Embotellamiento en Chimoré

Si esos 36 aviones que operaron el 10 de marzo en el aeropuerto de Chimoré hubieran llevado pasajeros “normales”, algún tipo de carga que se pueda exhibir, exportaciones de las que nos podamos enorgullecer o tal vez ayuda humanitaria hacia alguna población necesitada, con seguridad, el gobierno de Luis Arce se hubiera encargado de hacer el máximo de propaganda, para demostrar que el aeropuerto de Chimoré no es un elefante blanco y no es una pista que favorece a los narcotraficantes, como reiteradamente han repetido los críticos del régimen.

 

Recordemos que esa infraestructura lleva más de dos años sin operar (oficialmente) y hubiera sido la oportunidad de oro para demostrar que valieron la pena los casi 40 millones de dólares que gastó el cocalero en semejante mole inservible para operaciones comerciales (legales).



 

Pero no fue así, todos esos vuelos se hicieron de manera secreta, con la ayuda de apenas cuatro funcionarios, sin pasar los controles aduaneros, sin la intervención de las fuerzas antidrogas (que están apenas a unos metros del lugar), sin la supervisión de las autoridades de aeronáutica civil, sin el visto bueno de la Fuerza Aérea y, aparentemente, sin la venia de la máxima autoridad política, es decir, el Ministerio de Obras Públicas.

Fuente: Facebook Eduardo Bowles