La compositora y cantante, Montserrat Arce, hija del Almirante Arce, también se pronunció: «Papito amado, si algo he aprendido de ti es a armar, y nuestra batalla no es de odio ni resentimiento, es de profundo amor y confianza en Dios y en nuestra Bolivia
«Quienes hemos compartido 39 años de vida con el Almirante Flavio Gustavo Arce San Martín, primero como cadetes y luego como profesionales de las armas, no podemos permanecer en silencio, ante esta desesperada y lamentable coyuntura, que no solo pone en vilo a personas, sino a todo un sistema de valores y principios que, son la verdadera esencia de una comunidad jurídico política que de ser permeados con la bazofia del oportunismo, el prebendarismo y la ignorancia supina, amenaza su misma identidad y pervivencia». Con esa frase, emitida en un comunicado, la promoción 85 de la Escuela Naval Militar le mostró su apoyo al Almirante Flavio Gustavo Arce San Martín, detenido el jueves acusado de ser uno de los incitadores en el supuesto «golpe de Estado» en contra del Gobierno de Evo Morales.
Los militares de la marina boliviana se dirigen al pueblo boliviano, al hombre de la ciudad, del campo, al hombre de a pie, al hombre honesto, a los hombres forjados con el temple de la disciplina, honor y patriotismo, a quienes no necesitan recordarles sobre los fundamentos y principios de la Constitución Política del Estado, que incluso mencionar el artículo 245, les parece impropio, pues todos pueden gritar al unísono, que la organización de las Fuerza Armadas (FFAA) descansa en su jerarquía y disciplina y está sujeta a las leyes y reglamentos militares, esa impotencia que hierve en sus entrañas.
«Como hombres formados en la disciplina, tenemos la convicción de que la justicia es uno de los pilares sobre los que se funda un Estado, independientemente de la actitud de sus operadores, que responderán a la historia y al subconsciente colectivo que, recordará esos nombres en páginas enmarcadas en crónicas que dan lástima o en las de gloria que muestran el camino para las futuras generaciones; por ello, pedimos y exigimos el debido proceso, al que tiene derecho todo ciudadano y el que lamentablemente hasta hoy, ha sido vulnerado, manoseado y trastocado al antojo miserable de unos pocos amparados en la circunstancia efímera», señala el comunicado.
Además, indican que conocer la verdad histórica de los hechos es un derecho inalienable que le asiste al pueblo boliviano y para ello, suena hasta ridículo decirlo en una sociedad que se precia civilizada, nadie puede ser constituido en “juez y parte” a la misma vez, vulnerando principios elementales del derecho, quienes viven (y no les contaron) las asonadas tribales de hordas obnubiladas y anestesiadas por la prebenda, que invadieron ciudades (no al revés) sin reparo alguno, al grito de ¡Guerra Civil!, que hasta hoy resuena en la memoria de los niños, esto forzó inevitablemente a que el pueblo pida desesperadamente que las FFAA cumplan su rol constitucional; sin embargo, solo una investigación profunda e imparcial logrará refutarlo o probarlo, ese es su derecho.
El dolor de una hija
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La compositora y cantante, Montserrat Arce, hija del Almirante Arce, también se pronunció sobre el caso.
«A la opinión pública: Hoy quiero referirme a una situación personal, lo hago desde el respeto e intentando expresar el sentimiento que nos invade. No puedo exponer en palabras el dolor e impotencia que sienten todos los miembros de mi familia en estos momentos. Y cuando hablo de mi familia no me refiero solo a mi mamá (esposa de mi papá) y mis hermanas, hablo también de todos mis tíos y tías, de mis primos: la familia naval que conoce a mi papá desde sus primeros años de servicio, que, aunque esté dispersa en varios puntos del país, está igual de desconsolada, impotente, e indignada por la forma en la que se está llevando este injusto proceso que se sigue contra mi papá Flavio Gustavo Arce San Martín». Con esa frase inicia una carta de la cantautora.
