Democracia (método e ideal)

La democracia como concepto es interpretada de diferentes formas y con distintos sentidos. Sin embargo, más allá de las diversas perspectivas, valores, ilusiones, decepciones y teorizaciones sobre ella, es importante reconocerla como un proyecto en permanente construcción que provoca mantener la esperanza (ideal) y, al mismo tiempo, como un sistema (método) para resolver conflictos.

Para tener una distinción más explícita sobre lo que implica el discurso sobre la democracia en la modernidad, es pertinente reconocer tres características: principio de legitimidad; sistema político llamado a resolver problemas de ejercicio del poder, no únicamente de titularidad; y como un ideal (Sartori, 2008). Aquí es importante destacar dos aspectos relevantes del discurso: método para resolver problemas del poder, e ideal que se persigue para ordenar la vida política.

Con respecto al aspecto ideal, Bobbio (2021) nos enseña que una de las promesas no cumplidas de la democracia es la falta de desarrollo un alto nivel de educación política, mediante la cual los ciudadanos se vean involucrados en la aprobación e implementación de las decisiones políticas, pero, sobre todo, en la discusión de temas relevantes, para así comprender mejor los problemas y conocerlos. En otras palabras, los ciudadanos democráticos que adquieren una cantidad de información política necesaria, estarán en condiciones de ejercer su responsabilidad evaluar el trabajo que hace los políticos que gobiernan.



Como sistema político llamado a resolver problemas de ejercicio del poder, es un método que funciona a medias. Actualmente la polarización política y social (ambas tienen distintas connotaciones) es un comportamiento político predominante en diferentes países del mundo que muchas veces irrumpe sobre los mecanismos institucionales de la democracia. Bolivia no es la excepción (polarización social). Desde el momento en que no se respetaron los resultados del 21f, se violó el principio de legitimidad y se bajó la bandera a cuadros para agudizar la polarización. Bajo estas condiciones, la democracia boliviana entró en apuros, pues como institución política cada día ha ido perdiendo lugares de deliberación y consenso.

Insistir en que el ideal de la educación política se cumpla, se puede entender como una motivación para seguir trabajando con el propósito de que como método funcione de la mejor manera. De acuerdo al planteamiento inicial, la democracia es un proyecto en permanente construcción que necesita del apoyo de todos, de ciudadanos con capacidad de juicio crítico en la vida pública.