Covid: temen alza de anemias por suspensión de desayuno escolar

Además del déficit en la nutrición, se advierte un incremento en casos de sobrepeso por el consumo de productos “baratos y llenadores” por falta de recursos.

Padres de familia rechazan la entrega de canastas alimenticias. Foto:Freddy Barragán / Página Siete

 

Leny Chuquimia  /  La Paz



Tras años de una disminución de la  anemia en los niños en edad escolar del municipio de La Paz, especialistas  advierten que la suspensión del desayuno edil  puede  causar un aumento en los casos. Temen  que la disminución en los ingresos de las familias evite el acceso a una dieta variada y saludable.

“En los niños en edad escolar,  es muy posible que tengamos consecuencias por la calidad de los alimentos a los que  logran tener acceso. En los colegios se cubrían los micronutrientes diarios necesarios para su desarrollo. Sin estos las anemias pueden aumentar”, señaló la nutricionista Ana María Aguilar, docente investigadora del Instituto de Investigación en salud de la UMSA.

Según datos del Programa Mundial de Alimentos (PMA), en el mundo 364 millones de niños se quedaron sin acceso a las comidas que recibían en sus colegios, 80 millones de ellos están en Latinoamérica. Bolivia no escapa de esta realidad.

En el país 2,4 millones de escolares que se beneficiaban con el desayuno escolar ya no lo reciben. El programa, que está cargo de los municipios, ayudó  a bajar los índices de desnutrición en muchas regiones. Sin embargo, lo avanzado puede perderse.

Según  la Ley 622 de 2015, la entrega de estos productos tiene como fin  fomentar la sana alimentación, contribuir al rendimiento estudiantil, promover la permanencia educativa e incentivar a la producción y consumo de productos locales con identidad.

“La pandemia afectó la distribución. Esto generó un fuerte impacto social, ya que esta política apoya de  manera vital  a la alimentación de niños, niñas y jóvenes. En muchos casos cuentan con esta dotación para sustentar sus dietas que ya de por sí pueden ser precarias, sobre todo en el ámbito  periurbano y periférico”, señaló Leslie Salazar, directora ejecutiva de Miga,  en el webinar de Alimentación escolar en tiempos de Covid-19.
Desayuno escolar y anemias

Históricamente, el promedio del costo por ración oscila entre 1,5 a  dos bolivianos  diarios por cada estudiante. Si bien cada dotación  es  sólo un complemento a la alimentación que  los niños reciben en sus hogares, el verdadero  valor de estos productos   está en los micronutrientes con los que son fortificados.

Cada porción cuenta con el volumen de vitaminas y minerales que cada estudiante requiere  para todo el día. Esto permitía el óptimo desarrollo y rendimiento de los niños y adolescentes.

“El hierro, ácido fólico, es parte del alimento escolar. En él recibían el requerimiento  diario de este elemento. Como esto ya no pasa ni va a pasar en mucho tiempo y si no se tiene en casa una alimentación variada, lo más probable es que  vayan  a aumentar las anemias”, indicó Aguilar.

Según datos de la Unidad de Alimentación Complementaria de la Alcaldía paceña, desde 2001 hasta 2019, la desnutrición aguda en niños, niñas y adolescentes   del sistema educativo público,  bajó de  10,2% a 1,7%.

“Con esta cifra, la desnutrición, para el municipio  ya no significa un problema de salud pública”,  sostuvo Melissa Miranda,  nutricionista  de la UMSA.

En el caso de  la anemia en niños y adolescentes  en edad escolar del municipio de La Paz, la  prevalencia bajó  de 37,2% en  2000 hasta 6,8% en 2014. Para  2018 esta deficiencia  subió al 10,4%. Ahora, sin el hierro del desayuno escolar, esta cifra podría continuar en ascenso.

Miranda recordó que  la anemia  afecta en el desenvolvimiento, aprendizaje y rendimiento de los  niños, lo  que a futuro significa una dificultad en el desarrollo de la población en su conjunto.

“La alimentación complementaria no sólo aporta en la salud sino que significa un ahorro a futuro”,  sostuvo la nutricionista.

Los productos deben cumplir con la variedad y gama nutricional. Foto:Sedem

Bolivia y la doble carga de la malnutrición

Según la nutricionista  Melissa Miranda, de la UMSA,  Bolivia entró a la pandemia en medio de otra similar por la malnutrición en todas sus formas.

“Bolivia lleva una doble  carga por la presencia simultánea de malnutrición por déficit y por exceso, que   tienen que ver con   la desnutrición y la obesidad”, manifestó la especialista.

Según los datos presentados, en el país, el  16% de los niños y niñas menores de cinco  años tienen un retraso en el crecimiento, mientras que un 53,7% sufre algún grado de anemia, igual que el 30% de las mujeres embarazadas. A la par, un  10,1%    de niños menores de cinco años tienen sobrepeso, igual que el 57,7% de las mujeres en edad fértil y  que además presentan obesidad.

