María Fernanda: ¿cómo fueron sus últimas horas y qué contradicciones rodean su muerte?

La joven apareció sin vida en una celda policial. Los efectivos dicen que fue reanimada en la EPI; el centro médico contiguo indica que llegó sin vida.

Fuente: paginasiete.bo



Leny Chuquimia / La Paz

En el cementerio de El Pedregal, el cuerpo de María Fernanda reposa en un nicho prestado y apenas sellado. La familia no ha hecho un entierro formal,  pues  espera que pronto se  realice una necropsia que  les dé   respuestas sobre  cómo murió, aquel 6 octubre, en una  celda  de la Estación Policial Integral (EPI) Chasquipampa.

Contradicciones, tiempos “ciegos”, incumplimiento de protocolos e irregularidades en los exámenes forenses rodean la muerte de la joven madre, que el 13 de octubre hubiera cumplido  23 años. Desde que salió de casa hasta que su madre  confirmó  su deceso hay 24 horas de dudas.

 “Volveré a  las 10”

“Esa mañana  salí al trabajo sin pensar que esto nos iba a pasar. Ella no tenía pensado ir a ningún lado. Siempre avisaba dónde iba a estar para que no nos preocupemos”, sostiene Nelly Mamani, mamá de María Fernanda.

Por eso la llamada de su otra hija, pasadas las 14:00 del martes 5 de octubre -para decirle que su hermana  estaba saliendo de  casa (en Pedregal)- la extrañó. “Ha dicho que no va a salir, ¿a dónde ha ido?”, se pregunta hasta hoy.

A esa hora sus vecinos  vieron a una muchacha rondando la calle. Sin vacilar se acercaron a preguntarle a  quién buscaba. “A la Fernanda  estoy esperando”, respondió. Juntas  iban a ir a un  cumpleaños en  el barrio Codavisa, de   Chasquipampa.

Casi a las 17:00 doña Nelly salió de su trabajo y se fue a casa. María Fernanda ya no estaba, debía estar a  las 22:00.  Las horas pasaban y empezó a preocuparse.

La joven se encontró con los tres amigos  con los que fue arrestada cuando iba de camino a su casa. Ninguno menciona  haber estado con ella en la fiesta.

“Esa noche  estaba por Codavisa, a eso de las 20:30. Cerca a las 21:00 Fernanda se acercó en un taxi y me dijo que me suba”, declaró B.M.C., uno de los tres varones arrestados esa noche. “A los otros dos, J.Q.T. y J.G.M, los recogimos  más adelante”.

J.G.M. indicó  que debía encontrarse con ella  en el colegio Bethesda, de Rosales,  pero la joven no llegó. “Estaba con un vecino, no recuerdo su nombre. Como (María Fernanda) no estaba,  empezamos a caminar y  apareció un taxi con ella y otro chico, nos dijeron que subamos. Ella estaba mareada”.

“Era eso de las 21:30. Me estaba recogiendo después de compartir con mi primo en Rosales. Mientras caminaba, se acercó  un taxi, adentro estaba mi amigo B.M.C con una señorita (…), dijeron que primero debíamos  dejarle  a ella en su casa, en Pedregal (…). No sé de dónde venían,  no la conocía”, afirmó J.Q.T.

María Fernanda   no  tenía intenciones de  ir a otro lado con el grupo, sólo quería llegar a casa a la hora  anunciada:  las 22:00.

No pudo, porque en la intersección de la calle 8 del Pedregal y la avenida del Escultor,  a   dos cuadras de su domicilio, el radiotaxi que los trasladaba  fue detenido por dos patrulleros.

Algunos vecinos señalan que María Fernanda se resistió a ser detenida. Gritó y pidió ayuda, indicando que estaba yendo a su casa,  pero  igual fue llevada    hasta la EPI  de Chasquipampa.

“Ya eran las 10  y mi hija no llegaba. Empezamos a llamar  pero su celular  se pasaba al buzón y los mensajes salían como no entregados”, cuenta su madre.

La detención que no debió ser

“Al momento de la intervención verificamos que estaban consumiendo bebidas alcohólicas (…). El conductor era el único que no tenía aliento alcohólico y se evidenció que solo  recogió  pasajeros (…). Conducimos a las cuatro personas a las oficinas de Conciliación Ciudadana por infringir la Ley 259”, señala el reporte de E.C.L., uno de los policías que realizó la detención.

El artículo 19 de la Ley 259 de Control al expendio y consumo de bebidas alcohólicas, a la que el efectivo hace referencia, señala: “I. Queda prohibido el consumo de bebidas alcohólicas a toda persona, en los siguientes casos: (…) 5. Al interior de vehículos automotores del transporte público y/o privado”. Añade que será la  Policía la  encargada del control.

Asimismo,  el artículo 30 que establece las sanciones indica: “las personas naturales que vulneren las prohibiciones determinadas en el artículo 19 (…) serán sancionadas con una multa de 250  UFV o trabajo comunitario en la forma y plazos señalados por los gobiernos autónomos municipales, en coordinación con la Policía”. No establece  arrestos de infractores.

