El discurso conciliador del Vicepresidente ha quedado relegado ante el confrontamiento que promueve el ala dura del MAS. Las heridas están lejos de sanar.
Fuente: paginasiete.bo
Liliana Carrillo V. / La Paz
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El 8 de noviembre, en sus discursos de posesión, el presidente Luis Arce y el vicepresidente David Choquehuanca lanzaron mensajes opuestos: mientras el primero responsabilizó a la gestión de Añez por la crisis, el segundo prometió acabar con el odio y persecución. En sus primeros seis meses, el Gobierno ha incrementado la confrontación con sectores opositores, las heridas no han sanado y están lejos de hacerlo. La reconciliación -junto a la gestión de la salud, la economía y la justicia- son aún tareas pendientes para el mandatario.
En 181 días de gestión, el gobierno de Arce ha impulsado al menos 12 procesos en contra de una veintena de personas. Entre los acusados, varios de ellos detenidos, están desde la expresidenta Jeanine Añez y su gabinete hasta jefes policiales, militares y exfuncionarios. Analistas y políticos coinciden en que en el afán de enjuiciar a opositores, la actual gestión relega temas urgentes como la gestión de la vacunación anti-Covid o la reactivación económica.
Uno de los temas urgentes que aún están pendientes para el gobierno de Arce es la generación de espacios de encuentro entre bolivianos que permitan la conciliación entre la hegemonía que tiene el MAS con otros sectores que critican sus lógicas. Éstos parecen postergados ante actitudes de enfrentamiento y de persecución política a nombre del esclarecimiento de actos de corrupción del gobierno transitorio, situación que está generando mayor polarización en la sociedad, sostiene el politólogo Ludwing Valverde.
No obstante, el Movimiento Al Socialismo argumenta que el Gobierno responde a los pedidos de justicia. El pueblo pide justicia para los muertos en Sacaba y Senkata. En el gobierno de facto hubo detenciones, persecuciones, muertes; hay que esperar los resultados de las investigaciones. Mientras tanto estamos reconstituyendo el país para emprender la reactivación, porque tenemos que encarar deudas adquiridas por el anterior gobierno, asegura el senador Félix Ajpi, del MAS.
El cóndor no alza vuelo
El 8 de noviembre el discurso de David Choquehuanca era otro: Vamos a promover las coincidencias opositoras para buscar soluciones entre la derecha y la izquierda, entre la rebeldía de los jóvenes y la sabiduría de los abuelos, entre los límites de la ciencia y la naturaleza inquebrantable (…). El cóndor levanta vuelo sólo cuando su ala derecha está en perfecto equilibrio con su ala izquierda, dijo entonces el Vicepresidente.
Seis meses después, el mensaje conciliador de esa ala del Gobierno ha bajado el perfil. Ese discurso y la propia figura del Vicepresidente es marginal dentro del Gobierno. Parece ser que se ha priorizado una línea dura muy lindante a la venganza. Está imperando una lógica de enfrentamiento del actual Gobierno que quiere posesionar a toda costa la idea de golpe de Estado. Las metáforas aymaras que ha usado en un inicio Choquehuanca no gravitan y el propio Vicepresidente ha terminado planteando escenarios lejanos al consenso como la idea de que la minoría debe someterse a la mayoría, apunta Valverde.
Coincide la senadora Centa Rek, de Creemos. Ni Choquehuanca ni su discurso tienen incidencia en el MAS. Entonces fue en realidad una promesa de inicio y fue al mismo tiempo inauguración y clausura, sostiene.
Fuentes cercanas al Movimiento Al Socialismo aseguran que la línea de Choquehuanca se ha aplacado debido a sus diferencias cada vez más marcadas con el ala dura liderada por Evo Morales. Hay pugnas internas y se va a imponer la voz más fuerte.
Salud, en la agenda urgente
En seis meses, el gobierno de Arce también ha sido cuestionado por su gestión de la pandemia de coronavirus. Faltan vacunas, falta información a la población y faltan también respuestas a las demandas del sector salud.
Los temas urgentes de la gestión de Luis Arce en los primeros seis meses no están siendo resueltos, ni están siendo puestas las bases para hacerlo. El primer tema que tiene que ver con la pandemia, los atrasos en las vacunas y la gestión del proceso. No se han cumplido las demandas del sector salud y no hay coherencia con lo prometido por Arce en su campaña. En salud no hay mayor presupuesto y no se ve coordinación con los niveles departamentales y municipales, evalúa Gustavo Pedraza, excandidato vicepresidencial de Comunidad Ciudadana.
Falta absolutamente una gestión en salud pública, especialmente ante la deficitaria gestión de la vacunación de Covid 19. El avance en la inmunización, que es lo más acuciante en el momento, es mínimo, sostiene por su parte la senadora Rek, de Creemos.
Las críticas llegan también desde los trabajadores sanitarios. Desde que ingresó el presidente Arce se agravaron los problemas en salud. No hay un plan de contención para los pacientes con Covid; en los hospitales no hay personal, tampoco medicamentos ni camas de terapia intensiva, dijo el ejecutivo del Sindicato de Ramas Médicas de Salud (Sirmes) La Paz, Fernando Romero.
Para el MAS, sin embargo, se está afrontando la crisis de la mejor manera ante la carencia internacional de vacunas. Admite que hay colas y retrasos pero responsabiliza a los gobiernos locales.
Vinimos a encarar todas las falencias que nos dejaron y comenzamos con antígenos; ahora sabemos la cantidad exacta de infectados y eso ha ayudado a bajar la letalidad. Si en las vacunas hay escasez, no es responsabilidad de nuestro gobierno sino de los laboratorios que no están fabricando lo suficiente. En algunos gobiernos departamentales no están colaborando como deberían por razones políticas y eso no es bueno. Ésa es la situación que lleva a las personas a hacer filas, asegura Félix Ajpi, presidente de la Comisión de Salud del Senado.
