El embajador boliviano en la Organización de Estados Americanos, Diego Pary, demandó se investigue “la participación directa de agentes de inteligencia de Argentina”, instalados en La Paz y Santa Cruz de la Sierra, en la organización del movimiento que derivó en la renuncia del expresidente Evo Morales en noviembre de 2019.

En una entrevista con Telám, en septiembre, Pary advirtió que “el gobierno de (Mauricio) Macri no solo participó con la dotación de municiones y armas”.

«La pregunta es qué hacían los agentes de inteligencia en Bolivia. ¿Cuál es el rol que tenían? Porque lo que sí está claro, comprobado, es que hubo agentes de inteligencia (argentinos) en Bolivia. Además, cuando uno ingresa en un país no se hace en reserva, no se hace camuflado, como se dice en términos militares», sostuvo al medio argentino.

Pary dijo que en paralelo al contrabando de material represivo que se investiga en Bolivia, para el gobierno del presidente Luis Arce «el primer elemento» que permitió «identificar la participación de Argentina en el golpe» es la presencia «fuera de lo común» de un exagente de la AFI «de apellido Sánchez», que en 2019 estaba apostado «en La Paz», como también de otro espía argentino que intervenía desde Santa Cruz de la Sierra.

“Desde Nueva York, Pary identificó cinco factores que confluyeron, según su análisis, para hacer posible el derrocamiento del líder del MAS: los opositores Fernando Camacho, Carlos Mesa y Jorge «Tuto» Quiroga, los gobiernos ecuatoriano y argentino de Lenin Moreno y Macri, la OEA con el uruguayo Luis Almagro, la policía boliviana y las FFAA”, publicó el medio.

En julio, el canciller Rogelio Mayta denunció que el gobierno del entonces mandatario Macri proveyó de manera clandestina «material bélico» a la exmandataria transitoria Jeanine Añez para reprimir protestas sociales.

Ese mismo mes, Macri “quedó formalmente imputado” por el envío de pertrechos a Bolivia durante la crisis de 2019.

En esa entrevista con Télam, Pary destacó que el gobierno de Luis Arce «está interesado en fortalecer las relaciones diplomáticas con la Argentina» y contó que para el corto plazo «se tienen programadas diferentes visitas», que «en su momento» serán confirmadas por la Cancillería boliviana.

Sin embargo, según la agencia, la relación arrastra problemas en el intercambio comercial, como trabas sanitarias para la exportación de ganado y otros productos primarios, inhabilitación para el ingreso de empresas argentinas del sector lácteo y, sobre todo, deudas del Estado boliviano a empresas argentinas del rubro infraestructura como Cartellone SA, Electroingeniería o Esin Consultora.

Pary sostuvo que en los últimos años en la región «se han interrumpido diferentes dinámicas comerciales», lo que derivó en «temas económicos que están siendo retrasados» y que «están siendo conflictuados», pero agregó que «va a ser posible resolverlos a partir de la buena relación bilateral que existe entre los países».