Disturbios y saqueos en Burgos y Barcelona tras las protestas contra el confinamiento

En ambas ciudades se produjeron fuertes altercados entre manifestantes y las fuerzas policiales a costa de las restricciones del coronavirus

Fuente: ABC

La ola de protestas por el toque de queda comienza a extenderse por toda España. Sevilla fue una de las primeras ciudades en vivir estos disturbios, Barcelona y Burgos, han sido las siguientes.



Doce personas han sido detenidas, dos de ellas menores de edad, y 20 mossos d’esquadra han resultado heridos, ninguno de ellos de gravedad, en los violentos incidentes que se han registrado esta noche en el centro de Barcelona al término de una manifestación contra las nuevas restricciones para hacer frente a la pandemia del coronavirus, concretamente al toque de queda nocturno.

La concentración negacionista, convocada este viernes por la tarde en la plaza Sant Jaume de Barcelona a través de las redes sociales y que según la Guardia Urbana ha reunido a unas 1.500 personas, ha acabado con contenedores ardiendo, disturbios, momentos de mucha tensión y cargas policiales entre centenares de asistentes y decenas de efectivos de los Mossos d’Esquadra.

Según ha informado la policía catalana, durante los altercados han tenido que ser atendidas, además de los agentes heridos, otras siete personas por los servicios sanitarios y han sido saqueados dos establecimientos comerciales. De uno de ellos, el Decathlon de la calle Santa Ana, y tras reventar la cristalera, se ve a varios jóvenes llevándose bicicletas y patinetes eléctricos. Otro video de una tienda asaltada corresponde a un local comercial de el Triangle de la calle Pelayo.

En Burgos, a más de 600 kilómetros de distancia de la ciudad condal, la situación no era muy diferente. La concentración para protestar contra las medidas adoptadas por las autoridades para frenar el avance del Covid-19 en el b arrio burgalés de Gamonal acabó esta noche con enfrentamientos entre un grupo de manifestantes y agentes de la Unidad de Intervención (UIP) de la Policía Nacional.

En la protesta, que no contaba con la autorización de la Subdelegación del Gobierno, se concentraron cerca de un millar de personas que, poco a poco, se fueron disolviendo, a excepción de unas cuarenta personas, que comenzaron a increpar a los agentes, lanzando sobre ellos adoquines y petardos.

Numerosos vecinos del barrio salieron a sus balcones para aplaudir la actuación policial y rechazar la actitud de los manifestantes.