Llegó la hora H

Gary Prado Araúz: “No voy a rendirme, yo vivo cama adentro para ...

En los momentos cruciales de la historia se tiene que decidir entre un par de opciones. Por eso lo de crucial. Uno de los momentos históricos que aprendimos en la escuela es el que grafica al conquistador español Francisco Pizarro, cuando traza una línea en el suelo y dice «Por este lado se va a Panamá, a ser pobres, por este otro al Perú, a ser ricos…” Los que lo siguieron, efectivamente se hicieron ricos.

Algo así nos está pasando en estas elecciones generales. En Bolivia se juega el destino de la democracia. Ahí está lo crucial. Nos llegó la hora H. Dentro de una semana estaremos festejando o, quizá, lamentándonos. Soy optimista. Veamos por qué



El masismo y su tendencia a la baja. En la bolsa de la cotización del respaldo popular, el masismo hace rato que está en una franca tendencia a la baja. ¿Imaginaríamos que luego de las tres elecciones victoriosas, un referéndum revocatorio y el referéndum constitucional, el masismo bajaría del 50%? Parecía impensable. Pero todo cambia. Y fruto de sus propios errores, corrupción y rasgos totalitarios, la mayoría de la población boliviana los repudia. ¿Cuánto sería el voto real del masismo en 2019? ¿Un 40%?, algo menos, con absoluta probabilidad. Por eso recurrieron al fraude alevoso para quedarse. Luego vinieron las ofertas del tirano derrotado: “Vamos a segunda vuelta”; “Vamos a nuevas elecciones sin el Evo”… y la última: “Vámonos a México” (J).

Como no hay inventor que no se joda con su propio invento, los masistas recurrieron al culto a la personalidad de su líder cocalero. ¡Hasta lo entronizaron en Tiwanaku!; museo originario; vencedor de todos los imperios (incluidos el inglés y el romano (¡!)); candidato al Nobel y no sé cuántas otras invenciones. Como resultado de poner todos los huevos en la misma canasta, ahora que el tirano huido es denunciado de pederasta, corrupto, sedicioso, terrorista y manipulador (cuando menos), el masismo no tiene de quién echar mano. Y rebuscando en sus filas se juegan por el cajero de los 14 años de despilfarro, que encima está sospechado de contratos lesivos al Estado y, ahora recién nomás, de enriquecimiento ilícito.

Con todo ello, los encuestadores nos quieren hacer creer que está a pocos pasos de ganar las elecciones en primera vuelta. Y con ello cunde el pánico y la gente comienza a pensar en voto útil. Acá tengo dos sospechas: Una, los guarismos se mueven beneficiando al masismo para coaligarlo y hacerlos ver como real opción de poder o; la segunda, los guarismos se mueven a favor del masismo para provocar precisamente el miedo y que la gente vote por el mejor ubicado. Piensa mal y acertarás, decía una dama antigua. Y yo pienso en lo primero. No me gustan las encuestadoras. Tengo amargas experiencias.

La percepción que tengo y voy repitiendo en cuanto espacio tengo oportunidad, es que el masismo está para pico e sucha (es carroña) y si sobrepasa el 25% será con ayuda divina.

Esta elección la gana Mesa. En el otro lado y con un desempeño de campaña muy tibio y sin brillo está la candidatura de Comunidad Ciudadana. Nobleza obliga a reconocer que el candidato presidencial tiene experiencia, inteligencia y prestancia. Le falta audacia y le sobran negativos de su paso por Palacio Quemado. Con sus más y sus menos, se percibe que está bien posicionado y con probabilidad sea el más votado. Una porción por la confianza que inspira y la otra por el miedo a que retorne el masismo. Todo suma. Podría firmar que sobrepasará al masismo con un o un par de puntos porcentuales en primera vuelta. Obligado estará al ballotage. Sería la primera vez en Bolivia.

