No es discriminación, es identidad cultural

Para afirmar que el problema que plantea el MAS como discriminación hacia una bandera que representa a una parte de la población que vive en Bolivia, y que quieren que las distintas regiones la respeten como si fuera parte de sus costumbres culturales, debemos primero enseñarles a los del Gobierno el significado de Identidad Cultural.

Este término significa el conjunto de valores, tradiciones, símbolos, creencias y modos de comportamiento que funcionan como elemento cohesionador dentro de un grupo social. Y que actúan como sustrato para que los individuos que lo forman puedan fundamentar su sentimiento de pertenencia.



Por lo tanto, el término wiphala (aimara: wiphala, ‘emblema’) denomina a la bandera cuadrangular de siete colores usados por las etnias de los Andes. … Una de ellas, considerada la bandera del Collasuyo, es usada en la actualidad como símbolo étnico del pueblo aimara. Para otros como el vicepresidente Choquehuanca, la wiphala es un símbolo, no una bandera, y representa a la Pachamama, el cosmos, los animales, las plantas, las piedras, las runas (hombres), la vida en armonía, un símbolo de comunidades andinas reconocido en la Constitución boliviana. Este símbolo regionalizado ha evidenciado por estos días en Bolivia, la fractura social y política en el país ante un emblema que para muchos representa a los sectores partidarios del masismo de Evo Morales.

Como podrán darse cuenta, este símbolo no representa para nada la identidad cultural de la región amazónica de nuestro país, y, por ende, no se tiene porque aceptarla en actos oficiales de las efemérides departamentales del departamento de Santa Cruz, donde su identidad cultural es completamente opuesta a las costumbres andinas.

Ahora bien, dada las circunstancias que reflejan los bajos índices de aceptación o de simpatía que tiene el Gobierno actual (58,9% dice que Añez no es golpista y 61,8% que Evo hizo fraude. El porcentaje de quienes califican su confianza en el presidente Arce como “Mala” o “Muy mala” subió del 35,8% al 43,9%.

Ante la pregunta “¿Usted cree que Evo Morales debería presentarse como candidato presidencial el año 2025?”, el 81,1% manifestó que no y el 18,9% expresó que sí) y la judicialización política como estrategia amedrentadora de parte del Gobierno en contra de los opositores, nos damos cuenta que lo único que le queda al entorno cercano de Luis Arce Catacora, es buscar la confrontación y llevar a nuestro país al borde de una guerra de identidades culturales reunidas en el territorio boliviano, con el único objetivo de conservar el centralismo administrativo y gubernamental en la región aimara.

Calificada por el Gobierno como un agravio contra un símbolo nacional y el anuncio de procesos penales por esta causa. Y con un discurso provocador del presidente diciendo que “la whipala se respeta”. “Es el resumen de todos nuestros pueblos indígena originario y eso no se va a borrar por el capricho de uno o un grupo de personas. Es una batalla de años que no se borra con una paradita de gallo viejo”, Arce no hizo MAS que echarle gasolina al fuego. Este hecho MAS las acostumbradas amenazas, solo servirán para que los bolivianos entremos en un estado de alerta contra las arbitrariedades que el gobierno y su justicia pudiera realizar en contra de quienes a partir del 24 de septiembre se comprometieron a defender la identidad cultural amazónica y regional del oriente boliviano.

Las amenazas del ministro Lima, indicando que tiene la querella lista para quienes bajaron el símbolo andino y le cortaron la inspiración de un discurso homofóbico del vicepresidente, no hará MAS que caldear los ánimos, para que la pequeña “PITITA” de respeto a la Constitución se rompa, para que se abra la caja de pandora y se libere los demonios contenidos entre oriente y occidente.

No será la primera vez que suceda una confrontación de este tipo en el mundo, la guerra de los Balcanes a principio de la década de 1990, donde tres estados de los seis que formaban parte de Yugoslavia decidieron independizarse: Eslovenia, Croacia y Bosnia.  Provocó una respuesta contundente de las autoridades centralistas, que no estaban dispuestas a perder dos de sus territorios, ni el poder político. El ejército yugoslavo, liderado por Serbia, inició una guerra contra eslovenos y croatas.

En los cuatro años que duró el conflicto, murieron más de 130.000 personas (no hay cifras oficiales) y dos millones tuvieron que huir de sus casas. La difícil convivencia entre católicos, musulmanes y ortodoxos los llevó al enfrentamiento. En este territorio vivían pueblos y comunidades con orígenes y costumbres muy diferentes: serbios ortodoxos, croatas católicos, bosnios musulmanes, albaneses, eslovenos, macedonios y húngaros. En este caso fue un tema de identidad religiosa, pero también de identidad cultural.

En Bolivia somos 36 naciones reconocidas y las más fuertes reclaman respeto a sus tradiciones culturales, tierra y territorio y sobre todo a su identidad.

¿Preocupante? Efectivamente, cuando los intereses corporativos de un clan mafioso como es el narcotráfico y cuando se pierde la credibilidad política de un electorado que durante 15 años les fue fiel, con el aditivo de que la crisis financiera del país es tan mala que se está buscando no pagar la deuda externa con la idea de declarar a Bolivia en un default. Convocar al falso nacionalismo y la defensa de la patria, es un recurso que los fracasados pueden utilizar sin importarles la vida, ni el país. Al fin al cabo, la muerte para los narcos, es simplemente una parte esencial de conservar el poder en sus carteles de droga.

El libro escrito por el general y estratega militar Sun Tzu hace aproximadamente 2.500 años en la antigua China. … Nos hizo conocer algunas de las enseñanzas fundamentales cuando se va a enfrentar a un enemigo, y lo que llama la atención es cuando menciona que “lo ideal es vencer sin luchar y que la guerra se basa en el engaño y la confusión del enemigo” Pareciera que algunos masistas practican esta teoría sin entender el fondo del mensaje, que esta estrategia está dirigida a una población ignorante y de fácil adoctrinamiento y no así a una población que basa su día a día en el trabajo fecundo, progresista, en la generación de riquezas y en mantener un modelo de desarrollo económico muy distinto al modelo fracasado del gobierno.

Mientras tanto presidente, recordarle, que gallos cobardes no entran al corro porque no encuentran coteja, y, que gallo viejo vencedor, siempre tiene una última riña.