Pese a  ello, el efectivo reportó que   se realizó una acción directa en las oficinas de Conciliación Ciudadana de la EPI Chasquipampa. “Después, tipo 23:00, volví a mi labor de patrullaje”.

Esa versión fue corroborada por el otro patrullero: W.M.T.

55 minutos “ciegos”

El reporte del sargento mayor J.C.G., conciliador de la EPI Chasquipampa, dice que a las 23:00 del martes, cinco personas fueron remitidas  a las oficinas que él dirige: María Fernanda, sus tres amigos  y el chofer del taxi. Este último fue liberado porque solo prestaba un servicio.

El resto fue requisado para su ingreso a celdas. Para  la revisión de María Fernanda, el efectivo pidió al jefe de seguridad la ayuda de dos  policías mujeres: las sargentos M.Q.P. y F.Q.

En su declaración F.Q. señala que junto a la otra uniformada procedieron a realizar el cacheo de María Fernanda, que tenía una “actitud violenta, agresiva  y poco colaborativa”. Le pidieron quitarse los  cordones de sus zapatillas, los aretes, una media nailon que llevaba en un brazo y dejar su celular y unos insumos de maquillaje. Ninguna cita el cordel de su blusa o canguro.

A las 23:30 fue ingresada a celdas “bruscamente por las dos femeninas”. Sus amigos indicaron que  una vez dentro, la joven continuó gritando, golpeando las rejas,  pidiendo  desesperadamente ayuda y que la saquen de allí porque sus hijos la esperaban.

J.G.M. le pidió que se calme y ella  se calló de golpe. Pensó que se había dormido, al igual que sus otros amigos y  él mismo. A eso de las 00:25 del miércoles 6 de octubre, el encargado de conciliación afirma que entró a realizar el  control de  celdas. “Me percaté que la señora María Fernanada se encontraba colgada en la parte media de la reja (…)   Grité pidiendo apoyo”, sostuvo.

En su declaración J.Q.T. señala que tras el grito de ayuda del efectivo policial otro entró a la celda  -en la que él dormía junto a los otros dos detenidos- pidiendo a gritos que se saquen los cordones  de sus buzos  que no les habían decomisado  antes.

Al despertar vieron cómo los  policías sacaban el cuerpo de María Fernanda, que se veía como si se hubiera desmayado.

Se desconoce lo que pasó    entre las 23:30 y las   00:25. No hay testigos de  esos 55 minutos. Si alguien entró a su celda no fue registrado porque no hay cámaras; los amigos de la joven se durmieron por los efectos del alcohol y las policías habían retornado a sus labores.   Nadie  vigiló el lugar porque no hay personal carcelario, ni tampoco se designa a alguien  para  rondas continuas.

¿Dónde murió en realidad?

La celda  en la que presuntamente se quitó la vida.

Según el efectivo conciliador J.C.G,  cuando  encontró a  Fernanda en la celda  el cuerpo aun estaba caliente y de inmediato le practicó reanimación cardiopulmonar. En ese procedimiento  -según  dijo-  la joven exhaló.

“Ya  con el personal policial la  evacuamos al Centro Médico de Chasquipampa (que se encuentra al lado de la EPI) donde golpeamos la puerta insistentemente y se tardaron en atendernos (…) Cuando nos abrieron,  le dieron primeros auxilios pero el médico   indicó que ya había fallecido”.

La versión del centro médico es distinta. Indica que se le dio una atención oportuna  y que la joven llegó sin signos vitales. En sus declaraciones, el subteniente M.A.M. afirma que la atención tardó entre 10 y 15 minutos.

24 horas de incertidumbre

La división de homicidios de la Felcc de la zona Sur realizó el levantamiento legal del cuerpo a las 02:00 en el centro médico. Su informe señala que la temperatura del cuerpo aún estaba en descenso y que la muerte se habría producido cerca de una  hora antes de su intervención. Describe un surco equimótico alrededor del cuello y que remitió el cadáver para la autopsia de ley.

Esa noche doña Nelly no durmió. Su hija no llegaba y nadie le daba razón. La amiga que la fue a buscar le dijo que debía estar bien, no quiso revelar dónde habían ido y luego desapareció.

A las 8:00 del miércoles 6 de octubre, los amigos con los que fue arrestada presentaban sus declaraciones en la Felcc Sur y eran liberados después de cumplir sus ocho horas de arresto. Pese a saber lo que había ocurrido, tampoco notificaron a la familia.

A las 10:00 los policías involucrados se presentaron para realizar sus declaraciones  y ya la prensa  informaba que un cuerpo había sido encontrado sin vida al interior de una celda y que nadie se presentó a reclamarlo.

Nadie menciona que la Policía no se  dio a la tarea de buscar a la familia de María Fernanda. Para  las 12:30, sin que su madre se haya enterado de los sucedido, se dio inicio a la autopsia, cuyo informe presenta varios  vacíos.