La lenta reactivación
No vemos para nada de reactivación económica; al contrario, hay un ataque frontal a los emprendimientos privados. Han sido seis meses catastróficos para Bolivia, no es sólo el problema de la pandemia y de la crisis; son las medidas inapropiadas que está tomando el Gobierno para tener el control del poder, dice Rek .
Pedraza, de CC, apunta al creciente desempleo y falta de incentivo a las inversiones. No hay medidas económicas que estén generando incentivos para inversiones y empleo; más bien las medidas que se han lanzado, especialmente en rubro agropecuario, han generado el cierre de empresas importantes. No hay evidencia de una gestión de la economía en miras a su mejoramiento, asegura.
El MAS no está de acuerdo: Estamos reconstituyendo la economía para emprender la reactivación, porque tenemos que encarar deudas adquiridas por el anterior gobierno. Pero las medidas están dando resultados, apunta el asambleísta Ajpi.
En medio año, advierten también falencias en política comunicacional. En líneas generales, la gestión en seis meses tiene un nivel de desgaste parecido al de un gobierno que está en la última parte de su período. Un desgaste que se debe fundamentalmente a un mal manejo de la política comunicacional que impide generar temas de agenda publica, sostiene el politólogo Marcelo Arequipa.
En lugar de antagonizar con actores políticos, que es lo legítimo, lo que ha hecho el Gobierno es antagonizar con la opinión pública en general y eso lo lleva al desgaste y le impide abordar retos urgentes como la gestión de la pandemia, el tema económico, además de la necesaria reforma del sistema electoral y de la justicia, finaliza.
Punto de vista
Ludwing Valverde, cientista político
El Gobierno tiene 3 temas urgentes
Hay tres temas urgentes que debe abordar el gobierno de Luis Arce después de seis meses de gestión. Uno tiene que ver con la generación de un espacio de encuentro y reconciliación entre bolivianos que no está priorizado, más bien parece postergado por actitudes de enfrentamiento y de persecución política, en algunos casos a nombre del esclarecimiento de actos de corrupción del gobierno transitorio, contra sectores opositores al Movimiento Al Socialismo, situación que está generando mayor polarización.
El segundo, el actual presidente actúa bajo la sombra de Evo Morales, no ha sido capaz de generar una identidad propia de lo que representaría él como renovación dentro del MAS. Entonces, falta de sello propio da una imagen de ausencia de gubernamentalidad y más bien presencia de administración.
El tercer aspecto es que hasta el momento en términos de gestión pública los resultados son pobres y ello se puede ver en dos temas con claridad: Uno, la salud, a todas luces la planificación de la vacunación si es que existe es mala, no hay certezas. La carencia de las vacunas es un argumento hasta facilón para disimular la mala gestión.
Dos, el Gobierno central no ha podido generar una conexión con los municipios, con los departamentos. Esperemos que las nuevas autoridades sean convocadas, que se creen espacios de coordinación como además lo define la ley con esfuerzos de cooperación entre Gobierno nacional y los subnacionales. De lo contrario, las consecuencias se darán en términos de ineficiencia e ineficacia de la gestión publica del Gobierno central en aspectos urgentes como salud y educación.
Analistas: El Presidente debe dejar su sello
La larga sombra de Evo se proyecta sobre Arce
En seis meses, el presidente Arce ha actuado bajo la sombra del exmandatario y líder del MAS, Evo Morales, sin consolidar la identidad ni el sello propio de su gestión, advierten analistas y políticos.
Morales ha participado en actos gubernamentales e incluso en reuniones con sectores, como el agro cruceño. Su protagonismo – que se refuerza con la designación de sus exministros en altos cargos de la actual gestión- opaca la figura de Luis Arce.
Luis Arce no ha sido capaz de generar una identidad propia de su gobierno, de él como presidente, y de lo que representaría él como renovación dentro del MAS. Parece existir una suerte de complejo frente a la figura de Evo Morales; no ha sido capaz de desligarse o de generar un sello propio que le permita proyectar su gobierno más allá de lo que hizo Morales en 14 años. Esto está generando la percepción de que en realidad Arce no gobierna, él administra el Estado, apunta el politólogo Ludwing Valverde.
Para la senadora Centa Rek, de Creemos, Arce gobierna desde la sombra de Evo Morales. No ha podido en definitiva tener una gestión propia. Parecería que por congraciarse está cumpliendo una agenda impuesta que lo está dejando muy mal parado, sin relevancia y con ello está erosionando su posibilidad de tener un contacto con la gente, apunta la asambleísta.
En opinión de Gustavo Pedraza, de CC, esta situación ha creado un poder dual. En seis meses, el gobierno de Luis Arce ha probado que sigue la misma línea autoritaria de Evo Morales y que Evo Morales cogobierna. Hay un poder dual: el formal en la Plaza Murillo y el real en el Chapare. Esa dualidad en el poder político está perjudicando mucho al Estado y el más afectado es el pueblo boliviano, asegura.
Hugo Siles, exministro de Autonomías, por su parte, destacó la presencia de Morales en el gobierno de Arce. Evo Morales es un lujo para cualquier gobierno por la experiencia que tiene y la capacidad para desarrollar una interlocución que pocos políticos en Bolivia la tienen. Al ser el presidente del MAS y expresidente, en este Gobierno tiene una voz autorizada, dijo a Página Siete.
Fuente: paginasiete.bo