La economía boliviana después del gas: transformación digital y energética

Qué sectores deberían ser la nueva apuesta nacional tras el agotamiento del modelo gasífero-rentista. Los potenciales de la transformación digital, la exportación de software y la modernización de la matriz energética.

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Los volúmenes de producción de gas boliviano se han ido contrayendo en los últimos tiempos, a medida que se agotan las reservas descubiertas en los años noventa y en los primeros años de este siglo. Por más que se logre un cambio de normativa que vuelva a incentivar la exploración, descuidada en la última década y media, es poco probable que el sector pueda seguir siendo la locomotora de la economía nacional por mucho tiempo más.

Ante este agotamiento del modelo gasífero en el país, ¿cuáles serían las mejores opciones para sustituirlo? ¿La economía del conocimiento y la transformación digital podrían estar dentro de esas alternativas? ¿Y qué plantear, además, para avanzar en una nueva matriz energética?

Para hablar sobre estos temas, eju.tv entrevistó a Gamal Serhan, ingeniero civil graduado en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y especializado en transformación digital en el INCAE, la escuela de negocios para América Latina de la Universidad de Harvard.

“Hemos insistido durante mucho tiempo que ser monoproductores y extractivistas es un modelo totalmente agotado, no representa mejores condiciones de ingresos para el país. Todos los modelos que signifiquen generar valor agregado sin duda representarán mejores ingresos. Fundamentalmente, la economía del conocimiento y la transformación digital apuntan a que se termine la vieja y tonta discusión sobre quiénes son los dueños de los medios de producción. Hoy en día es más importante la gestión del conocimiento. Para eso, lo que hoy se necesita es transformar el modelo educativo, apoyar a los emprendedores y a todo lo que es innovación, porque eso genera sin duda muchísimo mayor valor agregado y permite que se participe en nuevos mercados, desplazando a los viejos modelos de negocios”, indicó.

Cluster de software en Cochabamba

Serhan también se refirió al cluster de exportación de software que se ha venido desarrollando en Cochabamba recientemente, señalando que “es el resultado de los esfuerzos individuales de varias personas, aprovechando que en Cochabamba se ha apostado siempre por el área tecnológica. Tenemos colegios como el San Agustín, un referente en la educación y fundamentalmente en áreas tecnológicas. Esto genera una ventaja competitiva muy importante, que traducida en términos de la industria del software permite que se pueda exportar lo que se produce en Bolivia, siendo que la mano de obra es bastante más barata que en otros países y con los mismos estándares de calidad”.

“Lo que no se ha tenido nunca es un apoyo de parte del gobierno nacional, departamental ni municipal, para generar un ecosistema que se convierta en un lugar colaborativo, donde se sumen este tipo de iniciativas. Más bien, el Estado es una tranca para la industria de la gestión del conocimiento, porque no se valora lo que se produce y porque la norma sanciona la innovación”, cuestionó.

Elefantes azules

Como ex gerente general de ENDE Andina, Gamal Serhan también conoce bien el campo energético, donde ve la necesidad de un proceso de modernización que dé cabida a la transformación tecnológica y a la revolución 4.0.

“El gobierno del Movimiento Al Socialismo nunca entendió las dificultades que hay para exportar energía eléctrica. Por un tema de estrategia de defensa, los países vecinos no quieren depender de otro país. Pero aún así se gastaron más de 33.000 millones de Bs. con crédito del BCB para proyectos que son hoy elefantes azules, que no generan ningún ingreso”, dijo.

El experto agregó que en el país hay una capacidad instalada de más de 3.000 megawatts, siendo que el consumo máximo en hora pico es de 1.500 “y todavía se sigue gastando en diversos proyectos, que no tienen sentido dado que la demanda interna está satisfecha”.

“Además, se compite con nosotros mismos, porque se vende el gas natural a las empresas generadoras de energía eléctrica que usan gas como insumo en 1 dólar el millar de BTU, mientras que al extranjero se podría estar vendiendo entre 5 y 6 dólares el millar de BTU. Así que hay una especie de subvención a la generación de energía eléctrica, sólo para justificar estos elefantes azules que se han construido con el dinero de los bolivianos. Nunca hubo un plan, le metían nomás sin saber a dónde estaban apuntando”, remarcó.

Serhan dijo que el mundo está descarbonizando su economía, pasando a usar energías renovables como la eólica o la solar: “países que antes dependían de insumos como el gas, como el caso de Chile que le compraba a la Argentina, han comenzado a reemplazar su matriz energética y han hecho inversiones gigantes en energía solar. Hoy están apuntando también al hidrógeno verde. Mientras tanto, nosotros todavía estamos en la prehistoria del uso de las fuentes de energía”.

Energía 4.0

Sobre el potencial de la llamada “cuarta revolución industrial” para cambiar el mercado energético, señaló que “la revolución 4.0 es una realidad global y consiste en entender que el mundo ha cambiado, que hay un nuevo consumidor social, más y mejor informado, que a través de un dispositivo como el celular tiene el mundo en sus manos. Este nuevo consumidor social demanda una experiencia de usuario o de cliente. Por lo tanto, los productos tienen que fabricarse de acuerdo a la demanda de estos consumidores y no tratar de encajar los productos, por más que sean de sectores monopólicos como el energético”.

“Esto hace que cambien completamente los modelos de negocios y estemos hablando de la posibilidad de redes de energía distribuida, y que las casas, que antes eran sujetos pasivos, ahora puedan generar su propia energía e incluso venderla al sistema, si, por ejemplo, te instalan paneles solares con el nuevo modelo de Energy as a Service (EaaS)”, explicó.

El experto en transformación digital dijo que en Bolivia no se avizora todavía un plan con este nuevo modelo de negocios, que se centra en el consumidor y que busca la venta de servicios.

“Los activos no son más los tangibles, ahora son absolutamente intangibles y el mercado demanda otro tipo de atención”, subrayó.

Edición y entrevista: Emilio Martínez

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