Sugieren un gabinete económico técnico y austero contra la crisis

El analista Jaime Dunn considera que el nuevo Ministro de Economía debe controlar el gasto y ser disciplinado, como lo fue Luis Arce entre 2006 y 2011.

 



La respuesta a la peor crisis económica de los últimos años demandará que el  próximo gabinete económico esté conformado por un equipo técnico, austero y que maneje con disciplina  los fundamentos macroeconómicos, opinan analistas y empresarios.

El nuevo Ministro de Economía y sus colaboradores se harán  cargo de una economía que se prevé caerá este año en 6,2%, de un abultado déficit fiscal, caída de ingresos  y un desempleo que está  en ascenso

“El nuevo Ministro de Economía   debe ser diferente al último ministro de Economía de Evo Morales, es decir Luis Arce. La nueva autoridad debería aproximarse al perfil que tenía Arce en la primera gestión del MAS”, señaló el analista Jaime Dunn.

Entre 2006 y 2011, Arce cuidaba mucho más el gasto público, era más técnico que político  e impulsaba un plan con mayor disciplina fiscal. “En su última etapa como Ministro de Economía fue más político porque se debía ganar las elecciones y había que llenar de plata el bolsillo de la gente, por eso el gasto público se incrementó”, subrayó.

La nueva autoridad y su equipo  deberán tener también la capacidad de sincerar las cuentas estatales,  escuchar, negociar, conciliar y no imponer.

 Dunn sostiene que ya no se puede pensar solo en la demanda interna como motor de la economía que dependía de los buenos ingresos que se tuvieron hasta 2014.  Ahora el desafío es la oferta, aumentar la producción para salvar los empleos.

Además, con un elevado déficit fiscal se deberá reducir los gastos o hacerlos más eficientes y que la inversión pública llegue a proyectos rentables.

El  gerente de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), Gustavo Jauregui, sostuvo que el próximo  gabinete económico  debe  ser sólido, cohesionado y bien calificado. “Los miembros de este gabinete económico  deben coordinar  y  conciliar con las diferentes organizaciones representativas de la sociedad y sus sectores. Será de vital importancia  que generen  sinergias con las diferentes organizaciones empresariales, que son las que tienen vivencia de la problemática sectorial y sus potenciales soluciones” puntualizó.

Para la directora ejecutiva del Instituto de Estudios Avanzados en Desarrollo (Inesad), Beatriz Muriel, la  crisis derivada de la pandemia tuvo su peor momento con las medidas de aislamiento estrictas en abril-mayo, lo que provocó un colapso del sistema económico, en el que la producción y ventas de los bienes y servicios cayeron fuertemente, así como la demanda. “La recuperación se está dando paulatinamente a medida que  medidas están siendo flexibilizadas; sin embargo, habrá que tener cautela para que los contagios no vuelvan a subir y se tenga nuevamente que asumir medidas drásticas”, agregó.

“En vez de un súper Ministro de Economía, yo pensaría en un súper equipo técnico que sea de confianza del nuevo Ministro de Economía, pues se requiere un profundo análisis en un escenario donde las cuentas macroeconómicas, como saldos fiscales y externos, y reservas internacionales, entre otros, han sufrido un deterioro desde 2014”, precisó al referirse al perfil que debe tener el nuevo Ministro de Economía.

El economista Rolando Morales opinó que el presidente electo, Luis Arce, va a  tener mucha incidencia en la política económica y  nombraría en el  Ministerio de Economía  a uno de sus antiguos colaboradores, es decir, a alguno de sus viceministros.

“Si no va este esquema, sería conveniente tener un Ministro de Economía que tenga un alto grado académico y mucho carácter para  afrontar los problemas actuales y futuros que serán difíciles de resolución”, precisó.

Para el economista se debe proteger el empleo, evitar un mayor deterioro de las cuentas fiscales  y de balanza de pagos, restringir importaciones no prescindibles y ampliar el mercado para los productores nacionales y evitar medidas de shock.

Nuevo gobierno recibirá cifras en caída 

El nuevo gobierno recibirá una economía que  en el primer semestre cayó en -11,1% debido a la crisis derivada de la pandemia.

Las autoridades actuales proyectan una contracción de 6,2% del PIB y una inflación de 1,7% a fin de año.

En septiembre se anunció que el déficit fiscal ascenderá a 32.000 millones de bolivianos. De hecho, al primer semestre la brecha entre ingresos y gastos se situaba e 20.000 millones de bolivianos, es decir el monto que se había previsto para todos este año 2020.

Las exportaciones al mes de agosto se situaron en 4.176 millones de dólares con descenso en las ventas de gas y minerales.

La tasa de desempleo que en diciembre de 2019 era de 4,8% se disparó a 11,6% en  julio y en agosto bajó a 10,6%.

Las Reservas Internacionales Netas  (RIN) al 9 de octubre suman  6.238  millones de dólares, según datos del BCB,

Fuente: paginasiete.bo