“Somos un mundo distinto, pero al final somos iguales”, Día del Orgullo LGTBI+

En Bolivia, se lograron algunas avances por los derechos de las personas LGTBI+, como el reconocimiento del matrimonio igualitario, la Ley 807 de Identidad de Género y la Ley Municipal Autonómica 311 de Promoción y Respeto a los Derechos Humanos de las Personas con Diversa Orientación Sexual e Identidad de Género de La Paz.

  • Iza de la bandera del orgullo LGTBI+ en La Paz. | APG
  •  
Fuente: Los Tiempos

DANIELA ROBLES RIVERA

Luna Humérez, mujer transgénero, presidenta de la Organización de Travestis, Transexuales y Transgéneros Femeninas de Bolivia (Otraf-Bolivia) y estudiante de derecho, y Norman Soria, abiertamente homosexual, estilista profesional y administrador de empresas, ambos miembros del colectivo LGTBI+, hablan desde sus experiencias y puntos de vistas del significado del Día Internacional del Orgullo LGTBI+ y el porqué de esta celebración y lucha.



Hace 52 años, el 28 de junio, sucedieron los disturbios de Stonewall en Nueva York. Ese día, la Policía neoyorkina hizo una redada al pub Stonewall, uno de los locales que aceptaban a personas homosexuales. Las redadas eran usuales hasta ese día, en el que el colectivo se rebeló, la policía perdió el control y todo desembocó en incidentes violentos.

Por esta razón, Norman Soria afirma que ahora el 28 de junio “es el momento en el que la comunidad LGTBI+ se reúne para recordar públicamente todos los obstáculos que se ha superado y seguir reivindicando la igualdad de derechos a todos los niveles. ¡Todos podemos y debemos ser parte de este día! Jamás nadie debe ser juzgado por amar y sentirse diferente”.

Toda la población está invitada a esta celebración y lucha por los derechos de las personas LGTBI+. Pues tanto Norman como Luna Húmerez, hablan sobre la importancia de la empatía con la igualdad de los derechos, el amor, el respeto y los valores.

“Puede participar todo el mundo porque, para nosotros, la inclusión es la palabra fundamental y pueden participar todos los que celebren la paz, los valores y la condición de vida más hermosa: el amor”, dice Norman.

También mencionan la importancia de ser parte del movimiento por la gran probabilidad de tener a alguien cercano parte del colectivo. De esa manera, Luna define el activismo como la lucha desinteresada, para el bienestar de cierto grupo o población en torno a los derechos humanos.

En Bolivia, se lograron algunas avances por los derechos de las personas LGTBI+, como el reconocimiento del matrimonio igualitario, la Ley 807 de Identidad de Género y la Ley Municipal Autonómica 311 de Promoción y Respeto a los Derechos Humanos de las Personas con Diversa Orientación Sexual e Identidad de Género de La Paz. Sin embargo, el activismo por los derechos de las personas LGTBI+ sigue, pues “hay ciertas cosas que no se pueden ejercer siendo LGTBI+ y no hay una plenitud de derechos. Ese letrero que se encuentra en lugares públicos y privados “Todos somos iguales ante la ley”, pues no lo somos porque nosotras y nosotres estamos en desventaja ante ciertas cosas, circunstancias o derechos que nos cuarta el gobierno, el Estado y la sociedad”, asegura Luna. Además, dice que las manifestaciones empiezan por pensar en la población LGTBI+, por tanto, se necesitan líderes o activistas para que estas luchas no se pierdan.

Por ahora, asegura Luna, para luchar contra los prejuicios con los que se rodea a la comunidad LGTBI+, se debe mostrar “que somos comunes y corrientes, como cualquier heterosexual. Somos un mundo distinto de todo, pero al final somos iguales, somos seres humanos. Y todo tendría que girar en torno a ello, en que somos seres humanos bolivianos que estamos luchando por una mejor calidad de vida, por una plenitud de derechos y mostrando a la gente que somos buenas personas”.

Por su parte, Norman Soria habla sobre la sustancial arma para esta lucha: la educación. “Educando a las personas, demostrando (…) el concepto erróneo que tienen. Lo que desconocen les da miedo”.

Las personas cisgénero y heterosexuales, es decir, que no se identifican con ninguna tipología de sexualidad o género del colectivo, pero apoyan al mismo, son llamadas aliadas. Un aliado es cualquier persona que se ha unido a otras para apoyar, fortalecer o dar la cara por alguna causa.

En este caso, Norman y Luna mencionan que para ser un aliado de la comunidad LGTBI+ sólo se necesita ser consciente de que “los derechos y obligaciones no se discuten ni tampoco se interpretan, simplemente se realizan”. Esto incluye no discriminar y no ser parte del acoso que existe hacia esta población.

“Hay muchas personas heterosexuales que marchan en apoyo a la población LGTBI+. Eso es muy lindo porque puedes ver que hay mucha gente que apoya tu lucha y que quiere que tengas la plenitud de derechos por las cuales luchas”.

Por este motivo, se invita a la población a participar en la lucha por los derechos de las personas del colectivo LGTBI+.

Algunas formas de participar en la festividad son estar presentes en las reuniones virtuales, compartir en las redes sociales información sobre la fecha y la lucha de la comunidad , hablar y reflexionar acerca del tema y trabajar introspectivamente para amar más y odiar menos.