Candidatos faltones y calidad democrática

Editorial de eju.tv

Durante muchos años, la ausencia de un debate entre todos los candidatos presidenciales fue un indicador del deterioro en la calidad de la democracia boliviana, al restringirse el libre tránsito de ideas y el contraste entre posturas diversas.

Finalmente, en el escenario de la actual transición democrática, se logró la organización de foros presidenciales, pero es de lamentar que en el principal evento de este tipo, al que merecía llamarse debate por la posibilidad del cruce dialéctico entre los postulantes, realizado el domingo pasado, se dio la ausencia de dos candidatos que no supieron estar a la altura del momento histórico.



Las confesiones de Arce

Uno de ellos fue el postulante del Movimiento Al Socialismo, Luis Arce Catacora, quien prefirió una entrevista aparte, en el mismo horario, donde sin embargo arrojó varias confesiones involuntarias muy significativas.

“Sí hubo fraude” fue la frase de la noche, en un aparente lapsus línguae que puede interpretarse como una expresión del fondo de su conciencia.

“Es un tema personal de él, todos lo saben, nadie se puede meter en la vida de otra persona”, fue otra de las manifestaciones del candidato del MAS, tratando de relegar una cuestión tan grave como la del presunto estupro de Evo Morales a un simple asunto de la esfera privada.

Con frases como “no conozco el modelo económico de Santa Cruz” y “el tema del Pacto Fiscal ya se cerró”, Arce dejó entrever que sigue en la tesitura centralista que caracterizó al régimen de su partido.

Peor aún, el ex ministro calificó de “político” el cierre del llamado caso terrorismo, validando de alguna manera las persecuciones judiciales realizadas desde el año 2009.

Atender la casa

El otro candidato “faltón” al debate fue Luis Fernando Camacho, quien sí estuvo en el foro sin debates del sábado, al igual que Arce. Allí, el postulante de la alianza Creemos lanzó una propuesta de reducción de horarios laborales que les permitiría “a los jóvenes estudiar y trabajar, y a las mujeres atender la casa y trabajar”.

La frase, considerada poco igualitaria, despertó una amplia polémica que aún continúa en las redes sociales.