Sostener que el liberalismo económico genera devaluación e inflación no tiene fundamento ni desde el punto de vista teórico ni empírico; no obstante, esa es la opinión del señor Miguel Ángel Marañon (El Deber, 30/08/2021).
Es difícil no pensar el por qué entonces, en un país con casi nulo liberalismo económico como la Venezuela del Socialismo del Siglo XXI, la inflación es tan alta (solamente el año pasado estuvo bordeando el 3000% según cifras oficiales). También se podría pensar en Argentina donde el liberalismo económico ha cedido ante el socialismo Kleptómano (si, con K) y cuya tasa de inflación de precios es de dos dígitos (50% y 40% los años 2019 y 2020 respectivamente).
Y aquí no se trata de derecha contra izquierda, sino de entender algo tan básico como que si tenemos inflación de precios es casi exclusivamente por la acción de los gobiernos y sus Bancos Centrales. Por ejemplo, si analizamos las grandes hiperinflaciones de la historia (el gobierno de la UDP en el caso boliviano) es imposible no darse cuenta de la relación existente entre el exorbitante aumento de los precios y el uso de la “maquinita” del Banco Central para imprimir billetes.
Aunque un tanto simplificado, la intuición es relativamente sencilla y se basa en el principio de oferta y demanda. Para quienes alguna vez hemos ido al mercado, sabemos que cuando es temporada de cierta fruta (y por tanto aumenta su oferta) el precio de esta tiende a disminuir, y viceversa. Pues bien, del mismo modo si el Banco Central aumenta la oferta de dinero y del crédito (y la demanda de dinero no siguiese ese ritmo) el valor del dinero disminuye. O sea, se necesitaría más dinero para comprar la misma cantidad de bienes. Eso básicamente es lo que conocemos como inflación.
Pero lo más absurdo de lo dicho por el señor Marañón es que dentro de las escuelas del pensamiento económico, la que ve con peores ojos la inflación e incluso cuestiona la existencia misma del Banco Central es justamente la Escuela Austriaca de Economía, o sea la escuela que defiende a ultranza el capitalismo y el liberalismo económico. De hecho, no es de extrañar que Ludwig von Mises uno de los mayores exponentes de esta escuela hubiese dicho hace más de 100 años que “La inflación es el verdadero opio del pueblo, administrado por los gobiernos y partidos anticapitalistas.”
No, el liberalismo económico no genera inflación, lo que genera inflación son las políticas de los vivillos que gobiernan.
Casto Martín Montero Kuscevic – Profesor de Economía, Jiaotong-Liverpool University