Gabriel Boric (izquierda) y José Antonio Kast son los los favoritos para pasar a la segunda vuelta en Chile. (CLAUDIO REYES / AFP).
Gabriel Boric (izquierda) y José Antonio Kast son los los favoritos para pasar a la segunda vuelta en Chile. (CLAUDIO REYES / AFP).

La campaña presidencial en Chile tiene como punteros a los candidatos de izquierda y de extrema derecha, según indicaron hasta ahora algunas cuestionadas encuestas que desde el domingo 7 de noviembre, por ley, no se pueden difundir antes de las elecciones del 21 de noviembre.

El “blackout” de encuestas coincide con una de las campañas más importantes de los 31 años de democracia en este país, con la mitad de los 15 millones de electores indecisos y en pleno cambio de paradigma institucional tras la crisis social de 2019.

Los últimos sondeos dieron el primer lugar al ultraderechista José Antonio Kast, seguido de cerca o empatado por el izquierdista Gabriel Boric, mientras otros advierten números favorables para la candidata demócrata-cristiana (centro) Yasna Provoste, en un peleado tercer puesto. Cualquiera podría pasar a la segunda vuelta del 19 de diciembre y reemplazar al conservador Sebastián Piñera.



En una campaña en pausa por el contagio de covid de Boric, que obligó a cinco de sus seis rivales a aislarse una semana, los sondeos han sido ampliamente criticados en redes sociales por sociólogos y encuestadores prominentes, que los acusan de manipular luego de sonados desaciertos en sus proyecciones entre 2019 y este año cuando se votó el plebiscito, la convención constituyente, gobernadores y alcaldes.

“Hay una distorsión producida por la mediocridad de la política, una degradación de la política”, señala a la AFP la economista y encuestadora Marta Lagos, directora ejecutiva de Latinobarómetro, al explicar la falta de encuestas sólidas y confiables.

¿Reclamo social con giro a la derecha?

Hoy Chile está sumido en la incertidumbre, con un proceso en curso para cambiar la Constitución pero sin que quede claro quién será el encargado de dirigir esta nueva transición, 30 años después de la que fraguó el fin de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

Si en octubre de 2019 explotó el descontento social contra un modelo neoliberal impuesto por el régimen militar, la campaña presidencial ha sacado a la luz el auge de una ultraderecha latente desde entonces.

“Es como una especie de estallido del autoritarismo, así como estalló la izquierda a través del estallido social, ahora viene la contrarreforma, que es por lo demás lo que sucede en las grandes transformaciones de los países”, afirma Marta Lagos.

En su análisis, Lagos recuerda que desde el fin de la dictadura “ese autoritarismo estaba allí”, con alrededor de un 40% de pinochetistas en los años 1990 y ahora se ubica en un 17% aproximadamente.

Los indecisos

La poca claridad sobre estos comicios reside en que la intención de voto ronda el 50% de los 15 millones de votantes.

Las opciones más destacadas son el joven diputado izquierdista Gabriel Boric por la coalición Apruebo Dignidad -Frente Amplio y Partido Comunista- y el ultraderechista José Antonio Kast por el Partido Republicano.

Las últimas encuestan arrojaron prácticamente un empate entre ambos. Criteria daba un 24% a Boric y un 23% a Kast el pasado jueves y Data Influye el miércoles entregaba 32% al izquierdista y 27% al ultraconservador.

La senadora demócrata-cristiana Yasna Provoste sería la tercera opción y el independiente liberal oficialista Sebastián Sichel la cuarta, pero alejados a más de 15 puntos.

“Se plebiscitó la (actual) elección y volvemos entonces al año 1988″ cuando Chile votó a favor o en contra de la continuidad de Pinochet en un país dividido entre dos opciones antagonistas, señala Lagos.

Voto voluntario

La realidad, dice a la AFP Axel Callis, analista y director de TuInfluyes.com, es que con la implantación del voto voluntario en 2012 la participación cayó por debajo del 50% y el electorado joven tiene en su mano hacer la diferencia.

Reconoce tres grupos de votantes: los que ya sufragaban con el voto obligatorio y que “votan siempre”, los jóvenes criados en el voto voluntario que “votan a la carta” -1,2 millones aproximadamente- y los que no participan.

“Si llegan los jóvenes a votar, Boric es presidente, pero si no lo hacen y llegan los mayores de (las presidenciales de) 2017 y va toda la base popular que tiene Kast, Kast es presidente”, afirma Callis.

Otro factor son los indecisos, que están entre 20 y 50% según distintos sondeos.

Mauricio Morales, académico de la Universidad de Talca, afirma que del 50% de votantes que no saben si votarán, un 15% serán los que decidan sufragar en las últimas dos semanas.

“En realidad no sería tan significativo para el resultado de la elección si es que consideramos que los dos primeros (candidatos) llevan una amplia ventaja sobre el tercero”, explica a la AFP.