“Es una doble carga que se ve al interior del país, un departamento, un municipio o  de una familia. Por ejemplo, podemos ver casos en los que un miembro   tiene algún grado de obesidad y otro está enflaquecido. Incluso podemos ver los dos casos en  un solo  niño que puede tener baja talla y  sobrepeso. Este es, por tanto, el panorama con el que entramos a la pandemia de la Covid-19, es bastante complejo”, explicó.

Sostuvo que si bien muchos de estos datos provienen de las encuestas de salud realizadas en todo el país, hay una seria falencia  en datos que reflejen oportunamente las prevalencias y tendencias de la población.

“Por ejemplo, en tema de nutrición, no hay datos en mayores de cinco años. En el caso del municipio de La Paz estos vacíos son llenados por  la Unidad de Alimentación Complementaria de la comuna   con la evaluación sistemática del estado nutricional de escolares de tres a 17 años de edad”, acotó.

Pero si bien en los últimos 20 años la malnutrición y las anemias en el municipio de La Paz bajaron, el sobrepeso subió de 8,4% en 2001 a 26,4% en 2019.

“Estas cifras son menores en comparación a la tendencia del país, lo que muestra que las acciones del municipio como el desayuno escolar, la escuela de gigantes o los recreos saludables  han ido relentizando el tema del sobrepeso y la obesidad”, indicó Miranda.

Para la docente investigadora  Ana María Aguilar, el sobrepeso también podría ser un efecto de la pandemia. Esto debido a que por la disminución o falta completa de ingresos, las familias buscan alimentos de “muy bajo costo  y llenadores” que nos son nutritivos.

“Esta ligado a la disponibilidad de alimentos. Por los costos, muchos papás y mamás no tendrán  un acceso a una dieta variada o saludable, por lo que compraran lo  más barato y que llene más y por tanto que engorda más”, dijo Aguilar.

“La pandemia nos ha mostrado la fragilidad de estos sistemas alimentarios. Todos los municipios del país deben actuar de forma urgente y oportuna para que la situación de doble carga de la malnutrición a nivel nacional no aumente de  forma exponencial”, finalizó Miranda.

Ración contiene hierro para bajar prevalencia de la anemia. Foto:AMN-La Paz

Los efectos en los más pequeños 

“El efecto mayor de la pandemia  va a golpear a los más pequeños, a los niños menores de dos años. Se prevé que haya  un aumento de la desnutrición aguda, el enflaquecimiento, la talla y peso bajos”, señaló   Ana María Aguilar, docente investigadora del Instituto de Investigación en Salud de la UMSA.

Explicó que hay varias razonas para esto. Entre ellas, están la falta de insumos  y   la dificultad o imposibilidad de asistir a los controles en los centros médicos.

“En estas citas médicas    los bebés son medidos, revisados y reciben suplementos como  nutribebé,  las chispitas y otros. Pero ahora, por la pandemia, las mamás no están asistiendo a los centros médicos”, explicó Aguilar.

Manifestó que la entrega de las canastas alimenticias escolares será una ayuda, ya que ciertos    productos  como el fideo, la harina de trigo  y el aceite -en el país- ya están  fortificados. Los dos primeros tienen  hierro y el tercero contiene vitamina A.

Aunque serán un coadyuvante, estos alimentos no son variados ni son suficientes para el volumen de nutrientes necesarios.

El INE, a finales de 2019, señaló que Bolivia tendrá problemas para cumplir con las metas del Plan de Desarrollo Económico y Social 2016-2020. Este pretendía disminuir al 9% la desnutrición crónica en menores de cinco años, pero los datos muestran  que  se encuentra en un 16%.

Aunque la prevalencia de desnutrición aguda está por debajo del 5%, hay una tendencia al incremento. En cuanto a la anemia, la meta era reducirla al 30%,  pero la prevalencia es de 53%.

La anemia es una afección en la cual la sangre tiene una cantidad de glóbulos rojos o hemoglobina por debajo de lo normal. La hemoglobina es una proteína rica en hierro que ayuda a los glóbulos rojos a transportar el oxígeno de los pulmones al resto del cuerpo.

El Informe mundial sobre crisis alimentarias 2020 indica que en América Latina y el Caribe, las crisis sociopolíticas, las condiciones climáticas extremas, la falta de empleo y los altos precios de los alimentos pueden conducir a un deterioro de la seguridad alimentaria. La pandemia genera un gran impacto en la calidad de la dieta de los niños, la cantidad, frecuencia, seguridad y diversidad.

“En estas  emergencias no pueden acceder a servicios preventivos tales como suplementos y programas de inmunización, lo que aumenta el riesgo de  desnutrición”, dice el documento.

Fuente: paginasiete.bo