Bolivia ¿una sociedad pasiva?

Primer día del año es un gran hito para formular augurios y hermanar las esperanzas entre compatriotas. Después del Nuevo Orden Mundial acuñado por Bush que buscó consolidar el poder y la riqueza ha sucedido mucho porque la invasión de territorios para controlar la producción del petróleo y la proliferación de armas como una forma de nuevo colonialismo tenemos que reconocer que logró más terroristas que cualquier otro extremismo.

El cúmulo de cambios desde entonces, más el desarrollo técnico científico especialmente en el área de la comunicación ha hecho variar nuestra percepción que sin embargo no deja de ser un mito. Apelar al recuento histórico de los imperios romano y británico cuyo final estuvo marcado como hoy en la corrupción, derroche militar, la militarización de la policía, la desconfianza de los ciudadanos y la inaceptable distribución de la riqueza.



La batalla por la liberación de la humanidad frente al VOM podría parecer una causa perdida. Las fuerzas políticas y comerciales tratan de alinear a la sociedad de modo que actúe bajo su égida, sin importarle las libertades y los derechos ciudadanos.

El Viejo Orden sin duda está más debilitado por la pandemia, sus custodios carecen de la visión de los Iluminati, sin capacidad de altruísmo ni nobleza, de las nuevas formas del periodismo que goza de un activismo ético, para placer nuestro también presente en la informática de Bolivia, donde por suerte hay gente dispuesta a trabajar por un bien superior.

Internet ha logrado rebajar la influencia de los medios pagados y está creando una verdadera libertad de prensa y donde las plataformas revelan verdades ocultas frente al secretismo en que se mueve la empresa y los gobiernos. La imposibilidad de control sobre Internet ha socavado la capacidad de los medios del Viejo Orden presentes también en Bolivia como secuela de sus gobiernos, para censurar sus contenidos poniendo en claro la dicotomía mentira versus verdad.

Es que la nueva realidad nos deja vislumbrar nuevo mundo, en el cual nadie estará exento, el pasivismo cederá paso a Internet la última arma de una tecnología perturbadora del Viejo Orden Mundial definitivamente desplazado del poder de la información con que dominó grandes sectores empresariales y económicos y devolviéndole al ciudadano la capacidad de formar su propia opinión y de unirse a grupos, redes y plataformas de igual pensamiento. Este nuevo fenómeno es capaz de movilizar cientos, miles, cientos de miles de ciudadanos y lograr cambios como está sucediendo a lo largo y ancho de nuestro planeta.