La semana pasada la Asamblea Legislativa aprobó la ley de ascensos y de carrera policial. Habrá grado de general superior, general mayor y general primero. El actual comandante y otros dos coroneles ascenderán por primera vez a general primero
Todo está dispuesto y listo. El 16 de agosto se promulgó la ley de carrera de generales y de ascensos de la Policía Boliviana y este martes se realizará el acto en la Academia Nacional de la Policía, con lo que se iniciará la vía para que esa institución tenga 20 generales, lo que ha generado un enorme malestar en las Fuerzas Armadas.
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Los coroneles Johnny Aguilera, actual comandante; Juan Luis Cuevas, jefe de Estado Mayor y Orlando Vladimir Ponce, inspector general serán los tres primeros “generales primeros” que son de la promoción 1989, y que tendrá la institución bajo esta nueva norma.
Su ascenso está confirmado para mañana, en un acto que se realizará en la Academia Nacional de Policías (Anapol).
Pero en los siguientes ascensos, la Policía llegará a tener 20 generales de distintos rangos y de las promociones que vienen por detrás. De esta forma, se extenderá la carrera policial.
Los grados jerárquicos de los generales de la Policía, según la Ley 1387 promulgada esta semana en bajo perfil y sin acto protocolar, serán similares a los que tienen actualmente los jerarcas de las FFAA, que van de una a cuatro estrellas con el fondo dorado.
A la larga, el general superior con cuatro estrellas será un rango que solamente podrá alcanzar el comandante general.
Los generales superiores, pero con tres estrellas serán el subcomandante general o el jefe de Estado Mayor de la Policía y el inspector general.
Los generales mayores con dos estrellas serán el presidente del Tribunal Disciplinario Superior, el director nacional de Personal, el director nacional de Inteligencia, director nacional de Planeamiento y Operaciones y el director nacional de Instrucción y Enseñanza.
El grado de “general primero”, llegarán los comandantes departamentales de La Paz, Oruro, Potosí, Chuquisaca, Cochabamba, Tarija, Santa Cruz, Beni y Pando; además del director general de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (Felcv), el director general de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn) y el director general de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc).
La nueva ley señala que todos estos cargos serán propuestos por el comandante general, previa conformidad del ministro de Gobierno, y serán designados por el presidente del Estado.
En total, la Policía tendrá 20 generales y este hecho ha generado mucho malestar dentro de las Fuerzas Armadas.
De hecho, fuentes de la institución que pidieron reserva señalaron que definitivamente preocupa, principalmente porque le resta la posibilidad de coordinación con esa cantidad de generales y mayor posibilidad de roces.
El general Marcelo Antezana, excomandante del Ejército, señaló que lo que está ocurriendo “es muy peligroso. Tengo entendido que en cada distrito policial van a poner un general, aparte de sus directores administrativos nacionales.
Esto dificultará el control porque cada comandante departamental será un general, y en las divisiones militares, se encontrarán con coroneles. Esto complicará el relacionamiento. Esta diferencia de rangos definitivamente va a generar fricciones porque un general no puede estar supeditado a un coronel”.
Está convencido de que esta ley generará fricción entre ambas instituciones “y es muy peligroso porque puede generar enfrentamientos que nadie quiere”.
Un pronunciamiento de oficiales en retiro de las FFAA señala que una ley específica de Ascensos, no puede modificar artículos de una ley fundamental de la Policía Boliviana.
Advierte que no se puede registrar la figura de “tú a tú” entre la Policía y las Fuerzas Armadas, porque la primera vela por la seguridad interna del país y puede realizar “actividades de orden público”, mientras que las FFAA velan por la seguridad y defensa externa del país.
Ahora con esta ley la Policía es una Fuerza Armada, “entonces ¿por qué no se la fusiona a las Fuerzas Armadas?”.
Si la Policía busca ser una fuerza armada, entonces ¿por qué no cierran la Academia Nacional de Policías (Anapol) y sus institutos policiales y se capacitan en colegio militar de las FFAA?”
Incluso ese pronunciamiento llega a afirmar que la Policía se convierte en fuerza paramilitar, porque “definitivamente es paralela a la institución castrense”.
La Policía, al realizar actividades de orden público, violará la CPE, porque sólo una Fuerza Armada puede actuar cuando se decreta Estado de Excepción, por ejemplo.
Recordó también que las funciones militares no son compatibles con el Ministerio Público. Por lo tanto, esto complicará el relacionamiento, dijeron los oficiales en retiro.
Más observaciones
El proyecto, que apareció impreso en la Gaceta Oficial ya vino con observaciones. La senadora Centa Rek manifestó que el ex viceministro de Régimen Interior Emilio Rodas advirtió antes de ser relevado que el proyecto de Ley de Carrera de Generales y de Ascensos de la Policía Boliviana salió del despacho del ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, es decir que la norma solo fue coordinada con el Comando General de la Policía, a cargo del coronel Jhonny Aguilera, y no se consensuó con el resto de la institución verde olivo.
Llegó al Parlamento, según Rek, sin un debate necesario con el área del ministerio que tenía que ver con la Policía. “Entonces es absolutamente evidente que es un proyecto político elaborado con la finalidad de politizar e instrumentalizar a la Policía Nacional en favor del gobierno de turno elaborado y redactado solo para beneficiar a un pequeño grupo de oficiales que, de forma interina, ahora son máximas autoridades de la Policía Boliviana”, dijo Rek.
La norma señala en el artículo 11 que las fuerzas de la Policía Boliviana dependen del presidente del Estado “por intermedio del ministro de Gobierno, de conformidad a lo establecido en el artículo 252 de la CPE.
Luego enumera que el Mando Policial estará conformado por las siguientes autoridades: ministro de Gobierno, comandante de la Policía, subcomandante y suboficial de Estado Mayor.
En este punto, la norma establece una graduación especial a los mandos medios, estableciendo para los suboficiales los grados de superior de servicios, Mayor de servicios, Primero de servicios y Segundo de Servicios. Mientras que habrá un Sargento Mayor de Servicios, otros primero de servicios, segundo de servicios y finalmente el de servicios.
La oposición observó que esta ley, dará como resultado un peligro hacia la población y sus derechos constitucionales porque se convertirá en una institución al servicio del gobierno de turno y no de la sociedad boliviana.
Desde el interior de la Policía, observaron que pese a que esta ley amplía la carrera policial por más años, también está claro que cede el control al ministro de Gobierno, un civil.
Los dirigentes de la Asociación Nacional del Servicio Pasivo Policial (Ansppol) observaron que las decisiones del Comando deban ser homologadas por el Ministerio de Gobierno. Recordaron que los reglamentos se desprenden de las leyes, no lo contrario, y rechazan poner “una institución al servicio del Gobierno de turno”.
La senadora Rek observó que la incorporación del ministro de Gobierno a la cabeza de la organización uniformada policial, por lo tanto, este Alto Mando Policial propuesto tendría un contexto netamente político y no técnico, operativo y funcional.
Marcelo Antezana manifestó que este es un evidente maltrato para las FFAA. “Al grupo de policías que se amotinó no les hicieron nada. Mientras tanto, hay exjefes militares que están tras las rejas”. Otras fuentes coincidieron en que esto empeora la tensión interna que ya existe.