“Un poquito después de las  14:00 recién me han dicho que mi hija estaba muerta y en la morgue. Todos sabían menos yo”, dice doña Nelly. Pasaron casi 20 días y las interrogantes, en lugar de disiparse, crecen. “Sólo quiero saber que pasó con mi hija”.

La  autopsia

  • Anomalías  Varias observaciones han surgido después de conocerse los primeros informes de la autopsia legal realizada al cuerpo de María Fernanda. La familia pide un nuevo examen que podría darse una vez se entregue todos los resultados solicitados.

  • La autopsia  El primer informe llamó la atención de la  Defensoría del Pueblo  que el certificado  no haya podido establecer el objeto concreto  con el que la joven presuntamente se habría quitado la vida en celdas de Chasquipampa. Además que éste no describa los moretones y raspones  que tenía el cuerpo de la víctima.

  • Causa El protocolo de la causa (de la autopsia) señala que la muerte se dio por anoxia cerebral, compresión cervical externa, asfixia mecánica por ahorcamiento. No hace referencia a otros rasgos de violencia como los evidenciados en el cuerpo de la joven.

  • Examen En las imágenes que acompañan al  examen cadavérico, se hace referencia a una equimosis violácea discreta  (una especie de arañazo) en uno de los muslos, también refiere  que hay lesiones traumáticas en las extremidades superiores. Sin embargo, ninguna de las menciones describe la temporalidad.

  • Anomalía  Otro punto observado por diferentes colectivos de activistas y los familiares  es que el certificado médico de la autopsia   está firmado por un médico  y el protocolo de la  autopsia fue extendido por otro. En  el primero no se hace referencia  a cuál sería la causa de la muerte, si fue accidental, homicidio culposo etc.

  • Solicitud Se prevé pedir una ampliación del informe del certificado médico forense ya que  en su versión extendida   no describe de forma objetiva y concreta la causa de la muerte.

  • Tardanza  Hasta el momento el IDIF no logró entregar  todos los resultados. La madre de la joven indica que faltan respuestas a 10 puntos que se refieren a los exámenes de laboratorio, como el hisopado vaginal, el examen toxicológico, el análisis de las uñas y piel,  entre otros elementos.

  • Necropsia  Esta dependerá de los resultados que arrojen  los laboratorios.

  • Pedido Tanto el Ministerio de Justicia como el Sijplu y la Defensoría del Pueblo se reunieron la semana pasada con el fiscal  para pedir que se requiera con prioridad  la entrega de estos informes.

  • Implicados  En la denuncia interpuesta por la madre ante el Ministerio Público, hasta el momento se tiene cuatro declaraciones de los policías que se encontraban de turno en la EPI Chasquipampa. Se indicó que se está solicitando las declaraciones ampliatorias debido a algunas contradicciones que surgieron en el caso.

Se dará atención psicológica a la familia

“El ministerio está otorgando a la madre  una terapia  por el shock emocional que está sufriendo en este momento. Los niños están con la familia materna y es nuestra prioridad darles el apoyo psicológico”, dijo el jefe del Sijplu (Servicios Integrales de Justicia Plurinacional), Aldo Tórrez.

Manifestó  que una vez que se haga el trabajo de contención  con la madre, se hará el mismo  proceso con los niños y los familiares que así lo requieran.

“Me duele, mis nietitos me preguntan por su mamá, no sé qué decirles. Pero sé que ahora es cuando más fuerte debo ponerme para esclarecer lo que ha pasado con mi hija”, afirma Nelly Mamani.

Como es de conocimiento público, la denuncia  que cursa en el Ministerio Público  fue iniciada por Mamani. Pero es el Ministerio de Justicia, a través del Sijplu, el que   está como abogado de la madre de María Fernanda.

Hasta la fecha el único dato dado por la Policía al respecto es que los seis policías que estuvieron esa noche de turno en la EPI  son investigados dentro el régimen disciplinario de la verde olivo. Todos fueron cambiados de destino pero siguen en funciones.

Tórrez  indicó que el Ministerio de Justicia y el Sijplu  también se están constituyendo como parte querellante en el proceso disciplinario. Indicó que  hay  responsabilidad por haber omitido los protocolos establecidos para las personas arrestadas en celdas policiales.

Señaló el tema refiriéndose   a la presencia del cordón con el que la Policía afirma  que la joven madre se habría quitado la vida en la celda.

Como parte de las investigaciones, durante los últimos días también se presentó a declarar el taxista que recogió esa noche a María Fernanda y a sus tres  amigos.  Los elementos proporcionados están siendo   analizados porque abrieron paso a nuevos indicios que deben ser investigados.

“Ya son más de dos semanas y hasta ahora no tenemos respuestas. La justicia tarda. ¿Cómo puede haber tantas contradicciones?, ¿cómo puede tardar tanto los laboratorios?”, se pregunta el hermano de la víctima.

“Se está solicitando una inspección técnica ocular  que nos ayude a encontrar  elementos que  aclaren en qué circunstancias murió María Fernanda”, acotó Tórrez.

Fuente: paginasiete.bo