Zannier: «No se trató de una solicitud formal del Papa»

La exautoridad indicó que a los pocos días de asumir, Caballero se comunicó con él para comentarle lo que le habría dicho el Papa sobre el tema.

 



Fuente: paginasiete.bo

Página Siete  / La Paz

Carlos Zannier, exvicecanciller, indicó que a los pocos días de asumir en el cargo recibió una llamada del exembajador Julio César Caballero, quien le puso en conocimiento de que el papa Francisco  le habría comentado  “que sería bueno que las autoridades bolivianas por razones humanitarias pudiesen considerar la otorgación de salvoconductos a los ‘asilados’”. La exautoridad, sin embargo,  sostiene que  “no se trató de una solicitud formal”.

El tema cobra vigencia debido a la sindicación que realizó esta semana Héctor Arce, embajador de Bolivia ante la Organización de Estados Americanos, contra la excanciller Karen Longaric porque  -sostuvo-  supuestamente en 2020  “escondió deliberadamente nada menos que la palabra del Papa”.

  Zannier afirmó a Página Siete, a través de una nota,   que a los pocos días de haber sido invitado y posesionado por  Longaric, recibió  una llamada de  Caballero, quien   le  dijo que quería poner en su  conocimiento, que ese día, en ocasión del saludo protocolar al Santo Padre por parte del Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, le comentó acerca del  tema de los salvoconductos para las exautoridades del MAS que estaban en la residencia de la Embajada de México en La Paz.

“El Papa,  al saludar a las representaciones asistentes, le había dado la mano y había continuado saludando a las siguientes delegaciones y, luego de algunos pasos, había retrocedido, le había tomado por el brazo y le habría hecho el comentario ‘que sería bueno que las autoridades bolivianas por razones humanitarias pudiesen considerar la otorgación de salvoconductos a los ‘asilados’ (según México y autoridades del MAS) o ‘huéspedes’ (según la excanciller y el exministro de Gobierno)’ que estaban en la residencia de México”, dijo Zannier.

La exautoridad sostuvo que en su opinión no se trató de una “solicitud formal”. “No se trató de una solicitud formal del papa Francisco, y más bien habría sido un comentario, preocupación, recomendación, sugerencia o pedido que alguien le hubiese hecho”, aseveró.

Zannier aseguró que para los que conocen a profundidad la diplomacia y las relaciones internacionales, “resultaría inaceptable no considerar o atender una solicitud formal de un jefe de Estado como es el Santo Padre del Estado Vaticano, con el que  Bolivia tiene una larga tradición de excelentes relaciones diplomáticas”, y agregó que también  “resultaría inverosímil que siendo ampliamente conocida urbi et orbi la eficiencia, profesionalismo, etiqueta y protocolo del Estado Vaticano, que no hubiesen respetado las formas y procedimientos diplomáticos, para una comunicación y solicitud a nuestro gobierno, por parte de su jefe de Estado”.

Zannier indicó que entonces  agradeció la información a Caballero y transmitió a la excanciller  “el contenido de la conversación sostenida”.

La exautoridad comentó que días después gestionó una entrevista con Longaric, a pedido de monseñor Eugenio Scarpellini. En la cita, además de éste,   estuvo presente  monseñor Aurelio Pesoa, secretario general de la Conferencia Episcopal de Bolivia.  “La solicitud espontánea e inconexa con lo señalado por el Papa al exembajador Caballero fue escuchada y atendida por la señora Longaric,  quien señaló que transmitiría su solicitud a la presidenta y al ministro de Gobierno”, asegura Zannier.

“A los pocos días -agrega- fui informado que habían decidido extender dos salvoconductos para aquellas personas  que en ese momento no eran requeridas por la justicia, y es así como el exministro César Navarro y el exviceministro Pedro Dorado recibieron sus respectivos salvoconductos”.

Luego,  indica que el 1 de febrero de 2020, dichos exfuncionarios a tiempo de hacer uso de sus salvoconductos fueron impedidos de ingresar al aeropuerto de El Alto por una multitud de personas que se encontraban ahí, además de que fueron golpeados, detenidos y trasladados a la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) cerca de  las cuatro de la madrugada.

“Ante semejante irrespeto a las normas internacionales y a la figura de lo que significa la otorgación de un salvoconducto, y frente a la gravedad de los hechos, y luego de varias infructuosas conversaciones telefónicas con la excanciller, el exsenador Óscar Ortiz, y otras exautoridades nacionales y mexicanas, me dirigí sin autorización a la Felcc,  porque la fe del Estado estaba en entredicho, con el único propósito de evitar que fueran apresados y de que pudiese respetarse los salvoconductos”, asegura.

En la Felcc, recordó, le hicieron esperar más de una hora hasta que pudo entrevistarse con  Navarro y Dorado, quienes estaban acompañados por los representantes de Naciones Unidas, la Unión Europea (UE), el exencargado de Negocios de México y otros funcionarios.

“Luego de varias intervenciones posteriores, el exministro de Gobierno autorizó la salida del país de los mencionados señores. Dada la situación incierta,  los acompañé junto a los garantes de la UE, ONU y Embajada de México hasta el avión que los llevó a Cuzco.  Por lo cual, a mí me queda absolutamente claro que la extensión de los salvoconductos a los señores César Navarro y Pedro Dorado fue producto de la gestión personal de  monseñor  Eugenio Scarpellini  y de monseñor Aureliano Pesoa ante la exministra de Relaciones Exteriores”, manifiesta  Zannier.

El exvicecanciller aseguró que la Iglesia Católica boliviana “como siempre,  en nuestra convulsionada vida política, social y económica y cada vez que nos encaminamos al borde del precipicio, está presente aportando su concurso, silenciosa y discretamente”.

Fuente: paginasiete.bo