La exmandataria deberá cumplir detención preventiva por cuatro meses mientras se realizan las investigaciones del caso renuncia de Evo Morales en 2019
Jeanine Áñez, expresidenta del Estado, ingresó este lunes al Centro de Orientación Femenina de Obrajes, que es como se conoce a esta cárcel de mujeres ubicada en la ciudad de La Paz. La exmandataria deberá permanecer en este lugar por cuatro meses, mientras se realiza la investigación de los hechos que provocaron la renuncia de Evo Morales en noviembre de 2019.
La cárcel de mujeres de Obrajes es un centro penitenciario ubicado en la zona sur de La Paz. Se trata de un antiguo convento construido en el siglo XIX sobre una parcela de tan solo 1.700 metros cuadrados. Fue pensado originalmente para 100 personas, pero actualmente viven más de 250 mujeres y 200 niños.
La cárcel de mujeres de Obrajes es la más grande de las dos que existen en La Paz, tiene una población de cerca de 260 reclusas, la otra es el Centro de Reclusión de Mujeres de Miraflores, que resguarda a 80 mujeres.
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Según explica la tesis de grado de Claudia Erika Gutierrez, que realizó un estudio sobre la cárcel de mujeres de Obrajes, en la cárcel las internas pueden solicitar realizar actividades comerciales dentro del reclusorio como forma de sostenerse económicamente. La autorización la debe dar siempre una autoridad penitenciaria.
Las reclusas pueden: vender comida, jugos o batidos a las reclusas, visitas o personas que vienen de alguna institución; instalar pequeños kioscos para venta de golosinas; vender ropa para las internas; atender las llamadas en el pasillo de teléfonos celulares, para ello cada interna debe correr con el capital para cargar el crédito.
También está la actividad de las “taxis” que son aquellas que encargan de las búsquedas de las internas o en algunos casos guían a las visitantes dentro del centro; y las lavanderías, que es una de las actividades más conocidas de las internas: consiste en el servicio de lavado y planchado de ropa. La población en general puede acceder a este servicio. Las reclusas que trabajan en el servicio de lavandería reciben un ingreso mensual como salario.
Otras actividades permitidas son: los tejidos, la venta de abarrotes, venta de hoja de coca y pequeñas ventas como gelatinas y otros.
Otra forma de generar ingresos económicos es reemplazar a las internas en los oficios. Los oficios son las tareas que las internas “nuevas” deben realizar. Según las señoras privadas de libertad del Centro de Orientación Femenina de Obrajes en su reglamento interno establecen actividades destinadas a las nuevas reclusas, como ser: 7 días de cocina, 7 días de limpieza, 7 días de sacado de basura, 7 días de molidas de ají o maní.
“En caso de que una señora tenga una posición económica buena y no quiera hacer estos oficios le paga a otra, una persona antigua que pueda hacer sus oficios” señala la trabajadora social, Verónica Larrea, en la tesis mencionada arriba.
Las mujeres de la cárcel de Obrajes conviven con sus hijos y a diferencia de lo que sucede con la cárcel de varones de San Pedro, en este recinto no hay grandes aglomeraciones para recibir visitas. Datos de la Dirección de Régimen Penitenciario, publicados en 2019 señalan que el 15% de las reclusas no recibe visitas y un 5% no tiene registrado a ningún familiar.