como Bolivia es un destino de tránsito para los haitianos, evaden los controles migratorios. La ruta que siguen dentro del territorio nacional se abre paso, principalmente, por tres ciudades: Santa Cruz, Cochabamba y Oruro.
Pero, antes de recorrer este trayecto, hacen toda una travesía que involucra a otros países, uno de ellos es Brasil.
Rivas explicó que, una vez que los migrantes salen de su país, pasan por Surinam, la Guyana Francesa, Brasil, Bolivia y, finalmente, Chile.
Medios internacionales añaden a esta ruta a República Dominicana, que es un país fronterizo con Haití. Según una publicación de Telesur con base en datos del Instituto de Bienestar Social e Investigación (Ibesr), cerca de 150 infantes cruzan diariamente los puntos fronterizos.
Una publicación de la BBC revela otra ruta que estas personas tomaron en 2018, cuando Bolivia interceptó a 27 niños que supuestamente eran víctimas de una red de trata. Ese entonces, antes de llegar al país, el grupo de haitianos pasó por República Dominicana, Panamá y Perú.
CIFRAS
La Brigada Investigadora de Trata de Personas (Britrap) de Chile, destino final de casi todos los haitianos, reveló que las cifras de trata de personas pasó de 27 en 2017 a 376 en 2019.
Ese dato es 13 veces mayor y despertó alerta en un país que en los últimos años ha ido endureciendo sus políticas migratorias para evitar la llegada masiva de extranjeros, según una publicación de TRT.
Barrera
Ninguno de los haitianos que ingresó de manera ilegal al territorio boliviano habla español. Las autoridades locales tienen que contratar traductores para entrevistarlos.