Más a la derecha y al oriente. La candidatura insurgente de Luis Fernando Camacho se convirtió en el centro del debate pre electoral. El tirano huido lo saluda, porque cree que divide a la derecha. La izquierda lo demoniza y lo coloca en la línea sucesoria de Hitler. La derecha paceña, sin ver la viga en el ojo propio, cuestiona su permanencia en la carrera y lo desafía a seguir el derrotero de la presidente Añez y del ex presidente Quiroga. Y mal que les pese a muchos, Camacho enamoró a vastos sectores juveniles cruceños con su prédica de nuevo político. Creo que no debe ni tiene por qué bajarse. Camacho no pone en riesgo la democracia. ¡El masismo no volverá!

Me preocupa que, la oportunidad de aportar a la política nacional desde Santa Cruz se haya perdido y Camacho y su agrupación (apoyada en UCS – eso no me gusta para nada – y otras fuerzas menores) se limiten a un exitoso performance en el oriente. Tuvo prácticamente un año para crecer y no lo hizo. Se limitó al territorio cruceño y estos últimos esfuerzos en departamentos vecinos llegan tardíos y podrán ser poco efectivos. No tiene referentes potentes, con excepción de Leopoldo Fernández en Pando.

De donde es posible que Camacho tenga en senadores y diputados unas pequeñas pero decisivas bancadas. Habrá que ver qué tan buenos son esos parlamentarios, para esgrimir y argumentar el discurso de renovación que dicen representar. Y cuánta visión estratégica tienen en CREEMOS para mantener su independencia sin ser factor de empantanamiento en las cámaras. Recuerdo a Marcelo Quiroga Santa Cruz y su minúscula pero potente bancada de diputados del PS-1 y los hallo muy lejos de eso.

Recapitulando. El Dr. Camacho es un fenómeno regional que tiene un gran desafío. Obviamente no llegará a la segunda vuelta porque sus votos son esencialmente regionales y su meta de sobrepasar el 50% cruceño no podrá alcanzarla ni logrará levantar en regiones importantes como La Paz y Cochabamba. Si no mide sus pasos con visión estratégica, puede condenarse a ser la Falange del siglo 21.

En la hora H entonces, con alta probabilidad, se dibujará un escenario de tres fuerzas. Dos nacionales y una regional. El pueblo votará demandando acuerdos y pactos. Tendrán que hacerlos. Los básicos y de todos los días, podrán ser entre la fuerza ganadora y la regional (asumiendo que CC ganará en el ballotage). Las de fondo y para designaciones y políticas de Estado, requerirán del masismo o de los que amablemente se desgajen de él. Costará construir los dos tercios. Ojalá que nunca se negocie gobernabilidad a cambio de impunidad.

Una primera acotación final. Si las convicciones democráticas fueran tan profundas, siguiendo líneas ya trazadas por otros analistas, se me ocurre instar a Mesa y Camacho a que conversen antes del próximo domingo. Un mínimo de coordinación puede lograr victorias en circunscripciones uninominales donde la dispersión del voto democrático ayuda al masismo a vencer. Si en la circunscripción X el candidato de CREEMOS tiene más opciones que el de CC, que CC se baje y le ceda el territorio al que puede vencer. Y en otro territorio lo propio a la inversa. Un 50% de la cámara de diputados está en juego y puede beneficiar al masismo si no son capaces de conversar, acordar y ejecutar un plan de victoria democrática. Quizá estoy soñando, pero no cuesta nada.

Segunda acotación final. Metieron miedo y piden voto útil. Lo útil es ir a votar. Vamos todos, con bio seguridad y precaución, pero con profunda convicción democrática. Vote por Mesa o por Camacho, si está en el oriente. Los demás no cuentan. En el resto del país, conviene votar por Mesa. Es el único que le para el carro a los masistas o por lo menos les disputa el territorio.

Corolario. Cuando acabamos de cumplir treinta y ocho años de democracia, honremos a los que nos la legaron, recuperando estos 14 años que nos hicieron perder el tirano huido y sus secuaces.