Arce indica que sabe que también con sus palabras se van a sentir identificados todos quienes fueron al colegio con su papá, que tuvieron la oportunidad de conocerlo, compartir con él… gente que lo quiere, que lo respeta. Esas palabras la animaron a escribir en nombre de todos ellos.
«El motivo que me lleva a escribir esta carta pública es que puedo notar cómo en la rapidez, inmediatez y frivolidad de algunas noticias solo se habla de la «aprehensión de un militar jubilado», pero ninguno de los televidentes o lectores tiene oportunidad de mirar más allá, comprendiendo todo lo que hay detrás del titular. Un hombre justo, una familia, una comunidad. Confío en que mis palabras van a llegar a sus corazones. Mis hermanas y yo hemos crecido en un hogar en el que, con el ejemplo mi papá, Gustavo, nos ha enseñado cómo amar a Bolivia. Siendo yo la mayor, me siento con más experiencia para hablar acerca de él; y solo puedo decirles… que recordando sus ojos cada vez que me hablaba del país, de su compromiso con su desarrollo, el respeto a la institucionalidad, el significado del mar y de la Armada, he conocido y entendido lo que es la vocación. La vocación traducida en amor, la vocación plasmada en trabajo y servicio. Y, sobre todo, la vocación entendida como la constancia y fidelidad al más grande amor de su vida: la Armada Boliviana y las Fuerzas Armadas», manifiesta Arce.
La compositora y cantante no duda cuando dice, que las personas que han conocido a su papá pueden dar fe de la calidad de ser humano y profesional que él es. Su pasión por la causa marítima, sus gestiones para el fortalecimiento de la Armada, por ejemplo, con el establecimiento de una nueva Escuela Naval en Cochabamba, su estudio y formación constante, y su intachable conducta como militar y ser humano pueden ser constatados por más de una persona.
Por eso es que le cuesta tanto comprender, ¿Cómo es posible que su papá esté preso? Él, que radicaba en Cochabamba, compró un pasaje para trasladarse a La Paz el minuto en el que se le notificó que debía presentarse en la Fiscalía. Él, según Arce, no tenía ningún miedo ni problema en presentarse a declarar porque sabe que no ha cometido ningún crimen. «En su cabeza jamás estuvo la opción de irse de Bolivia. Con su abogado y la Ley en la mano, mi papá estuvo 4 horas respondiendo a todas y cada una de las preguntas que le hicieron. Este hombre, que durante 34 años de servicio activo ha cumplido las normas, no por ahora ser parte del servicio pasivo iba a incumplirlas», sostiene.
Arce recuerda verlo salir de su casa muy tranquilo y desabrigado, porque confiaba en que esta etapa de investigación solamente necesitaba escuchar y registrar su verdad… Irónicamente, aquel ciudadano que confía en la justicia ha recibido el trato más injusto de todos: un arresto injustificado y un trato que no respeta la supuesta justicia que lo debe proteger ante su inocencia, manteniéndolo detenido por más de 24 horas sin una audiencia a la que tenía derecho.
«Como hija puedo sentir el corazón de mi papi rompiéndose. Se rompe el mío también. Pero esas fracturas no han disminuido mi fe, ni mi patriotismo, ni el suyo. Nosotros creernos en la patria, en su sistema judicial, en la gente maravillosa, justa y coherente que todavía hay en esta patria. Esa gente que puede ser la voz de mi papá y la de mi familia. Hoy quiero pedirles que nos ayuden manifestándose a favor de su libertad y su inocencia. Por favor no nos abandonen», pide la cantautora.
Arce concluye su carta con la frase: «Papito amado, si algo he aprendido de ti es a amar, y nuestra batalla no es de odio ni resentimiento, es de profundo amor y confianza en Dios y en nuestra Bolivia. Estoy a tu lado».
Fuente: El Deber