La purga política

Informan los medios de comunicación que, en su más reciente programa dominical Evo es Pueblo, el jefe nacional del MAS anunció una purga para los dirigentes masistas que se atrevieron a cuestionar el dedazo con el cual designó a los candidatos a alcaldes y gobernadores. También, serían sometidos a la purga quienes además pidan renovación en el MAS. Nuevamente muestra su carácter caudillista y autoritario, así como el revanchismo político contra quienes lo desafían en su poder, en este caso dirigentes de su propio partido, por lo que se ratifica a sí mismo como un político con mentalidad totalitaria.

Vale la pena recordar qué es una purga interna para apreciar la gravedad de lo que anuncia el expresidente y jefe nacional del MAS, no tanto en el sentido de la eliminación física de los disidentes, sino por lo que refleja sobre la personalidad y forma de concebir la política de este personaje que pretende dominar los destinos de Bolivia, dirigiendo desde atrás a las autoridades de su partido que ocupan cargos electivos.



Según la Real Academia de la Lengua Española, purga, en la acepción que corresponde, significa Expulsión o eliminación de funcionarios, empleados, miembros de una organización, etc., que se decreta por motivos políticos y que puede ir seguida de sanciones más graves.

Desde la perspectiva histórica, las purgas se han repetido una y otra vez, aunque se comenzó a usar este término en el siglo XVII, durante la guerra civil inglesa. Posteriormente, durante la Revolución Francesa, las purgas políticas fueron una constante, a medida que se disputaban el poder las distintas facciones de revolucionarios. Su máximo horror se vivió durante el periodo conocido como El Terror, en el cual gobernaba Robespierre y en el que la guillotina cortaba a diario la vida de los rivales internos del jacobino, acabando posteriormente con su propia vida.

En el Siglo XX entre las purgas más conocidas y crueles están las de Stalin, durante la década de los años 30, en la que millones de personas sufrieron la represión política, fueron enviadas a campos de concentración conocidos como gulags y murieron en ellos o fueron asesinadas directamente por los agentes del régimen. En la Alemania nazi, la llamada noche de los cuchillos largos, en 1934, sirvió para que Hitler, mediante una serie de asesinatos políticos, se deshiciera de quienes consideraba peligrosos para la consolidación de su control sobre del partido nazi.

En la China, durante el periodo de la llamada Revolución Cultural, en los años 60, Mao también llevó adelante una purga política por la cual millones de personas sufrieron ejecuciones, exilio interno y condenas a trabajos forzados en granjas especiales, en las que debían ser sometidas a procesos de supuesta reeducación con el fin de depurarlos de la influencia capitalista. En Latinoamérica, un interesante reportaje de El País, de España, titulado Las Purgas de Fidel, relata cómo el régimen cubano se fue deshaciendo periódica y selectivamente de quienes fueran percibidos como un peligro para la autoridad del mayor de los Castro, tales como el general Arnaldo Ochoa, el comandante Huber Matos, el canciller Felipe Pérez Roque o el vicepresidente Carlos Lage.

No estoy seguro de que Morales conozca los antecedentes históricos de la purga política, sin embargo, no tengo duda de que tiene muy claro de lo que busca al interior de su partido, eliminar toda crítica y toda amenaza a su autoridad, condenar al ostracismo a los dirigentes respondones, vetándolos para el ejercicio de cualquier función pública, e incluso de liderazgo sindical. Ha llegado incluso a amenazar a viceministros, socavando la autoridad del presidente Arce.

Esto no es solo un tema interno del MAS, sino que constituye un grave precedente para el conjunto de la sociedad que ve nuevamente amenazada los derechos de quienes piensan diferente, en un estado de indefensión jurídica por la falta de una justicia independiente.

*Ha sido presidente del Senado y Ministro de Economía.