Expertos advierten que si bien las cifras no se comparan con aquellas de los países más peligrosos del mundo, cada vez se conocen más casos de asesinatos pagos en el país andino
Los asesinatos cometidos sicarios se están tornando cada vez más habituales en Chile. El ex fiscal nacional del Ministerio Público de Chile, Sabás Chahuán, advirtió que “si bien la actividad no está desatada, sí se ha expandido». «El sicariato ha existido desde siempre, por algo está considerado en el código penal desde el siglo 19. La verdad es que sicarios ha habido pocos, pero en los últimos 4 años ha habido más. Estamos hablando de 5 ó 6 casos al año, incluso más. Hay mucho de imitación y hay mucho de industria. Sin ánimo de caricaturizar ni estigmatizar, es cierto también que en Colombia y en México estas cosas se dan”, expresó el ex funcionario.
Los expertos advierten que la gran mayoría de estos casos son financiados por bandas de narcotraficantes que buscan cobrar o ganar territorio. El subprefecto de la Brigada Antinarcóticos Metropolitana de la Policía de Investigaciones de Chile PDI, Harold Mackay, aseguró que los sicarios chilenos son menos decididos y violentos que en otros países. Sin embargo, dijo, no por eso dejan de ser menos efectivos. “La gran diferencia se marca en el nivel de decisión a la hora de cometer el delito y en el nivel de violencia”, comentó.
A continuación, distintos ejemplos de casos que han tenido lugar en Chile:
María del Pilar Pérez ,“La Quintrala”, mandó a matar a su familia
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El pasado 4 de noviembre se cumplieron doce años desde que el nombre de María del Pilar Pérez quedara en la historia como “La Quintrala”. El sobrenombre se le otorgó tras conocerse detalles de sus crímenes intelectuales. Su enviado, José Ruz, fue el “sicario” de María del Pilar Pérez. La mujer, que actualmente está condenada a cadena perpetua por homicidio calificado y parricidio, contactó a Ruz y le ofreció dinero a cambio de asesinar a varios integrantes de su propia familia. Problemas familiares y de herencias la habrían llevado a contratar al asesino. Ruz llegó temprano a la casa indicada en la comuna de Providencia, en la capital chilena, con la intención de asesinar a la hermana, madre, cuñado y sobrina de la mujer. Sin embargo, el plan no le resultó. Al intentar ingresar a la casa, José Ruz se encontró con Diego Schmidt-Hebbel, a quien hirió mortalmente por error. El joven había ido a visitar a su novia al domicilio, momento en el cual se cruzó con el criminal. El sicario aseguro que María del Pilar Pérez lo contrató meses antes para matar a su ex marido y padre de sus dos hijos, el arquitecto Francisco Zamorano, y a su pareja, el tecnólogo médico Héctor Arévalo.
El caso que conmovió a Valdivia
Hace poco más de un año se conoció el caso del crimen de Helena Bustos, una joven de 21 años cuyo cuerpo fue encontrado sin vida flotando en las aguas del río Calle Calle en el sector Quitacalzón, frente a Huellelhue, a unos 15 kilómetros de la capital regional, Valdivia, al sur de Chile. Muñoz fue trasladada en un auto hasta un sector donde se encontraban escondidas dos mujeres, quienes fueron las que según el propio testimonio de los autores del asesinato, habían ofrecido 7 millones de pesos chilenos (USD 9.300) para darle muerte a la joven. El motivo: un lío amoroso que las acusadas pretendían solucionar con la muerte de Helena.
Bajo órdenes narco
En las pericias se logró comprobar que entre los delitos del grupo se contaba el sicariato, ya que en marzo de 2015 habían adquiridos los servicios de un hombre de nacionalidad colombiana para terminar con la vida de un adolescente de 17 años que les debía dinero. El asesino fue identificado como Óscar Melián Villagra y es considerado como el primer extranjero en cometer esta clase de delito en el país. Se realizó a cambio de 600 mil pesos (USD 800).
En noviembre de 2018 quedó al descubierto el macabro crimen de Elba Espinoza, en el municipio de Las Condes, ubicado en el sector oriental de la capital de Chile. La mujer fue asesinada en su domicilio y, lo que en primera instancia se consideró como un homicidio en situación de robo, terminó siendo un asesinato pago. Se descubrió que la nieta de la mujer fue quien permitió el ingreso a los atacantes, que incluso eran sus amigos, para quitarle la vida a su abuela.
En mayo de 2020 tuvo lugar la muerte del empresario inmobiliario Alejandro Correa. Un vehículo se estacionó en las afueras de su casa, en un exclusivo sector llamado Bosques de Montemar, en la comuna de Concon, en la costa central del país. Del automóvil se bajó un hombre tocó el timbre de su casa. Cuando Correa abrió la puerta, el sujeto le propinó varios impactos de bala, dejándolo malherido en el suelo. Se conoció que el empresario, había denunciado la toma de algunas de sus propiedades en Quilpué, situación que fue corroborada por el director de Seguridad Pública de la Municipalidad de Concón, Pablo Rojas: “la persona que está como víctima había denunciado hace una semana” la toma de su terreno. Según informó la policía civil, el sujeto individualizado como Víctor Gutiérrez Londoño, de 35 años y con antecedentes penales, fue arrestado en la comuna de Quilpué, cercana a Concon y reconoció haber operado como sicario. Le pagaron 5 millones de pesos (USD 6.650) por cometer el crimen.
Otro crimen “por lío de amor”
En agosto de 2017, la muerte de la ciudadana boliviana Rosalva Gómez Bejarano, cuyo cuerpo fue encontrado en plena carretera que une Alto Hospicio con Iquique, a unos 2.700 kilómetros del norte de la capital, reveló una compleja red de sicarios que están operando en el norte del país, usando la fuerza como método para imponer el tráfico de drogas. El hecho estremeció la región luego de que la investigación policial revelara que la mujer murió a manos de una banda de extranjeros por encargo a su pareja, Edwin Montaño, un colombiano que era conocido como ‘El Pollo’.
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Fuente: infobae.com