Populismo de derecha y de izquierda, un ch’enko total


Antes las cosas eran más fáciles y claras, había una izquierda comunista en un país y con una comunidad sin propiedad privada ni democracia. Una derecha capitalista en un país con propiedad privada y un sistema democrático.

Pero ahora la cosa se nos complica, la Mayor Potencia Capitalista mundial es la China comunista (El año pasado había 1.058 multimillonarios viviendo en China frente a los 696 de Estados Unidos. Informa el Banco Mundial).

Y para más yapa tenemos el Populismo, que es tanto de derecha como de izquierda. Los tenemos a Chávez y a Trump.



Los politólogos dicen que el Populismo es una ideología que se basa en la distinción y la oposición dualista entre “el pueblo” y “la élite” y los populistas aseguran que la verdadera voluntad del pueblo está enfocada en la prevalencia de un Líder.

Hugo Chávez, el difunto líder populista de Venezuela, lo dijo claramente: “¡Yo ya no soy Chávez! ¡Chávez es un pueblo!.

Trump durante su campaña para la presidencia declaraba: “La única cosa importante es la unificación del pueblo, porque las otras personas no significan nada”. ¡Yo soy su voz!”.

Los populistas dicen que ellos y solamente ellos representan al pueblo, “un pueblo que no incluye a todos, pues se excluye a los enemigos del pueblo”. Los mismos que en los distintos países son denominados de varias maneras: blancos, capitalistas, demócratas, prensa libre, financistas y otros más, los que no son parte del verdadero pueblo.

La estrategia populista busca agrupar una masa poblacional lo suficientemente amplia y poderosa, ofreciéndoles satisfacer sus demandas y con un solo Líder mesiánico y todo ello con el propósito de derrotar a los “enemigos del pueblo” y tomar la totalidad del poder estatal para servir, al pueblo.

Para armar sus propuestas el movimiento populista recoge un conjunto de demandas no satisfechas de la población, que siempre las hay y las mismas son agrupadas en un Programa de Reivindicaciones por los intelectuales populistas manipuladores.

Los populistas están absolutamente convencidos, que la sociedad necesita estar bajo el control de un Líder y un Partido que represente al verdadero pueblo y la cada vez mayor falta de confianza del pueblo en los sistemas institucionales establecidos, promueve el surgimiento de “hombres fuertes”, como sus líderes.

En consecuencia un Líder populista que llega al poder está obligado a estar en permanente campaña para convencer a los suyos de que no es y nunca será parte del sistema capitalista y neoliberal.

Todo líder que se respeta, toma decisiones de una forma que no es posible en las democracias tradicionales y esto explica su afinidad y vínculos con el autoritarismo. A los líderes populistas no le gustan los “complicados sistemas democráticos” del Gobierno liberal y prefieren la Democracia directa como los Referendos y las Elecciones amañadas.

El Populismo en su gestión pública reivindica y prioriza el rol del Estado como defensor de los intereses de la población y esto mediante el estatismo, la inversión pública, el intervencionismo y la seguridad social, dicen que es con el fin de lograr la justicia social y el Estado de bienestar.

Heredero de ingentes recursos del boom de los hidrocarburos, el Gobierno populista cocalero boliviano invirtió miles de millones de dólares en docenas de empresas públicas, las que generaron jugosas comisiones para los políticos y luego millonarias pérdidas para el país.

Los gobiernos populistas nos han adocenado y acostumbrado a tener miedo a la libertad, a sentir temor e inseguridad para asumir nuestra responsabilidad de solucionar nuestros problemas y ser autosuficientes para bastarnos a nosotros mismos. Ahora toca pagar, pero así nomás es.

Fuente: ovidioroca.wordpress.com