Contraste de modelos: el desarrollo cruceño y el proyecto social-comunitario

¿El desarrollo económico de Santa Cruz fue apalancado por la inversión pública del nivel central o es una creación autónoma del departamento, en especial de su sociedad civil? ¿Modelo Productivo Cruceño o Modelo Social-Comunitario?

Hace un par de semanas, el ministro de economía Marcelo Montenegro aseveró que el crecimiento del departamento de Santa Cruz en la última década y media se debe al Modelo Social-Comunitario, impulsado por los gobiernos del Movimiento Al Socialismo.



Montenegro dijo que las exportaciones cruceñas eran de unos 420 millones de dólares anuales hasta el 2005, pasando a un promedio de más de 2.000 millones entre el 2006 y el 2019. También comparó las exportaciones departamentales a julio del 2020 (1.148 millones de dólares) bajo el gobierno de transición, con el mismo mes del corriente año (1.636 millones).

Sobre la evolución del Producto Bruto Interno (PIB), el ministro señaló que en el periodo 1992-2005 se creció a un ritmo del 4,2%, mientras que en el 2006-2019 el crecimiento fue del 5,2%. El funcionario atribuyó esto a un apalancamiento de la inversión pública, “que atrae a la inversión privada”.

Las objeciones más evidentes que pueden hacerse a este alegato pasan por considerar que dentro de las cifras mencionadas está incluida la bonanza de los hidrocarburos, debida a los precios internacionales y no al Modelo Social-Comunitario, y a que en la comparación entre el 2020 y el 2021 se está obviando nada menos que la primera ola de la pandemia y el efecto rebote que se ha ido desarrollando posteriormente.

Las declaraciones de Montenegro se dieron precisamente en momentos en que en Santa Cruz se debate sobre los alcances y las características del Modelo Productivo o Modelo de Desarrollo Cruceño.

Para comentar sobre los contrastes entre modelos (regional y gubernamental), eju.tv entrevistó a dos conocidos analistas, la politóloga Susana Seleme y el ingeniero Rolando Schrupp.

“El Modelo Cruceño es el modo de producción capitalista”

“Parto de la base de que el éxito de lo que llaman Modelo Cruceño es el desarrollo del modo de producción capitalista agrícola, agroindustrial y agroexportador como generador de empleo/trabajo, alimentos y riquezas. Genera excedentes y oportunidades. Más allá de todos sus detractores, el modo de producción capitalista es el que crea trabajo asalariado y excedentes. Da ocupación…”, dijo Seleme.

La analista fue enfática al afirmar que, en cambio, “el socialismo, o el modo de producción comunitario del que se ufana el régimen de Morales/Arce, es un fracaso económico colectivo donde quiera que existe. Salvo los cultivos de coca, materia prima que conforma la cadena coca-cocaína, que es capitalista y globalizada, vinculada al crimen organizado”.

Seleme también cuestionó la capacidad del Modelo Social-Comunitario para generar empleo genuino: “El gobierno central no ha creado un solo trabajo productivo, como trabajo asalariado. La prueba es que el 80% de la población económicamente activa (PEA) sobrevive en el sector informal, que es informal no sólo porque no paga impuestos, sino porque es su estrategia de sobrevivencia, sin salario fijo ni beneficios sociales. Los bonos no son una solución estructural a la carencia de trabajo fijo, bien pagado, con seguridad social, vacaciones y beneficios de jubilación”.

“El Modelo Social-Comunitario es la reinvención del clientelismo estatal”

Por su parte, Schrupp consideró que si las apreciaciones del ministro Montenegro fueran acertadas el modelo gubernamental debería funcionar en todo el país.

“Si el Modelo Social-Comunitario no fuese una estafa histórica, ni el lago Poopó estaría destruido, ni existiesen las masas migratorias expulsadas de los Andes, ni Santa Cruz crecería década tras década a un mayor ratio que Bolivia”, subrayó.

El analista dijo que dicho modelo no sería otra cosa que “la reinvención del clientelismo estatal neocolonial y la explotación irracional de los recursos naturales, hoy con un nuevo sujeto histórico, la nomenclatura partidaria como nueva oligarquía en reemplazo de la minero-feudal, tan colonialista y miope como siempre ha sido el centralismo”.

“Esta burocracia parasitaria vive de la destrucción del patrimonio natural y de la explotación de la clase productiva, y la reproducción de ese modelo perverso expulsa miserables de sus entrañas, quienes encuentran una esperanza en la migración hacia nuestro territorio”, enfatizó.

El rol de las autarquías

Sobre el modelo regional, Rolando Schrupp opinó que “es fundamental desmitificar la espontaneidad del desarrollo cruceño o la divinidad estatal como gestor de éste” y destacó el rol desempeñado por las entidades técnicas autárquicas.

“El impulso extraordinario que Santa Cruz ha adquirido en el último siglo se debe al trabajo y sacrificio de las generaciones pasadas y la implementación de estructuras autárquicas y meritocráticas en los Comités de Obras Públicas y su posterior constitución en Corporación de Desarrollo. Fue en estos entes pensantes que se transitó de una postergada economía aislada de autosuficiencia por la senda de la economía de mercado internacional, la diversificación económica e integración, iniciando con vías de comunicación, seguido del desarrollo agroindustrial de las fértiles áreas, crecientes inversiones industriales y agrícolas, la aliada producción de hidrocarburos, y la colocación de excedentes en mercados internacionales y la tecnificación”, concluyó.

Edición y entrevistas: Emilio Martínez