Entre la sucesión de ipso facto y cuidar a Jeanine

Carlos Federico Valverde Bravo

Dijo la señora Susana Rivero que ella no renunció el 10, aunque todo el país que tiene Twitter vio la renuncia; claro, se hizo apoyar por el Presidenbte de Diputados que mostró una carta de unos días después.



No importa, importa lo que se sabe y que, además, fue puesto en evidencia por la gente de Chequea Bolivia (https://eldeber.com.bo/pais/chequea-bolivia-corroboro-que-susana-rivero-renuncio-y-esta-dice-que-esa-publicacion-de-twitter-es-f_235933) pero, aun si aquello no les basta e insisten, recordemos que se fueron en orden de horario: Víctor Borda (presidente de  Diputados), Evo Morales, Álvaro García, Rubén Medinaceli (primer vicepresidente Senadores), Adriana Salvatierra y… pare de contar señor… el cargo le correspondía a Jeanine Añez, segunda vicepresidenta del Senado, en orden de prelación sucesoria, y la asumió ipso facto; el reglamento y la Constitución y la practica constitucional lo hicieron así; con eso se frustró la intención de vaciar el Estado.

El Estado no es el nombre, no son los cargos vacíos o nominales; el Estado se expresa en las personas que ejercen un cargo electivo o nominado por ley, son los que hacen que la representación democrática exprese (a veces) lo que el ciudadano desea de sus gobernantes (esa es la idea que no se cumple casi nunca).

Morales buscaba que haya un vaciamiento del Estado, generar una ausencia de poder; seguramente esperaba que los militares que “creía militantes de su movimiento de cambio” estarían dispuestos a hacerse cargo de la Presidencia el tiempo suficiente como para emular lo que hizo Guido Vildoso cuando después de llegar al gobierno decidió reponer la democracia en el país y, para ello, se reunió con los políticos y acordaron la reposición del Congreso del 80 que había ganado la UDP y, el año 1982, comenzó a funcionar, a tropezones, pero se consolidó, la democracia que averió Evo Morales.

Morales pretendía que haya una “reposición” del “ganador oficial, según el TSE” (recordemos que firmaron el acta de cierre) de la elección del 2019 con fraude y todo o que, en el peor de los casos, se vaya a una segunda vuelta; cualquier cosa era preferible a vivir con una dictadura militar, pero las cosas le salieron mal, los militares no se hicieron cargo, la OEA emitió su Informe, la gente de la calle era mayoritariamente contraria y debió irse.

Y en Argentina, donde tenía su exilio dorado, se reunió, entre mayo y agosto  2020, con su militancia y dirigentes y discutieron qué hacer para encarar los pasos a seguir frente a las elecciones y ¡hete aquí! Que los “democráticos» masistas discutieron “la salida de Jeanine Añez”  y su reemplazo por tres opciones:

a) un militar

b) Eva Coa

c)   Jeanine Añez

Como lee: un militar en el primer lugar de reemplazo (¿la idea de Morales otra vez?) o sea, un partido democrático debatía poner a un militar en el gobierno, lo que implicaría cerrar el congreso y el TSE; ¡¡vaya democracia la masista !! Y no lo digo yo, lo contó Evo Morales ante una veintena de personas que lo escuchaba sin prestar mucha atención.

Eva Copa… los alteños se iban a pelear por pegas, dijo Morales cuando la realidad es que ya veía que Copa podía ser un estorbo a su liderazgo (la elección municipal demostró que Copa no era de juguete o desechable) y que iba a hacer cualquier cosa para cerrarle el paso; Eva Copa representaba en la calle, una posibilidad política más grande que Andrónico Rodríguez, que sólo es visto en el Trópico y arrastra con el estigma cocalero, por más esfuerzos que hace para despegarse del mismo y, de Evo; ahora es él quien evita juntarse con el inquilino de la radio de los Kwsachun Coca.

La tercera opción que fue la que “escogió” Evo Morales: seguir con Jeanine, y  no fue porque la quería o la respetaba, simplemente porque le convenía al MAS:  En el video publicado por ese par de “hurguetillos”, Virginio y Agustín, que es de conocimiento público, se lo escucha decir que pidió “cuidar a Jeanine porque ella “le garantizaba elecciones” … y con eso Morales asumió, ante el país, que la presidenta constitucional Jeanine Añez representaba la institucionalidad del Estado y el poder constitucional capaz de garantizar las elecciones, y así fue, su gobierno hizo elecciones, fueron legales, y su resultado también. Democracia asegurada, aunque muy maltratada por Arce y su entorno.

Convengamos que con un militar lo único que hubiéramos tenido fuera, tal vez, el retorno de Morales el tramposo y golpista; con Eva Copa al masismo cocalero presionándola para no perder presencia… pero esa es otra historia que en cualquier rato la vamos a contar.

Carlos Valverde es periodista, analista político y escritor.

Fuente: eju.tv