Ante el rebrote de contagios del COVID-19, un decreto supremo —que será promulgado este miércoles— delegará a las gobernaciones y las alcaldías la definición de medidas de contención como la restricción de circulación peatonal y vehicular, el teletrabajo escalonado, el horario continuo, la limitación del aforo en entidades y negocios, sin aplicar una cuarentena rígida.

El anuncio lo hizo el viceministro de Gestión del Sistema Sanitario, Álvaro Terrazas. La norma “contempla elementos donde se ponen diferentes recomendaciones, entre ellas una mayor restricción en el aforo, tanto en instituciones públicas como en el sector privado. Se ponen elementos bajo decisión de los gobiernos autónomos departamentales y municipales, restricción en circulación, se está implementando nuevamente y reafirmando el trabajo escalonado, teletrabajo, horarios continuos”, indicó la autoridad a Red Uno.

El martes, en una reunión y evaluación de la situación epidemiológica, el Comité de Operaciones de Emergencia Departamental (COED) de La Paz determinó dejar en manos del Gobierno la decisión final de aplicar nuevas medidas para contener la pandemia.

“Se ha determinado solicitar al gabinete, al Presidente y Ministro de Salud que puedan analizar la situación del caso de La Paz para la posibilidad de implementar medidas más rígidas, es decir, prácticamente restringir la circulación de personas en las calles y con la mayor regulación posible”, explicó el gobernador, Félix Patzi, en contacto con La Razón.

Indicó que esta decisión de consultar con el Órgano Ejecutivo se tomó debido a la necesidad de coordinar de manera más efectiva los controles para hacer cumplir las restricciones que se vayan a aplicar. “Nosotros no controlamos la Policía ni el Ejército; en ese sentido, se decidió enviar una carta (este miércoles) al gabinete para que pueda analizar la aplicación de las medidas rígidas”.

El viceministro Terrazas afirmó que el decreto supremo apunta a no paralizar el aparato productivo en un momento en el que se intenta reactivar la economía, por lo cual no se prevé una cuarentena rígida que implique paralización de las actividades o cierre de fronteras. Y garantizó que con la pronta introducción de las vacunas, esta segunda ola de la enfermedad será la última.