¿Qué éxitos económicos pueden atribuirse a Trump a dos meses de las elecciones?

Trump prometió romper tratados comerciales y devolver empleos al cinturón manufacturero, perdidos a causa de la globalización. Pandemia aparte, la economía estadounidense ha florecido desde 2016, pero ¿se debe a Trump?

    

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Fuente: DW



En las elecciones presidenciales de 2016, amplios sectores de votantes de Obama de la clase trabajadora dieron su apoyo a Donald Trump, que hizo campaña con el lema «Make America Great Again». El rico hombre de negocios y estrella de un reality televisivo supo apelar a una serie de votantes que, durante años, sufrieron el desplazamiento de empleos bien pagados a otros lugares, el estancamiento o caída de los salarios y la creciente inseguridad laboral. En agosto de 2018, Trump se vanagloriaba de que durante sus dos primeros años como presidente fueron creados medio millón de empleos manufactureros y de que sus políticas agresivas y proteccionistas, que incluyen la ruptura de tratados comerciales, la imposición de aranceles al aluminio y acero extranjeros y la guerra comercial con China, beneficiaban a los estadounidenses.

No hubo revitalización del «Rust Belt»

Sin embargo, un informe del Economic Policy Insitute publicado en agosto de 2020 contradice los argumentos de Trump. Según ese estudio, lejos de revitalizar el conocido como «Rust Belt» o «Cinturón Manufacturero» (antiguas zonas industriales del noreste de EE.UU.), que experimentaron un agudo declive desde mediados de la década de los 90, hubo más empleos manufactureros que abandonaron EE.UU. que los que creó Trump durante sus dos primeros años de mandato.

El think tank, con sede en Washington, escribió: «Las erráticas, inconsistentes y ególatras políticas comerciales de Trump no han logrado ningún progreso mensurable a pesar de la nueva retórica combativa. Por si fuera poco, el coronavirus y la mala gestión de la crisis por parte de su administración han destruído gran parte del empleo ganado en la útlima década en el sector manufacturero».

De enero a julio de 2020, se perdieron casi 750.000 puestos de trabajo en el área de la producción, dato que refuerza las acusaciones de que Trump es un presidente industrial en un país postindustrial. Después de todo, el sector manufacturero representa tan solo el 11 por ciento del Producto Interno Bruto, el nivel más bajo desde la Segunda Guerra Mundial.

Récord en el mercado bursátil

Los mercados estadounidenses, de cuyo auge Trump presume regularmente, se han disparado bajo su presidencia, incluso después del choque inicial que supuso el confinamiento debido a la pandemia. Desde que asumió su mandato, en enero de 2017, el Dow Jones ha subido casi un 40 por ciento y alcanzó un récord de 29.570 puntos en febrero de 2020, mientras que el NASDAQ ha doblado holgadamente su valor en este tiempo.

Sin embargo, muchos economistas aseguran que el boom de los mercados bursátiles ya comenzó con el predecesor de Trump, Barack Obama, y que fue impulsado por los billones de dólares procedentes de la Reserva Federal de EE. UU. y por la recompra de acciones de Apple, Microsoft y Alphabet Inc. Según Joel Prakken, economista estadounidense de  la empresa IHS Markit, con sede en Londres, «en el período anterior a la pandemia, en términos de crecimiento y empleo, la economía de EE.UU. se desempeñó igual o peor que durante la administración Obama». A la pregunta de qué éxitos económicos pueden atribuirse a Trump, responde: «Pocos, si es que hay alguno».

Más ricos gracias a los recortes de impuestos

Otro de los orgullosos logros de Trump son los recortes de impuestos. Según Joel Prakken, esos recortes ayudaron a estimular el mercado bursátil entre un 5 y un 7 por ciento, pero también condujeron a «un significativo incremento del déficit fiscal de EE. UU. con potenciales consecuencias negativas a largo plazo para el estándar de vida de EE. UU.»

Coronavirus USA New York Herstellung von SchutzausrüstungFabricación de material sanitario contra la pandemia en Nueva York.

Según un informe publicado por el Tax Policy Center poco después de que el paquete de medidas sobre impuestos entrara en vigor, el 20 por ciento de los estadounidenses más ricos disfrutaba de más del 60 por ciento del ahorro impositivo introducido por Trump. Según diversos economistas, si el paquete supuso un estímulo al consumo o a la inversión, fue efímero y benefició poco a los estadounidenses con ingresos bajos.

Tratados comerciales «libres y justos»

Trump fanfarronea a menudo sobre su postura comercial, basada en el «America First». Según él, sus políticas han presionado a las multicionales para traer empleos de vuelta a Estados Unidos y han forzado a otras naciones a abrir sus mercados restringidos a las empresas estadounidenses. A esos argumentos, Trump agrega que los recortes de impuestos supusieron nuevos estímulos. «Los aranceles a China no han hecho mucho por el sector manufacturero y han reducido los ingresos de las granjas», dice Prakken a DW, y agrega que no ha habido un cambio notable en la inversión extranjera directa que pueda derivarse de las políticas de Trump. Al mismo tiempo, miles de granjeros estadounidenses perdieron negocios cuando Pekín restringió las importaciones agrícolas de EE.UU.

El julio entró en vigor el NAFTA 2.0, una puesta al día del TLCAN, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte entre Estados Unidos, Canadá y México. A pesar de las promesas de que crearía 180.000 empleos en EE.UU., el acuerdo no ha logrado frenar la deslocalización en el más barato México. La salvación de Trump podría venir de la flexibilidad de la economía estadounidense, que se ha recuperado rápidamente de la pandemia. Pero muchos economistas dicen que las próximas siete semanas que queda hasta las elecciones son un tiempo insuficiente para que los estadounidenses recuperen la confianza económica de los tiempos prepandemia.

(ms/ers)