¿Nuestro voto será respetado el 18-10?

Si gana el MAS, los que lo criticaron y combatieron tienen miedo de que vuelva Evo Morales con todo el rencor y la venganza a cuestas. Incluso la diputada Millares dijo que deberían tener listo sus pasaportes y maletas para huir del país. Un editorial de El Deber también así lo señaló: “Vayan alistando maletas y buscando embajadas”.

Si gana Mesa u otro candidato, el MAS tiene la estrategia lista de señalar que hubo fraude electoral y que no aceptaría los resultados electorales Así lo dejó establecido el candidato Luis Arce. Y se viene la convulsión social.



De por medio está el candidato de Creemos que viene arengando a diestra y siniestra la intervención divina en estas elecciones, despertando los fanatismos religiosos al extremo. “Dios gobernará a Bolivia”, dijo en una de sus intervenciones televisivas.

Desde Buenos Aires, el expresidente Evo Morales, da por hecho el triunfo de su candidato y ya empieza a sembrar la duda de los resultados electorales, si en caso, el MAS no gana en primera vuelta: “Ahora tal vez (haya) otro golpe (de Estado), y ahí estamos hablando con algunos miembros de las Fuerzas Armadas, con empresarios, con la Iglesia católica. Lindo sería que el papa Francisco diga: ‘Se respeta los resultados (de las elecciones)’, porque estamos seguros de que vamos a ganar. Son tareas urgentes para garantizar las elecciones”, dijo el líder cocalero.

Con este escenario electoral, nos preguntamos ¿nuestro voto valdrá la pena ejercerlo?  ¿los candidatos son los dueños de la voluntad popular? ¿para qué asistir a las urnas el 18 de octubre, si anticipan que los resultados serán amañados o no serán reconocidos? ¿otra vez nuestro voto será víctima de manipulación y fraude? ¿después del 18-10 se viene la tempestad de la violencia política?

A pesar que afrontamos una dura crisis sanitaria, encima tenemos que enfrentar la pandemia electoral de los insultos, las amenazas y las burlas de quienes aspiran ser ungidos como las máximas autoridades de Bolivia. Percibimos que caminamos hacia unas elecciones perversas y del miedo.

Si ahora estamos en estas condiciones en el proceso electoral, el cual ha despertado también los demonios de los ciudadanos, quienes se parapetan alrededor de sus candidatos, y haciendo uso de las redes sociales y  de las caravanas políticas, desatan una verdadera guerra de insultos, calificativos, pedradas y gritos de todos contra todos. Es como si las elecciones nos hayan encapsulado en el lenguaje de la agresión mutua y del fanatismo, cuya expresión es señalar al otro como enemigo, traidor, etc. No se debate, ni se argumenta en los grupos de WhatsApp y en las redes. La democracia no existe en esos niveles.

Asistimos a unas elecciones cargadas de mucho combustible, cuya pólvora estallará muy pronto, ante lo cual el Tribunal Supremo Electoral y los candidatos están en la obligación fundamental, de asumir las reglas del juego democrático, que será el mejor homenaje que podrán hacer a su discursito del “amor por la Patria”.

A cada momento, nos repetimos la pregunta, que quizás esté en boca de miles de ciudadanos: ¿nuestro voto será respetado el 18 de octubre?.

*Lic. en Filosofía y Periodista