Tras la apertura del Cementerio General de Cochabamba por la festividad de Todos Santos, la afluencia de personas que visitan las tumbas de sus seres queridos aumentó, pero aún no es la que se registraba en años anteriores, indicaron ayer las comerciantes de flores.
El sector fue duramente golpeado por la pandemia de la Covid-19, porque el camposanto se cerró en marzo y ahora la reapertura es con restricciones.
Doña Hilda, una florista con más de 30 años de experiencia en el rubro, relató que las ventas han caído.
“Está vacío, las flores están un poco caras, la docena de rosas está a 20 bolivianos, mezcladito sale 15. Esperamos que los caseritos vengan. Nosotras estamos saliendo después de medio año”, afirmó.
Comentó que siente que el cementerio luce desolado y atribuyó que otro factor que limita la concurrencia es el temor a contagiarse del virus en la aglomeración y los controles que se hacen en el ingreso de acuerdo a la terminación de la cédula de identidad.
A escasos metros está el puesto de flores de doña Susy, otra comerciante que relata que la gente está llegando como esperaba.
“Desde el martes hemos sentido que están viniendo. El cementerio estaba cerrado ocho meses exactamente, cada día viene un poco más de gente”, dijo.
Aseveró que los compradores eligen lo más barato por la crisis económica que existe.
“Los productores cultivaron poco por la pandemia y la susceptibilidad de que se generen conflictos por las elecciones nacionales”, subrayó.
Juan Carlos Solís, comprador, comentó que este año optó por adquirir lilium porque es una flor que resiste, debido a que no sabe cuándo podrá volver al cementerio para limpiar y colocar flores en el nicho de su padre.
“Antes veníamos en familia pero nos enteramos que sólo dejan entrar a dos personas y el control es estricto”, enfatizó.
Al igual que Juan Carlos, cientos de dolientes llegan al camposanto para dedicar 20 minutos a honrar la memoria de sus seres queridos.
En un recorrido se verificó que la gente se limita a limpiar y colocar flores a las tumbas.
Son pocos los que se animan a pedirles a músicos que interpreten alguna canción o ayuda para limpiar a jóvenes que ofrecen sus servicios.
Aleyda Sánchez, otra visitante, aseguró que prefiere que la permanencia en el lugar sea breve por las restricciones y añadió que este año se concentrará en armar un mast’aku en su casa para recibir este domingo el alma de su madre.
Ventas bajas
Otro sector que resultó afectado por la crisis sanitaria es el de las vendedoras de masitas, debido a que muchas familias decidieron preparar en sus domicilios lo que necesitan para armar mesas o directamente desistieron de seguir la tradición por falta de recursos económicos.
En Quillacollo hubo protestas por cierre
Un grupo de personas que fue ayer al Cementerio General de Quillacollo para visitar a sus difuntos bloqueó por algunos minutos el ingreso al lugar, luego de conocer que la administración no atendería.
La administradora del cementerio, Carmen Huacani, indicó que la determinación fue comunicada con anticipación y recordó que se consensuó la apertura del camposanto el 1 y 2 de noviembre de 8:00 a 16:00.
“Nosotros no estamos aplicando restricciones con cédula de identidad, pero no vamos a dejar entrar á adultos mayores y niños menores de 12 años. Tampoco se puede ingresar con alimentos”, finalizó.
Fuente: lostiempos.com