Prótesis bioeléctricas fabricadas en Oruro devuelven movilidad a personas con discapacidad


Sergio Sivinche dirige un emprendimiento que tiene por objetivo la fabricación de prótesis mecánicas y bioeléctricas

Una prótesis bioeléctrica da la posibilidad de volver a movilizar una mano o un brazo que, por problemas congénitos, a causa de un accidente o enfermedad, perdió su funcionalidad normal. Este avance tecnológico, que mejora la calidad de vida de las personas con discapacidad, es hoy una realidad en Oruro.



Sergio Sivinche dirige un emprendimiento que tiene por objetivo la fabricación de prótesis mecánicas y bioeléctricas a un precio accesible. El proyecto fue seleccionado entre los finalistas del concurso Emprende Ideas en Pandemia de la Fundación Samuel Doria Medina Arana.

Toda prótesis con este grado de avance tecnológico se conecta directamente con la energía muscular y, a través de sensores, simula el funcionamiento de los miembros superiores. Este complejo sistema requiere de motores, tarjetas de diseño mecánico y electrónico.

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El resultado es fantástico porque rehabilita la movilidad y el funcionamiento de los miembros superiores afectados, dando así a una persona con discapacidad el instrumento necesario para desenvolverse con normalidad.

Las prótesis bioeléctricas se hacen a medida, a partir de un escaneo 3D del brazo o de la mano. De esta manera su acople al cuerpo se da naturalmente, sin causar incomodidad.

Actualmente, este emprendimiento se encuentra en una fase piloto. En esta etapa se tiene programada la fabricación e instalación de tres prótesis, que beneficiarán a miembros de la Federación de Personas con Discapacidad de Oruro. El primer paso ya fue dado. El beneficiario fue un joven estudiante de 19 años, quien por un problema congénito no cuenta con una mano y nunca había usado una prótesis.

La irreprimible sonrisa de aquel joven al comprobar que la prótesis funcionaba fue el mayor reconocimiento que los impulsores de este proyecto pudieron recibir. Este primer usuario se encuentra actualmente adaptándose a la prótesis y, según cuenta, se le hace más fácil realizar las tareas cotidianas. Entre tanto, las otras dos prótesis planificadas en el proyecto piloto están en proceso de desarrollo.

Para llevar adelante esta labor no sólo se necesita tener conocimientos de mecánica e informática, sino también de biología y anatomía. Por eso es que el emprendimiento es impulsado por un equipo multidisciplinario, formado en diferentes áreas como medicina, fisioterapia, psicología, diseño, mecatrónica, mecánica y electrónica.

La idea de fabricar una prótesis surgió tres años atrás, espontáneamente, cuando en las Olimpiadas plurinacionales de física Sergio conoció a un amigo que tenía un grado de discapacidad en uno de sus miembros superiores. Los primeros bosquejos y simulaciones los realizaron pensando en una prótesis para él.

Aunque su amigo se mudó a Cochabamba y no pudo ver el proyecto concluido, Sergio continuó hasta hacer su sueño realidad. Su motivación no sólo es económica, sino también social, ya que por cada dos prótesis que fabrique para la venta, donará una a quien no tenga recursos para solventarla.

Sergio espera ganar el concurso Emprende Ideas en Pandemia de la Fundación Doria Medina para invertir en maquinaria y así poder triplicar su producción.

Para conocer más sobre el desarrollo de este emprendimiento puedes visitar su página en Facebook Iron Crew Robotic.

 


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