Resulta irrisorio el tratar de comprender a los eternos “analistas” económicos, que durante los 14 años del gobierno del MAS, pronosticaban la llegada de la crisis económica, la cual nunca llego; sin embargo, cuando se produjo la debacle de la economía, en la gestión de Añez, producto del cierre de las empresas estatales, acompañado de los actos de corrupción y sobre todo por la pandemia del COVID, guardaron un silencio cómplice.
En la actualidad vuelven a aparecer repitiendo el mismo libreto y como siempre, analizando variables económicas aisladas; tratan de convencernos por ejemplo que está prohibido exportar aduciendo la existencia de cupos de exportación rígidos, pero se olvidan que la prioridad de esta medida es abastecer el mercado interno, para luego exportar; en pocas palabras, se les está pidiendo al sector exportador el incremento de su producción, este incremento de productos garantizara la demanda interna y se contara con producción para satisfacer la demanda externa.
También aseguran que las Reservas del Banco Central tocaron fondo, reducción que supuestamente se dio desde 2014, pero olvidan mencionar que en 2005 las Reservan estaban cerca de los $us 5.000 millones, y que en 2014 llegaron a $us 15.000 Millones, según ellos producto de la suerte de Evo Morales, para estos analistas no cuenta el proceso de nacionalización de nuestros hidrocarburos y las otras políticas económicas aplicadas, dejando a la economía como una ciencia oculta que solo depende de la buena fortuna de los gobernantes, parecieran afirmar el apodo de aquel político que nunca gano una elección y que lo denominaron el qhencha, ya que en 2020 los precios del petróleo alcanzaron cifras negativas y el qhencha era uno de los principales aliados de ese gobierno.
Pero esta reducción de las reservas (de 2014 a 2018 llegaron a $us 9.000 millones), debido principalmente a las inversiones realizadas como ser la construcción de termoeléctrica, instalación de plantas de urea, de separación de líquidos, construcción de caminos y otros; con el gobierno de Añez, las reservas se redujeron considerablemente, ya que la cuarentena rígida a la que nos sometió prácticamente anulo los ingresos de divisas, pero los gastos se incrementaron producto de la emergencia sanitaria.
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La ciudadanía debe tener cuidado con estos predicadores de la crisis, no porque lleguen a cumplirse sus augurios, sino por la malintencionada exposición de ciertas variables aisladas, olvidando que la economía debe ser analizada de forma estructural y no con datos sueltos, y más aun olvidándose que la economía no es una ciencia exacta, es una ciencia social que en la mayoría de los casos depende del comportamiento de la sociedad y al sembrar desconfianza en los consumidores y productores del país pretenden desestabilizar el modelo económico que durante seis años logro que Bolivia sea el primero en crecimiento en sud América.
Estos analistas ratifican una broma que dice que el 50% del trabajo de los economistas consiste en hacer predicciones de la economía y el otro 50% lo utilizan para justificar porque no se cumplieron sus predicciones, circulo vicioso del cual no salen.